Noticias

15 de febrero de 2012

Todo un show mediático

Hoy 1406 / Como el kirchnerismo “construye el relato”

Ni el nombre era real. “Antonio”, el “simple trabajador” elegido para “dialogar” con la Presidenta y elogiado por ella como ejemplo de “la implacable voz del pueblo” en favor de la minería, resultó ser un fraude.

Ni el nombre era real. “Antonio”, el “simple trabajador” elegido para “dialogar” con la Presidenta y elogiado por ella como ejemplo de “la implacable voz del pueblo” en favor de la minería, resultó ser un fraude.
El vicepresidente Boudou, acompañado de la ministra Débora Giorgi, lo presentó como “Antonio” y así lo siguió llamando Cristina Fernández. Aunque el presentado intentó rectificar su nombre, ni él ni Boudou aclararon que, en realidad, “Antonio” era Armando César Domínguez, actual vicepresidente del PJ de Olavarría, secretario general de la seccional local de la Asociación Obrera Minera Argentina (AOMA) y vocal primero del sindicato a nivel nacional.
Pero no sólo eso. En 2010, “Antonio” fue designado interventor del gremio minero en San Juan, ante la avanzada del sindicato rival OSMA, que integra la CTA, y que denunciaba accidentes de los trabajadores, amenazas políticas y daño ambiental.
“Vox pópulli, vox dei”, le dedicó Cristina a Antonio, como lo llamó desde ese momento. Lo elogió por sus palabras certeras y “emotivas” que, dijo, responden a “la lógica implacable del pueblo”.
“Vos no sos ningún dirigente político, sos un trabajador que defiende su fuente de trabajo”, enfatizó la Presidenta, para proponer una discusión “en serio y muy responsable” sobre la minería. “Tenemos que exigir calidad ambiental a las empresas y, por otro lado, responsabilidad y seriedad sobre los planteos que se realizan”, justo en el momento que se reprimía a los pobladores de Belén (Catamarca) y Amaicha del Valle (Tucumán).
Alentado por la efusividad de la Presidenta y los funcionarios que empezaron a aplaudirlo desde la Casa Rosada, “Antonio” volvió a tomar la palabra. “Somos nosotros los que conocemos mejor el trabajo. Somos más ambientalistas que los propios ambientalistas. No somos suicidas, queremos vivir, entonces no nos vamos a meter en un lugar inseguro”, dijo.
Como cubriéndose de su propio pecado, la Presidenta remató: “No tenés pinta de ser hombre de la Barrick”. ¿Acaso no le informaron que el interlocutor que le habían puesto apoyó e hizo negocios con ese monopolio imperialista los 14 meses que estuvo en San Juan, persiguiendo a los trabajadores que lo habían denunciado?