Con valentía y decisión, los pobladores de Aysén –poco más de cien mil habitantes– mantienen la lucha que comenzaron el 13 de febrero. Piden medidas que mitiguen el aislamiento de esa región patagónica de Chile, con pocas rutas, combustibles caros, frecuentes caídas del servicio de Internet, y condenados al empobrecimiento mientras proliferan proyectos mineros extranjeros.
Con valentía y decisión, los pobladores de Aysén –poco más de cien mil habitantes– mantienen la lucha que comenzaron el 13 de febrero. Piden medidas que mitiguen el aislamiento de esa región patagónica de Chile, con pocas rutas, combustibles caros, frecuentes caídas del servicio de Internet, y condenados al empobrecimiento mientras proliferan proyectos mineros extranjeros.
El miércoles 21 retomaron las protestas (ver hoy 29 de febrero y 2 de marzo). Los carabineros (policía) dispararon gases lacrimógenos para disolver a los manifestantes que habían cruzado el camino con barricadas de troncos para impedir el avance de los refuerzos policiales.
El martes 20 dirigentes del movimiento social “Aysén, tu problema es mi problema” habían enviado una carta al ministro Rodrigo Hinzpeter, exigiendo que el gobierno desista de aplicar la Ley de Seguridad del Estado contra los 22 querellados por la lucha en la región, como condición para terminar con los cortes de ruta. Los pobladores reclaman el cumplimiento de varios puntos, incluido el retiro de las Fuerzas Especiales de carabineros.
La jornada estuvo marcada por enfrentamientos entre los pobladores y las Fuerzas Especiales en Coyhaique, capital de la región a la que pertenece Aysén, y en los que fueron heridos al menos 11 pobladores. Los vecinos se atrincheraron en una decena de barricadas, y el enfrentamiento a la brutal represión policial provocó daños en varios negocios, un banco y la municipalidad de Coyhaique. Aquí, los choques entre los carabineros y unos mil manifestantes se prolongaron por casi una hora, con un saldo de varios heridos y ataques a pedradas a la Intendencia.
Troncos, neumáticos y redes de pesca
En Puerto Aysén, grupos de pobladores –algunos encapuchados y otros a rostro descubierto– reforzaron los puntos de bloqueo en los principales accesos a la comuna, esperando la llegada de las Fuerzas Especiales. En el puente Presidente Ibáñez, las barricadas incluían troncos, autos, neumáticos encendidos y hasta una gran red –que los pescadores utilizan habitualmente para la caza de lobos marinos– destinada a impedir el paso de los “guanacos” (carros hidrantes de la policía).
“A nosotros nos piden diálogo –declaró Misael Ruiz, uno de los voceros del movimiento por Aysén–. Ayer nos llamaron del Ministerio del Interior porque querían reunirse con nosotros, pero ¿cómo vamos a sentarnos a conversar si ellos llegan con el garrote? Nosotros lo encontramos indigno, llegaron 300 refuerzos de Fuerzas Especiales… Si el gobierno tuviera la voluntad de conversar con nosotros y tener soluciones ¿por qué tienen que estar trayendo más Fuerzas Especiales? Claramente el gobierno no quiere conversar, quieren represión, por eso la gente está muy preocupada”.
El día anterior, lunes 19, cerca de 2.000 habitantes de Puerto Cisnes habían tomado la ruta que lleva a Puerto Aysén para cortar el paso a la caravana de Fuerzas Especiales de Carabineros que había desembarcado en la localidad: tres carros lanzagases, un lanzaaguas y dos buses que iban a reforzar el fuerte contingente represivo que se mantiene en la zona. Un grupo de adherentes al movimiento social de Aysén trató de impedir el paso tomándose de las manos y haciendo una barrera humana, pero esta acción pacífica fue reprimida con chorros de agua.
En todo Chile
En tanto, en Puerto Aysén sigue el bloqueo al Puente Ibáñez. En su mayoría pescadores, los vecinos trataron de detener a los uniformados, generándose duros enfrentamientos. Minutos antes, la señal de la telefonía celular se había caído en toda la zona, no se sabe si por razones técnicas, por decisión de la empresa proveedora o como medio represivo para aislar a los ayseninos. Barricadas y enfrentamientos también se registraron en Villa Mañihuales, a medio camino entre Cisnes y Aysén.
El mismo lunes 19 fueron reprimidos, en pleno centro de la capital chilena (Santiago), trabajadores y dirigentes de la ANEF (Asociación Nacional de Empleados Fiscales), de la CUT (Central Única de Trabajadores de Chile) y varios dirigentes de la Clate (Confederación Latinoamericana de Trabajadores Estatales, entre ellos el titular de la CTA de Argentina, Pablo Micheli y los dirigentes de ATE Julio Fuentes y Víctor Mendibil) que acompañaron a los dirigentes de ANEF a La Moneda (palacio de gobierno) a entregar una nota en solidaridad con los pobladores de Aysén. Durante la marcha se corearon consignas como “Todos somos Aysén” y “Ya va a caer, el sucesor de Pinochet”. Los carabineros cercaron durante más de una hora a los manifestantes frente al palacio presidencial.
Al día siguiente, martes 20, el movimiento estudiantil y las organizaciones sociales chilenas marcharon también en Santiago en solidaridad con Aysén y contra la represión, en medio de una ciudad militarizada.
Las movilizaciones y protestas se extendieron por todo el país. En Calama, en el extremo norte chileno, varios miles marcharon el mismo martes 20 en demanda de mayores recursos para su región. Los estudiantes universitarios agrupados en la Confech condenaron la aplicación de la ley de seguridad del estado y convocaron para el miércoles 21 a una gran marcha nacional en apoyo de Aysén. A la marcha se sumaron diversas organizaciones sociales.