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11 de abril de 2012


Temporal y desidia

Hoy 1414 / Miles sin luz, agua ni vivienda

Lunes a la mañana. Quinto día sin luz ni agua por las consecuencias del violento temporal, y de la desidia de los gobiernos. 18 muertos, decenas de heridos, y miles de damnificados. Casas destruidas, escuelas sin techo, son parte del dramático y devastado paisaje. “Parece que cayó una bomba”, dicen muchos.

Lunes a la mañana. Quinto día sin luz ni agua por las consecuencias del violento temporal, y de la desidia de los gobiernos. 18 muertos, decenas de heridos, y miles de damnificados. Casas destruidas, escuelas sin techo, son parte del dramático y devastado paisaje. “Parece que cayó una bomba”, dicen muchos.
Los compañeros de las zonas más afectadas (sur y oeste del Gran Buenos Aires), sur y oeste de la Capital Federal, desplegaron la solidaridad popular, despejando las calles de árboles y postes caídos, atendiendo a niños y ancianos, y multiplicaron los piquetes en decenas de calles, avenidas y autopistas. “Vas a la municipalidad y te dan dos chapas por persona. No hay ni frazadas, ni comida ni colchones”, cuenta Lidia Braceras, secretaria del Suteba Quilmes.
Muchos de los que el 2 de abril estuvieron reivindicando la gesta de Malvinas frente a la Embajada inglesa, acusados de “violentos” por la presidenta, por quemar banderas inglesas, hoy están al frente de la lucha, la solidaridad y los reclamos.
“Hemos ofrecido nuestra organización para movilizarse en la emergencia, y no contestan nada”, se lo escucha por la radio a Juan Carlos Alderete, mientras ratifica que la movilización popular y los cortes van a crecer, porque “nadie hace nada en los barrios más pobres”.
Es así. Reclamás camiones con agua, y te mandan la gendarmería. Pedís grupos electrógenos, aunque sea para las escuelas, y llega la policía. “Yo en patas y hambreado, soy la violencia/ ellos armados hablan de paz”, dice una de las estrofas de “Olor a goma quemada”, esa gran canción del poeta Rafael Amor, y viene a cuento de lo que está pasando estos días, cuando el fuego de los piquetes (algunos se mantuvieron por más de 50 horas), además de servir para mostrar la bronca, son en muchos casos la única iluminación en cuadras y cuadras.
A los gobiernos, sean Macri en la Ciudad de Buenos Aires, los intendentes del conurbano, Scioli o el gobierno nacional, en situaciones como las que vivimos en las zonas de desastre, lo que más les preocupa es mantener el monopolio de la violencia, siempre listos para reprimir.
Párrafo aparte para las empresas de electricidad, esas privatizadas que parecen no ser parte del mentiroso aire nacionalizador que muestra el gobierno con YPF. Sus cuadrillas aparecieron primero en los barrios de mayor poder adquisitivo, y brillan por su ausencia en las barriadas.
“Piove, governo ladro (Llueve, gobierno ladrón)”, dice un viejo refrán italiano, que describe mejor que nada la actitud de los gobiernos municipal, provincial y nacional, de desprecio hacia los dramas cotidianos de nuestro pueblo. “Olor a goma quemada, temen,/ que se chamusque la historia./ Dos cosas que les espantan,/ pueblo y memoria.”, dice Rafael Amor en otra estrofa. Hacen bien en temer.