Como se ha venido reiterando por parte de la Alianza Revolucionaria Antiimperialista, la reacción fascista instalada en Santa Cruz y sus lacayos de la capital de Sucre, bien financiados y asesorados por el imperialismo norteamericano a través de su embajada y el aporte de las empresas transnacionales, vienen implementando un plan y un complot para liquidar el proceso de cambios estructurales, propiciar un golpe de Estado o finalmente intentar el delito mayor: lograr la secesión del territorio nacional y la creación de una “Nación Camba” con aditamento “kolla” de Sucre.
Este complot, en nuestro criterio ya ha dado sus primeros pasos ejecutivos con la brutal asonada de Sucre y a continuación viene una similar en Santa Cruz y así sucesivamente hasta lograr sus propósitos.
Es pues éste, el principal problema político de poder que estamos en la obligación de encarar con la mayor seriedad.
Con esos malignos propósitos se ha conseguido un pretexto que le ha venido como anillo al dedo a la confabulación reaccionario-fascista: el asunto de la capitalidad reclamada por Sucre. En consecuencia los puntos fundamentales de estos siniestros planes son:
1. La destrucción de la Asamblea Constituyente.
En la forma más atrabiliaria se ha impedido funcionar normalmente a la Asamblea , se la ha perseguido, se ha atacado físicamente a sus personeros y finalmente en los últimos días se ha pretendido asesinar a sus miembros que han tenido que abandonar la ciudad de Sucre como de territorio enemigo. Sin embargo el problema de la Asamblea , en nuestro criterio, ha pasado a un segundo plano frente al inicio del complot subversivo.
La aprobación “en grande” de la Nueva Constitución debe completarse con el detalle y final aprobación, empero, como reiteramos, este problema nos parece ya secundario.
Presentar a las hordas fascistas de Sucre como “valientes defensores de la democracia” es la mayor falacia jamás proclamada. Los campesinos de Sucre y de todo el país llegaron a la capital en son de paz y para hacer vigilia en el entorno de la Asamblea. Han sido las hordas fascistas las que provocaron todos los disturbios e inclusive el fallecimiento de un ciudadano por una bala “perdida” que no corresponde ni a la Policía , ni al Ejército, pero que bien sabemos es obra de los satinadores que pone la CIA en todo disturbio para echar la culpa al Gobierno.
Los últimos acontecimientos ocurridos en Sucre muestran la verdadera cara del fascismo criollo que, con “banderas” desteñidas de regionalismo provinciano, ha logrado movilizar agresivamente a la población sucrense que según ellos mismos ya no luchan por la capitalidad, sino por cierto “honor” y por “moral”. En realidad esa población lamentablemente ha sido ganada por una causa perdida de antemano, pero que ha servido para incrementar los bonos de la derecha reaccionaria en sus afanes subversivos.
2. El segundo escenario del complot lo constituye el Senado de la República que se niega sistemáticamente a aprobar las leyes sociales y de beneficio público que ya ha enviado la Cámara de Diputados. Cuando el Senado se ve obligado a deliberar y aprobar esas leyes, les introduce modificaciones que desnaturalizan completamente el carácter y el contenido original de esas leyes. Ha ocurrido en el caso del Mutún, en el bono Dignidad, la Ley de investigación de fortunas que duerme el sueño de los justos en el Senado y muchas otras.
3. En cuanto a la política internacional es evidente la tendencia de la reacción fascista de centrar sus ataques contra la persona del c. Hugo Chávez que constituye un verdadero apoyo y sostén en todos los sentidos del proceso y del propio gobierno del c. Morales. No es casualidad que, al unísono, los reaccionarios inventen toda suerte de mentiras en torno a la actividad del c. Chávez e intenten presentarlo como un “interventor” en la política nacional, cuando bien sabemos que el único que interviene “hasta en la sopa”, pero muy subrepticiamente por los medios conocidos de la CIA, es el imperialismo norteamericano. Cosa semejante ocurre en las relaciones que Bolivia tiene con Cuba y con Irán, relaciones que en uso de su soberanía e independencia ha iniciado el Gobierno nacional. Es este gobierno el único que en la historia nacional lleva adelante una política internacional verdaderamente independiente, soberana y antiimperialista.
4. La labor de la prensa reaccionaria es fundamental en la articulación del complot. En una sola voz todos esos medios que el pueblo los conoce, magnifican el trabajo de la oposición, otorgan grandes espacios a los voceros de la derecha atrabiliaria, inventan “agresiones” de los indígenas cuando son éstos todavía las verdaderas víctimas del racismo, la exclusión y el marginamiento. Los medios de comunicación llevan una gran carga de responsabilidad para acrecentar un cierto “prestigio” democrático de la derecha y han logrado convencer a vastos sectores que la minoría es la democracia y la mayoría es la dictadura. Han logrado convencer a amplios sectores que los indígenas son los agresores y los racistas y los reaccionarios son inocentes palomitas que luchan por la “libertad”, la “democracia” y la “justicia”.
5. Por otra parte, se ha intentado también crear un ambiente de pánico en la economía popular, “la guerra económica”. Como los oligarcas cruceños son propietarios de grandes empresas de producción de alimentos, se ha propiciado un aumento general y provocado de precios al consumidor que ha creado enorme preocupación en los hogares bolivianos y en las amas de casa. Con buen criterio el Gobierno ha logrado, mediante compras directas, el aprovisionamiento de esos artículos a precios justos con el beneplácito de la colectividad.
6. La derecha reaccionaria y fascista pretende confundir al pueblo señalando al Gobierno y sus personeros como “fascistas”. Es conocido el refrán que dice que el “ladrón piensa que todos son de su misma condición”. El fascista ustachi Branco Marincovich no puede hablar de fascismo porque es él, precisamente, el descendiente de los emigrados fascistas croatas, alemanes y otros que huyeron de las tropas soviéticas que liberaban Yugoslavia en 1945.
Finalmente, declaramos nuestro franco y decidido apoyo y respaldo moral y material a la continuación del proceso; salvar el proceso, profundizarlo y alcanzar las metas de la Liberación Nacional y Social de los pueblos bolivianos es la máxima aspiración revolucionaria y antiimperialista del ARA.
Como proclama nuestra Declaración Política-1, decimos: “Luchamos por el socialismo que significa una verdadera democracia, luchamos contra el imperialismo que es el enemigo de los pueblos, luchamos por la patria diversa pero unida, luchamos por un Estado Multinacional”.
El fascismo proimperialista,
secesionista y racista,
¡No pasará!
¡La izquierda
se une en defensa de la Patria!
