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29 de mayo de 2013

Los suburbios de la capital de Suecia, Estocolmo, se vieron sacudidos por violentos enfrentamientos con la policía durante al menos cinco noches.

Suecia: “Esto es una rebelión”

Jóvenes inmigrantes se enfrentan con la policía

Estos barrios, habitados principalmente por inmigrantes, estallaron de indignación luego de que la policía matara a balazos a una persona de 69 años, supuestamente con problemas psíquicos.
Tras estos hechos, el mismo domingo 19, en Husby, centenares de personas salieron a las calles, la mayoría de ellos jóvenes, y se enfrentaron con la policía, prendiendo fuego a una patrulla y la comisaría local. Las noches siguientes los choques se extendieron a otros barrios, e incluso a ciudades del interior de Suecia.

Estos barrios, habitados principalmente por inmigrantes, estallaron de indignación luego de que la policía matara a balazos a una persona de 69 años, supuestamente con problemas psíquicos.
Tras estos hechos, el mismo domingo 19, en Husby, centenares de personas salieron a las calles, la mayoría de ellos jóvenes, y se enfrentaron con la policía, prendiendo fuego a una patrulla y la comisaría local. Las noches siguientes los choques se extendieron a otros barrios, e incluso a ciudades del interior de Suecia.
El trasfondo de estos hechos es el creciente desempleo juvenil entre los inmigrantes, que según las fuentes oscila entre un 20 y un 40%, y la brutalidad policíaca, que se ha hecho habitual en esos barrios, convertidos muchas veces en guetos donde predomina la marginación, la represión, el racismo y la indiferencia institucional.
Los medios suecos han recogido estos días testimonios de vecinos de Husby, que denuncian cargas policiales contra niños y ancianos, e insultos racistas de los agentes como “negros”, “ratas” o “monos”.
El grupo “Panteras por la rehabilitación social”, con activa participación en estos hechos, expresó en un comunicado que “Es una rebelión”, contra las políticas del gobierno que en los últimos tiempos viene aplicando políticas de ajuste que profundizan la desigualdad social.
“Ustedes lo saben –dicen los Panteras-: El sentimiento de que nadie escucha, no quieren escuchar los relatos sobre la policía racista, los abusos, la violencia institucionalizada. Quizás debe arder para que alguien decida escuchar nuestras voces. Ahora está ardiendo. Aquí estamos nosotros, juntos… Si entran en los barrios como una fuerza uniformada de combate en territorio enemigo, habitado por gentes a la que llaman “monos” -o peor- y reprimen brutalmente, entonces provocan una guerra…”