El 6 de febrero Turquía y Siria sufrieron dos terremotos de gran magnitud. Los terremotos impactaron en varias ciudades, y el pueblo kurdo ha sido uno de los más afectados. Hasta el momento se reportan más de 30.000 muertos, y más de 100 mil heridos. Los trabajos de excavación seguramente elevarán esas cifras, ya que colapsaron completamente más de 13.000 edificios. A pesar de la gran magnitud de los terremotos, los expertos afirman que los edificios construidos de forma correcta deberían haber podido mantenerse en pie.
La corrupción del gobierno turco mata
Turquía está en una zona que sufre terremotos con frecuencia, pues está donde tres placas tectónicas chocan constantemente entre sí bajo la superficie de la Tierra. El ser humano aprendió a dominar la naturaleza en este aspecto, y es capaz de construir edificios que no se caigan. Pero para esto hay que seguir estrictos protocolos, que tienen que ser continuamente monitorizados. El estado turco, con el fascista dictador Recep Tayyip Erdogan a la cabeza del gobierno, se dedicó sistemáticamente a recibir coimas para perdonar que no se cumplan estos protocolos. Especialmente durante períodos electorales.
Impacta ver el contraste entre edificios intactos junto a las ruinas de los edificios derrumbados por el temblor. No hay mejor explicación para ver los efectos de la extensión de un tipo de construcción “barata” de la era Erdogan. Todo indica que los edificios derrumbados fueron construidos con hormigón sin el refuerzo sísmico adecuado.
En Turquía existen amnistías (coimas “legales”) donde las constructoras pagan multas para evitar cumplir con los códigos de construcción, que se aplican desde 1960. La agencia responsable de hacer cumplir los códigos de construcción reconoció que más de la mitad de todas las construcciones en Turquía —unos 13 millones de edificios— se beneficiaron con estas amnistías y no cumplen con los requisitos necesarios para ser seguros.
Días antes del terremoto, se informaba que estaba pendiente la aprobación parlamentaria de un proyecto de ley que concedería una nueva amnistía para las obras de construcción recientes.
En 2021, la Cámara de Ingenieros Geológicos de Turquía publicó una serie de informes alertando sobre este problema. Un año antes había emitido otro informe donde calificaba directamente como peligrosas las políticas de “amnistía de los barrios marginales, amnistía de la construcción” y advirtió que la “indiferencia a la cultura de seguridad ante desastres” causaría muertes prevenibles. Advertían que las constructoras, para bajar costos, usan materiales de baja calidad, no contratan suficientes supervisores de obra, y no cumplen las regulaciones pedidas.
Antes de las elecciones de 2018. el gobierno de Erdogan lanzó la “política de la construcción de la paz”, como un chantaje electoral. Arquitectos habían denunciado que legalizaba la construcción de inmuebles inseguros para sectores pobres. Pero la corrupción se ve en todas partes: hasta los edificios modernos, publicitados como seguros, cayeron durante el sismo.
Argentina, como parte de la solidaridad internacional, envió un equipo de ayuda humanitaria para trabajar junto a la Agencia Turca de Manejo de Desastres
El Partido Marxista Leninista de Turquía/Kurdistán expresó: “La industria de la construcción es uno de los principales pilares económicos del régimen fascista de Erdogan. No les importa en absoluto la seguridad del pueblo, por eso nunca se preocuparon por cumplir estándares antisísmicos en las construcciones. Pero mientras estamos sanando las heridas y llorando nuestros muertos, vamos a luchar aún más fuerte contra este estado de explotación, ganancia y saqueo, destrucción y muerte. Ahora es el momento de ejercer la solidaridad más fuerte, que nos mantiene vivos y cura nuestras heridas. Deseamos una pronta recuperación a nuestra gente y nuestras condolencias a quienes perdieron a sus familiares debido al terremoto con epicentro en el Kurdistán del Norte, Maraş, y que se sintió en una gran región”,
Por su parte, el Movimiento de Mujeres Libres de Kurdistán en América Latina afirmó “Las principales víctimas de este desastre son, como siempre, los y las pobres, las y los desplazados, que tanto en Kurdistán, como en Siria y Turquía, no sólo han padecido bajo los escombros sino que sufrirán las drásticas consecuencias de la destrucción en medio de un frío y duro invierno. … Llamamos a la solidaridad. Se puede hacer una donación a la Media Luna Roja de Kurdistán, ONG que trabaja en el territorio directamente con la población”.
Escribe Rodrigo Cruz
Hoy N° 1950 15/02/2023