La condena a Nicola Sacco y Bartolomeo Vanzetti en Estados Unidos, como venimos relatando en estas columnas, conmovió al proletariado en todo el mundo.
En la Argentina, hasta el mismo día de su ejecución en la silla eléctrica el 23 de agosto de 1927, se realizaron manifestaciones masivas, y huelgas generales y locales. El dirigente sindicalista Sebastián Marotta, describe en su obra El movimiento sindical argentino, a estas actividades como una “Extraordinaria manifestación de solidaridad obrera”.
Así hubo un paro general de 24 horas en abril, y otro el 15 de julio, en el que pararon tranviarios, ferroviarios y no aparecieron varios diarios de la Capital Federal. “El 7 de agosto, dice Marotta, la USA realiza en Plaza del Congreso una imponente demostración. Desde distintas tribunas hablan oradores de todas las tendencias políticas e ideológicas: Pascual Plescia, Alfredo Palacios –cuya aparición es saludada con vivas muestras de simpatía por la multitud, como así también su crítica al proceso-; Antonio de Tomaso, Angélica Mendoza, Julio R. Barcos, Enrique Villacampa”.
Sin embargo, el mismo Marotta da cuenta de los debates entre los distintos sectores del movimiento obrero en esos días. Por ejemplo que la FORA del V Congreso, de orientación anarquista “de activísima participación en la campaña de Sacco y Vanzetti”, se oponía a boicotear productos de Estados Unidos. Y cita un artículo de La Protesta de agosto 31 de 1927, donde decían “Nos oponemos a que una organización obrera cualquiera (La COA, la USA o la FORA), asuma la responsabilidad de oficializar el boicot a Estados Unidos, porque en ese acto va implícita la declaración de guerra, no ya a un gobierno o un capitalismo, sino a todo un pueblo”.
Por otro lado, la solidaridad con Sacco y Vanzetti trascendió al movimiento obrero. La Cámara de Diputados aprobó por unanimidad un proyecto de resolución de los diputados socialistas Muzio y Pérez Leirós, dirigiéndose al presidente de Estados Unidos para que “interponga sus buenos oficios ante el gobernador del Estado de Massachusetts” y frene la ejecución. Los grandes medios, durante los días previos a la ejecución de Sacco y Vanzetti, reflejaban las manifestaciones, y expresaban, algunos su espanto, como La Nación, ante la “agitación social”, y otros su simpatía por la causa obrera, como Crítica. Miles en Argentina y el mundo lloraron su muerte, y rescataron hasta hoy las palabras de Vanzetti tras la sentencia, cuando afirmó: “El último momento nos pertenece, la agonía es nuestro triunfo”.
Hoy N° 1771 19/06/2019