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09 de noviembre de 2011


Todo el mundo a la calle

Hoy 1394 / Miles de “indignados” ocuparon el puerto de Oakland (California)

El movimiento de acampes y ocupaciones en EEUU se convierte en un gran torrente que concentra la bronca contra un sistema que llena los bolsillos de un puñado de monopolistas y banqueros y deja a las mayorías sin trabajo, sin casa, y con represión y guerras.

El movimiento de acampes y ocupaciones en EEUU se convierte en un gran torrente que concentra la bronca contra un sistema que llena los bolsillos de un puñado de monopolistas y banqueros y deja a las mayorías sin trabajo, sin casa, y con represión y guerras.

El movimiento “Ocupar Wall Street” sigue creciendo. No sólo abarca ya a la mayor parte de las ciudades grandes y pequeñas de Estados Unidos, sino que está pasando –como en Oakland, California– del debate y la denuncia a acciones de gran relevancia social y política.
El miércoles 2, unos 7.000 trabajadores de sindicatos, miembros de organizaciones sociales, familias con niños, desocupados, inmigrantes, veteranos de guerra, universitarios, maestros, enfermeras, estibadores, personas afectadas por los desalojos, estudiantes endeudados, activistas afroamericanos y mendigos (muy numerosos en esa zona del país), participaron en una jornada en la ciudad portuaria de Oakland –al sudoeste de EEUU– obligando a cerrar bancos y comercios, recibiendo un amplio apoyo de trabajadores de todo tipo, y culminando con la ocupación y suspensión de operaciones en el corazón industrial de esa ciudad, al otro lado de la bahía de San Francisco, en una acción sin precedentes desde hace décadas.
“¡Todo el mundo a la calle! ¡Ni trabajo ni escuela!”, proclamaban los afiches de convocatoria a la huelga general de ese día. Por la noche, y tal como lo habían anunciado y preparado, parte de los miles de participantes en la jornada de huelga irrumpieron en el puerto de la ciudad. El puerto de Oakland es el tercero más importante de California, después de Los Ángeles y Long Beach, que son los más grandes de Estados Unidos. El de Oakland es una mole que emplea a unas 73.000 personas. Allí los acampados lograron cerrar el tráfico portuario desde las ocho de la noche hasta las tres de la madrugada.
“Lo hemos hecho para que las empresas noten nuestra protesta en sus bolsillos”, dijo una empleada de 24 años. También se proclamó la solidaridad con los estibadores del puerto de Longshore en el estado de Washington, en lucha por salarios contra una gran corporación agroindustrial.
La protesta fue pacífica, aunque la policía reprimió con gases y balines a un grupo de unas 50 personas separado de la columna.
Louise Michel, una de las organizadoras de la jornada, subrayó que uno de los objetivos era oponerse a “un sistema económico construido en el imperialismo, la desigualdad y el poder corporativo que perpetúa todas las formas de opresión y la destrucción del medio ambiente”.

 

“Ocupar todo”
Simultáneamente, en San Francisco activistas del movimiento Ocupar protestaron frente a las oficinas del banco Wells Fargo. También las enfermeras se manifestaron por las calles del centro en apoyo a Ocupar Wall Street.
Centenares de integrantes de Ocupar Filadelfia marcharon y por lo menos 10 fueron arrestados después de instalarse dentro del Centro Comcast para denunciar las prácticas de esa empresa, y en solidaridad con la jornada de Oakland.
La policía usó gas pimienta para dispersar a integrantes de “Ocupar Seattle” que bloqueaban la entrada a un hotel donde disertaba un ejecutivo del banco Morgan Chase.
En Nueva York la policía arrestó a 16 manifestantes de Ocupar Wall Street cuando bloquearon la entrada a la sede de la financiera Goldman Sachs; entre los arrestados estaba el periodista Chris Hedges, premio Pulitzer y ex corresponsal de guerra del New York Times.
En Boston, estudiantes y sindicalistas marcharon hacia las oficinas del Bank of America, el Club Harvard y el Capitolio para denunciar el creciente endeudamiento de los estudiantes.

 

Repudio al sistema
Como está ocurriendo en muchas ciudades, la violenta represión policial del 25 de octubre en Oakland, en lugar de “enfriar” la protesta atrajo a más simpatizantes. Cada acampe de los “Ocupa” decide sus pasos a través de una asamblea general que sesiona todos los días y donde las decisiones se aprueban por consenso.
Los veteranos estadounidenses de las guerras de Irak y Afganistán están cada vez más en la primera línea del movimiento de protesta. Hace poco se creó un grupo llamado “Veteranos del 99 por ciento” que, junto con el grupo de Nueva York de los “Veteranos de Irak contra la Guerra”, decidió marchar el 2 de noviembre a la Plaza de la Libertad para sumarse formalmente al movimiento. Algunos participan con sus uniformes de combate y portan carteles con la leyenda: “Es la segunda vez que lucho por mi país; es la primera vez que conozco al enemigo”.
Los acampados de Oakland tienen ya como bandera de lucha a dos mártires: además de Scott Olsen, el veterano de la guerra de Irak gravemente herido la semana anterior por un cartucho de gas de la policía, levantan a Oscar Grant, el joven negro asesinado a sangre fría por la policía en 2009 en el subterráneo de la ciudad, y rebautizaron con su nombre la plaza del ayuntamiento.
 

L.L.