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30 de agosto de 2011

Del libro de Andrés Fidalgo “Toda la Voz”. Ediciones La Rosa Blindada, Buenos Aires, 1971.
Poesía sobre el Ingenio Ledesma.
El autor Andrés Fidalgo nació en Buenos Aires, pero vivió mucho tiempo y murió en Jujuy. Tiene una hija, Alcira; desaparecida durante la última dictadura militar.

Tabadesma Sugar

30/8/11 > Poesía sobre el Ingenio Ledesma

 
“De la caña sale
Azúcar,
Azúcar para el café;
Lo que ella endulza,
Me sabe
Como si le echara
Miel.”
 
Nicolás Guillén.
 
 
Teje,

 
“De la caña sale
Azúcar,
Azúcar para el café;
Lo que ella endulza,
Me sabe
Como si le echara
Miel.”
 
Nicolás Guillén.
 
 
Teje,
Teje su tela
Y luego
Pacientemente espera;
Hasta atrapar la mosca
Que sin temores vuela,
Pensando todavía que el aire es libre,
Que es pradera
De todos, para correr al sol.
 
Primero con prudencia.
Después,
Cuando ya está la red entera,
Bien tendidos los hilos,
Con la mayor desfachatez
Acecha
 
Para romper la trama urdida
Por un ir y venir de patas hábiles
En maniobras arteras,
Digo:
La araña, es “Tabadesma”
 
Y las moscas
Son los “cabecitas negras”,
Los pobres coyas,
Los indiecitos de esta tierra
Sin duda soberana. Pero
Soberana en tal forma, con tanta sutileza,
 
Que hasta nosotros lo ignoramos
Y vivimos pendientes del plástico, del nylon y de las especulaciones
De la Bolsa extranjera.
 
¡Arriba, compañeros;
Llega la zafra!
Y es cierto: son las tres de la madrugada,
Ya viene por los campos
La ágil muchacha.
 
Tocan los peladores
Su piel es escarcha
 
¡Arriba, compañeros;
Llega la zafra!
 
El trapiche, jadeando
Pide más caña.
Buque que en verdes puertos
Ha echado el ancla
 
¡Arriba, compañeros;
Llega la zafra!
 
El Estado Mayor;
Los tenebrosos Jefes condecorados por la sangre,
Dan órdenes. Dirigen
Un fantasmal ejército
De harapos miserables
 
Y los peones, enardecidos
Por el alcohol y por el hambre,
Se apelan entre ellos,
Matan, violan,
Blasfeman contra el aire…
 
Poetas melenudos cantarán entretanto
A la embriaguez, diciendo
Que es el suave desquite del esclavo;
A la guitarra, porque tiene forma de mujer
Y ayuda
A liberar el grito amargo.
 
¡Colaboracionistas,
Mentirosos dorados!
Trabajan en un tono solemnemente idiota
A favor de amos.
A veces, sin saberlo;
Pero a veces, Medrano
Con la sucia moneda
Que caerá de lo alto.
 
“Traigan chicha, traigan vino,
Tengo ganas de macharme.
De esa negra traicionera
Tengo ganas de vengarme.”
 
Así le enseñan a llorar
A quien debiera sublevarse,
Porque no tiene ya
Más nada que perder.
Habla de “negra traiciionera”y en el traje
(compuesto por tres o cuatro trajes),
Cada remiendo es un insulto a su caída dinastía;
Es una ofensa al hombre, cada parche.
 
¡Ya vienen los bolivianos;
Ya vienen los argentinos!
El ingenio los convoca,
Los llama a gritos.
 
El verde mar de la caña
Se poniendo amarillo.
Después, ahoga el trapiche
Su dulzura entre gemidos.
 
Chiriguanos y matacos
Macheteaban de lo lindo.
De vez en cuando, la helada
Mata uno como al descuido.
 
Luto y llanto en las botellas
Y el capataz, compungido.
Lo tarjarán desde entonces
En cielos sin angelitos.
 
Con tener más de diez años,
Pueden trabajar los chicos.
Juegan a pelear las cañas;
En un juego divertido.
 
Para quien quiera morir,
Son altos los beneficios.
Entonces le da el Ingenio
Lo que le niega a los vivos.
 
Agazapado en el valle
Silencioso y colorido,
Está empeñado en llenarlo
De humo, sufrimiento y ruido.
 
Trato de anticiparme. Me encaramo
Sobre un  presente de vergüenza;
Y veo el fabuloso mañana en que las cosas
Retomen su sentido.
Muestren el ser que las integra.
 
Entonces será cuando
Todo lo que disfrutan entre buenas maneras
Los blancos “caballeros” del azúcar;
De pronto se conviertan
En los pulmones secos de Mamani,
En las piernas raquíticas del hijo de Quispe o de Eleuteria…
 
Quiero saber ya mismo
Si en la Administración figuran,
Si en los balances constan
Entre millones de dividendos,
Los productores que quedan a total beneficio
De “Argentine Republic”.
La explotación y el sufrimiento.
 
¡Fuera!
¡No más la araña gorda
De “Tabadesma”!
 
¡Hasta cuándo sirvientes!
Ahora tiene que ser
Y de manera
Que lo que era del pueblo desde siempre,
Al pueblo vuelva.
 
Entonces,
Esta “sugar” amarga
Será el azúcar que endulzará mi tierra.
 
Café, salitre, estaño,
Cacao, bananas, yerbas…
En vez de la abundancia,
¡la maldición de América!
 
Toda hecha una enorme,
Insaciable caldera,
Donde la sangre de mi clase
(de la clase obrera),
Se convierte en agresivos dólares,
Pesos roñosos
Y esterlinas grasientas.
 
Teje,
Teje su tela.
Pasa por obispados y cuarteles,
Enlaza Ministerios con cautela.
Pero ahora,
Con apuro febril, porque sospecha
Que el día de la justa liberación
Se acerca.
 
Un solo manotazo puede romper la trama
Y habrá que rendir cuentas.
 
¡De pié, los Sindicatos del Azúcar!
¡Firmes, detrás de esta bandera!
Todo lo que hay aquí
Es obra nuestra,
Todo salió de nuestras manos
(infatigables herramientas);
Y si algo hubiera que pagar ya fue cobrado con largueza.
Nuestro cañaveral que hemos sembrado
Y de todos la tierra,
El agua, el sol,
Que maduran la siembra.
 
Somos los herederos de inversiones
Nunca retribuidas, de la fuerza,
De la sangre de generaciones.
Esa, es la más alta participación.
Queremos
Hacernos cargo de la Empresa.
Recién así,
Con dirección obrera,
Será dulce el azúcar
De “Tabadesma”.