Righi, el procurador con fama de “progre”, parece que no lo es tanto. Ya hace años el diario Perfil comentó cuáles fueron sus clientes del entorno K y del estudio jurídico del que es socio: en el año 2003 defendió al matrimonio K en una causa por enriquecimiento ilícito. Su hijo, esposa y dos socios (Federico Righi, Ana García, Fabián Musso y Daniel Carral) representaron, entre otros, a Julio De Vido, Alberto Fernández, a Alberto Iribarne y Guillermo Moreno. También defendieron a José Rodríguez (Smata) en tres causas diferentes, todas por presunta defraudación a la obra social del sindicato, que suman un perjuicio para los afiliados de 12 millones de dólares.
Righi, aunque sonó con insistencia para ser nominado para ocupar un puesto en la Corte, no pudo serlo por la amistad entre él y el presidente Kirchner. Ese lugar lo ocupó Raúl Zaffaroni. “Kirchner no se hace el progre: es progre”, aseguró Righi (Diario La Capital).
Como señaló también el diario Clarín: “Una crónica de octubre de 1998 lo rescata entre los participantes de un hecho que no llamó demasiado la atención en su momento. Fue la creación del Grupo Calafate, un conglomerado de políticos, intelectuales y técnicos pensado por Eduardo Duhalde como “usina de ideas” para su enfrentamiento con Carlos Menem y finalmente utilizado como plataforma de despegue por Néstor Kirchner, anfitrión de aquel encuentro inaugural.
“Righi es autor de nueve libros. Entre los más notorios hay uno, de 256 páginas, que puede adquirirse en las librerías especializadas al módico precio de 88 pesos. Se titula Derecho Penal. Y está escrito en coautoría con aquel joven abogado a quien Righi invitó a ser su profesor adjunto en la UBA hace casi 20 años: se llama Alberto Fernández y puede ser ubicado en Balcarce 50, Casa Rosada, primer piso, despacho del jefe de Gabinete.”
03 de octubre de 2010