La primer semana de julio el conflicto de los telefónicos subió otro escalón. Como no aparecía ninguna propuesta concreta de las empresas, desde Foetra y los gremios del interior, así como los de supervisores, técnicos y profesionales, se realizaron asambleas en las puertas de los edificios.
De las 177 oficinas que tienen Telefónica y Telecom, entre 80 y 90 protagonizaron cortes de calle, algunos parciales y otros hasta con quema de gomas. El acatamiento fue muy grande y motorizó un paro de 72 horas entre el 10 y el 12 de julio, también muy masivo.
En medio de este paro, el gremio convoca el jueves 12 a plenario de delegados para discutir un preacuerdo, inicialado con Telecom.
No entrar en la trampa
Nosotros en la agrupación acordamos no entrar en la trampa que montan las empresas y el gobierno, para dividirnos y hacernos hocicar. Y en pelear con todo hasta que aparezca una propuesta conjunta de las dos empresas que sea aprobada o desaprobada por todos los compañeros en las asambleas de edificios.
No pusimos el centro en la propuesta, que además es insuficiente, sino en el acuerdo político que hay entre el gobierno, las empresas y la dirección sindical para que el conflicto no siga. Analizamos el momento político en la agrupación, viendo que Kirchner está golpeado, y no quiere que esta lucha siga. Y que la gente está para seguir.
Los plenarios
El jueves 12 la Comisión Administrativa de Foetra presenta el acta que consta de 21 puntos donde se incluyen acuerdos por salarios y por la reducción de jornada, y resuelve que sea discutido en las asambleas de los edificios para que un plenario de delegados con mandato al día siguiente, defina si aceptamos el acta acuerdo o no.
La directiva defiende el acta, no muy convencida de sus bondades, diciendo “era lo que más se podía conseguir” y que nos convenía firmar con Telecom y de esa manera romper el frente empresarial para luego aislar a Telefónica, que en este conflicto era la más dura.
Los delegados de la Corriente planteamos que en principio el acta acuerdo estaba por abajo de nuestras expectativas y de los compañeros, y cuestionamos el criterio de firmar por separado: juntos entramos al conflicto, juntos salimos. Y que por supuesto nos someteríamos a las decisiones que tome la mayoría del plenario del 13.
Durante toda la mañana del viernes se hicieron asambleas en las oficinas, se leyó el acta punto por punto y por la información que recibíamos se iba perfilando el rechazo total. En algunas oficinas el debate pasó no solo por el monto del dinero ofrecido, que era rechazado por insuficiente sino porque los compañeros entendían que la reducción de jornada no se discute y no vamos a permitir en ese terreno dar un solo paso atrás.
La media hora es a partir de abril y no como propone el acta a partir de julio. Recordemos que la media hora es reconquistar la jornada laboral de 7 horas, que figura en el convenio firmado en diciembre del 2005 pero que las empresas no implementaron. Con esto tendríamos una semana laboral de 35 horas.
El acta con la aplicación de la jornada de siete horas propone modificaciones en los turnos que son imposibles de aceptar porque tiran para atrás las condiciones de trabajo. Otro punto que fue muy cuestionado fue el que plantea que ante cualquier paro o conflicto la empresa puede disponer del 10% del personal para guardias de emergencia. También fue muy criticado el criterio de cerrar acuerdos por separado, “somos todos telefónicos”, se decía en los edificios, “tenemos que cerrar cuando las dos empresas tengan una propuesta única”.
Algún delegado oficialista intentó defender el acuerdo desde la óptica de que ningún gremio había cerrado por encima de la pauta oficial y que si bien no era lo mejor, teníamos que tomar en cuenta que el conflicto “se había hecho largo”, que estábamos perdiendo mucha plata con los descuentos, etc.
La asamblea repudió fuertemente este criterio perdedor, tal es así que la propuesta de aceptar el acta obtuvo un voto sobre 90 rechazos y una abstención.
Previo al plenario del viernes 13 nos reunimos un grupo de delegados opositores independientes y un sector de delegados de Telecom que venían con la propuesta de rechazar. Hicimos acuerdos tácticos para permitir que el plenario funcionara sin inconvenientes ni provocaciones.
Que protagonicen todos
El secretario del gremio, Osvaldo Iadarola, al inicio del plenario del viernes planteó “independientemente de si se aceptaba el acuerdo con Telecom”, ir a un paro de toda la semana del 15 al 20, ante la falta de propuesta de Telefónica. El 80% de los delegados votó por el rechazo del acta que planteaba acordar solo con Telecom.
Este el primer plenario en 10 años que pierde la actual conducción. El plenario, además, convocó a una asamblea general de afiliados, miércoles o jueves, para decidir como seguir.
Se comprobó equivocado el argumento de la dirección sindical, que ya usó en el conflicto anterior, de que “cerrando con Telecom aislamos a Telefónica”. La práctica mostró que es al revés; además, no es lo mismo incorporar gente al plantel que discutir salarios. No hay que olvidar que tenemos dos convenios, y las empresas pueden decir, “yo pago este salario, si no te gusta…”.
Ahora tenemos que hacer cumplir todos los mecanismos democráticos para que la gente siga protagonizando. Porque ellos quieren que el conflicto deje de estar abajo, y quede en manos de algún iluminado dirigente sindical.