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05 de noviembre de 2025

50 años de una carta de René Salamanca a los trabajadores

Tareas de la clase obrera para frenar el golpe y profundizar la liberación

Se cumplieron 50 años de la publicación de una de las cartas que René Salamanca, secretario del Smata Córdoba y miembro de la Comisión Política del PCR secuestrado por la dictadura el 24 de marzo de 1976, dirigía a los trabajadores. Reproducimos extractos de la misma, que salió publicada en nuestra revista Teoría y Política n° 15, agosto-octubre de 1975.

El verdadero clasismo

Habiendo conocido, convivido y luchado contra estas corrientes [se refiere a los sectores prosoviéticos en el movimiento obrero] -a veces no con la política más justa- afirmo que el verdadero clasismo impone que los obreros dirijan la lucha por la revolución nacional y democrática, en marcha hacia el socialismo. El verdadero clasismo no diluye la política detrás de la “unidad” ni de las “reivindicaciones”; pelea en cambio por los objetivos concretos del proletariado a la cabeza del combate por la liberación. El verdadero clasismo pone la política antigolpista, antiimperialista y patriótica al mando, y bate sin cuartel al revisionismo sindicalista y economista. El verdadero clasismo reitera hoy la necesidad de recuperar los cuerpos de delegados, las comisiones internas y los sindicatos, desde la lucha antigolpista en concreto, desde la derrota de los jerarcas y los divisionistas prorrusos, en el camino de profundizar la liberación, de acaudillar a todo el pueblo contra las superpotencias y sus cómplices, terratenientes, monopolios, jerarcas y poderosos. El verdadero clasismo acentúa la bandera de la recuperación, pero con la política al mando, con el objeto de derrotar al golpe. Así los traidores serán barridos, así vertebraremos movimientos de recuperación sindical de masas y no de activo como quieren los prorrusos. Así construiremos el frente único en la clase obrera, aglutinando desde las definiciones patrióticas y antigolpistas a peronistas, radicales, comunistas, socialistas, patriotas, y desde allí el proletariado avanzará a articular el frente único popular contra el golpe y las superpotencias.

Toda lucha reivindicativa tiene que estar impregnada de política a fondo. La política permite no confundir al enemigo principal, siendo hoy los rasgos generales de un marco político la lucha antigolpista y las diez medidas y cinco reclamos propuestos por el Partido Comunista Revolucionario, entre lo cual figura la nacionalización de los monopolios yanquis y golpistas, la confiscación de las tierras de los terratenientes, la nacionalización del comercio exterior y la banca y, entre otros aspectos, dar tierras y créditos a los compañeros del campo.

 

Peronistas y comunistas revolucionarios

¿Qué está pasando en el movimiento obrero argentino hoy, qué perspectivas se abren para el futuro? Lo cierto es que el general Perón dejó corporizadas en los trabajadores un conjunto de ideas, que forman parte de su conciencia política y de las banderas del justicialismo. El valor de las reivindicaciones, la amenaza de la antipatria imperialista, de las dos superpotencias y nuestra pertenencia a los pueblos del Tercer Mundo, son algunos de esos elementos. Yo no creo como los aventureros prosoviéticos en la “desperonización”; los compañeros peronistas no van a dejar de serlo para convertirse en “miguelistas”[por Lorenzo Miguel] , “herreristas” [por Casildo Herrera] o “camporistas” [por Héctor J. Cámpora], y su dirección natural, quien continúa y representa a Perón es la señora Presidente. Yo creo que los compañeros son peronistas por un proceso profundo, que respetamos, pero también sé que la necesidad del combate contra el imperialismo y el golpe, de profundizar la liberación, conllevan otros conceptos: la dirección del proletariado en ese proceso, la necesidad de aplastar al enemigo con el pueblo en armas, la articulación del frente único popular contra el enemigo principal, la existencia de un fuerte y gran Partido que desarrolle esa política. La necesidad histórica de estos rasgos para triunfar, llevará a los trabajadores a la negación crítica de su experiencia anterior para avanzar a un nivel superior: el marxismo-leninismo. Y nosotros, los marxistas-leninistas, comunistas revolucionarios, empalmamos con esa corriente negando y superando en los esencial las ideas y prácticas revisionistas, aplicando así el marxismo-leninismo a la realidad de nuestro país. Así luchamos por el fin de la dependencia, por la revolución democrática y nacional, y nos unimos a los compañeros peronistas y los demás patriotas contra el golpe de las superpotencias.

Esto tiene un destino ancho, y puedo asegurar que muchas de las conclusiones que he expuesto de nuestra experiencia en el SMATA cordobés no han sido de fácil resolución; a la luz de la vida y la política hemos pensado nuestra práctica y hoy lo escribimos, con la convicción de que ha de ser útil para el movimiento obrero. Porque reitero: tenemos por delante dos caminos. Yo sostengo que al golpe se lo puede derrotar, que nuestras tareas históricas los obreros las vamos a cumplir, que el pueblo argentino no quiere ser ni Chile ni Checoslovaquia, que yanquis y rusos serán aplastados, que a los trabajadores no nos desarmarán ni desmovilizarán los que quieren montarse en nuestras reivindicaciones y nuestro patriotismo. Finalmente, a los compañeros de Córdoba con los que deseo volver a reunirme, como en las horas más gloriosas y al lado de nuestros queridos presos, y a los compañeros del país a quienes llegue mi mensaje envío un fuerte abrazo. Y con fe en el futuro, en la patria y en la clase obrera reafirmo una consigna: sépanlo traidores, asesinos a sueldo del imperialismo, enemigos del pueblo, aunque nos cueste sangre, otro ‘55 no pasará.

 

hoy N° 2084 05/11/2025