La política inflacionaria del gobierno kirchnerista descarga sobre los trabajadores y el pueblo los efectos de la crisis mundial del sistema capitalista imperialista: con el brutal aumento en los precios de los alimentos, a lo que se suman los mayores ritmos de trabajo, el trabajo en negro, las suspensiones y algunas quiebras y cierres, además de la presión impositiva regresiva sobre los salarios con Ganancias, IVA, inmobiliario, barrido y limpieza, impuestos a los combustibles, pago en mercaderías y servicios del costo de la seguridad privada de las empresas, de la misma manera se golpea a la pequeña y mediana producción industrial, agraria y comercial.
La lucha y el gran reagrupamiento de 2012, que tuvo su pico más alto en el paro nacional multisectorial del 20 de noviembre, con un programa avanzado de 33 puntos, continuó durante el 2013, y logró instalar desde las calles, en la lucha política electoral, los puntos principales de las luchas de la clase obrera en sus tres ramas y que se obtuviera después de la derrota en las PASO del gobierno de Cristina y el FPV un importante triunfo parcial con la modificación de la cota del impuesto a las ganancias.
Esto en medio de luchas: de los docentes, contra cierres de fábricas en Rosario, limoneros de Alberdi, estatales de Buenos Aires y Jujuy, médicos y hospitales porteños, jubilados y pensionados, estudiantes secundarios, fraternales y ferroviarios, movilizaciones gigantes contra el acuerdo con Chevron en Neuquén, etc.
Aumento de la explotación
Este momento político particular nos exige tocar el piano con los diez dedos. Porque hay que enfrentar los ritmos infernales en las fábricas que lesionan con tendinitis, artrosis, etc., reducen salarios por enfermedad, y traen problemas graves en la familia y zozobra.
Tenemos que frenar las suspensiones, enfrentado a las patronales que la juntaron con pala, para que la caída de ventas, -por enfriamiento de Brasil- la aguanten ellos, no los trabajadores, como en el caso de las automotrices. Impulsamos asambleas de sección y el desborde de dirigentes traidores y conciliadores, siempre prontos a “comprender a la empresa” constituyendo comisiones de suspendidos.
Es un momento que exige que enfrentemos el trabajo en negro en defensa de nuestros salarios, nuestra salud y jubilación futura, y las condiciones de trabajo y derechos obreros. En este proceso, preparar las listas y procesos electorales de fábricas claves y gremios importantes.
Exige que defendamos el dinero de las obras sociales de los trabajadores que se está quedando el gobierno K, como están luchando los camioneros. Por supuesto peleamos por la transparencia y el control de las bases de las obras sociales.
Exige que ayudemos a nuestras compañeras, madres, hijas a conseguir todo lo que necesitan para viajar y participar del Encuentro Nacional de Mujeres en San Juan el 23 de noviembre.
Que participemos activamente en la campaña electoral en cada fábrica y barrio, para ayudar a librar la batalla política en las elecciones del 27 de octubre.
Es un momento que exige que nos involucremos -en las fábricas y en el barrio- con la autoorganización por la seguridad y contra la droga, problema que nos agobia día y noche, que nos saca dinero tres veces de nuestros salarios, para vivir con el corazón en la boca por responsabilidad de un sector de políticos, jueces y comisarios, que manejan el exorbitante negocio de la seguridad privada, el narcotráfico y el delito. Debemos ayudar a madres y padres que viven con culpa, vergüenza, impotencia y miedo porque algunos de sus hijos o parientes ha sido victimizado con la adicción de la droga; luchar para lograr instituciones serias, no represivas, para ayudar a curar.
Debemos enfrentar a fondo la inflación y la política del gobierno K y las patronales imperialistas, que descargan sobre nosotros la crisis, peleando lugar por lugar de trabajo, empujando el paro por rama, y sobre todo el paro general multisectorial por todos los reclamos,
Hoy el centro está en lograr la gran jornada de lucha del 11 de octubre en todo el país, con la multisectorial con todos los reclamos, en defensa de los bienes comunes, con las naciones y pueblos originarios al frente de las movilizaciones, en conmemoración del último día de libertad.
