“Acá se pelea, se lucha, se les hace escrache”, arranca Dalinda para explicar el tipo de gremio que empujan, en defensa de los derechos de los trabajadores rurales del arándano y del limón. “Nosotros tenemos 4 mil afiliados a Uatre, abarca desde Río Chico hasta el río Juan Ignacio: Río Chico, Santa Ana, Villa Belgrano, Alberdi, La Cañada, Graneros, Lamadrid, La invernada. Estamos trabajando con la compañera de La Cocha que ahí presentamos lista y ganamos en 2015”.
Dalinda explica que la pelea principal es por el Plan Intercosecha. Movilizamos a la Gerencia de Empleo, para que el Intercosecha sea equiparado con el Argentina Trabaja.
“Decían que el gobierno estaba haciendo dos ofrecimientos. Uno, que en vez de cuatro meses como es actualmente el plan, que sean tres, de 5.700 pesos. O los cuatro meses, de 2.400 el plan, aumentarían el 10%, que quedaría en 2.600 pesos”.
Actualmente, en el arándano, en la provincia, trabajan unos 20 mil trabajadores. En especial en las localidades de Famaillá, Monteros, Alvear, Alberdi y La Cocha… en toda la parte sur de la provincia.
Si bien la cosecha del arándano está terminando, para Dalinda “es una gran pelea” saber cuántos trabajan “porque uno llega a la finca, se esconden o no te quieren dar los datos. Los empleadores dicen que la gente se esconde porque tienen los planes. Pero en realidad eso no les perjudica los planes intercosecha o interzafra porque nosotros cargamos para octubre, tendrían que entrar cobrar noviembre, pero les postergamos los planes para que cobren recién en diciembre. Con esa modalidad lo hacemos en Alberdi y La Cocha. Los trabajadores pueden trabajar en blanco septiembre, octubre, y así figura el 100% de lo que trabaja. Y ya en noviembre hay que buscarle la vuelta para que el trabajador pueda cobrar ya en diciembre el plan”.
Los dueños de las plantaciones, explica Dalinda, “son grandes, pero no hay mucha cantidad. Yo creo que la que más tiene es Donato Álvarez, Sebe, que no debe llegar a las 30 hectáreas”. Según cuenta, “treinta hectáreas son una montaña enorme de arándanos”. En la zona, las empresas aparecen con distintas firmas, cinco o seis son dueños de todo el arándano. Donato Álvarez, la más importante del sur de la provincia, había tenido 5 o 6 contratistas.
Inspecciones a los socios del gobierno
Dalinda cuenta que se pueden hacer muy pocas inspecciones. “El año pasado se recorrió con el secretario de Ministerio de Trabajo, con Uatre, Ostrera. Pero este año he tenido solo tres días de inspecciones. Higiene y Seguridad, y Secretaría de Trabajo, cuando íbamos a salir no vinieron, tienen una sola camioneta para recorrer la provincia. ¡Yo presento nota pidiendo inspectores, ¿qué van a tener camioneta si les estamos por inspeccionar a los socios del gobierno?! El director de la Secretaría de Trabajo es del gobierno…
“Lo que pasa es que no tenemos apoyo del gremio provincial ni nacional. Ellos hablan de unidad, pero ¿de qué unidad hablan?, el gremio está para pelear por los trabajadores, y si vamos a escrachar a una empresa, ¿el gremio me denuncia?”
Llamativamente, justo en la semana de mayor cosecha, y con mayor cantidad de gente, fue cuando llamaron a Dalinda de Buenos Aires, porque desde Uatre le habían hecho una denuncia: “por haber escrachado a una empresa Lapacho Amarillo con intención de tomar la delegación, que disturbios en la vía pública”. Y explica: “Fui a hacer el escrache a esa empresa porque despidió a 16 trabajadores, que son los trabajadores que han estado en la lucha en mayo por la paritaria del citrus”. Así explica la actitud del gremio hacia la empresa.
Condiciones laborales
En el arándano la cosecha se empieza a las 6 de la mañana hasta tipo 12-1 de la tarde. Si hace mucho calor, más de las 11.30, no anda la gente en el campo. “Pero la gente del empaque sí trabaja varias horas”.
“Los cosecheros trabajan para contratitas de contratistas. Todo está tercerizado. En la provincia hay solo dos empresas que emplean ellos mismos los trabajadores: Lapacho Amarillo y Jalil”.
Este año, las condiciones del trabajador del arándano vienen pésimas, como explica. “El año pasado se había aprobado un decreto en el Ministerio de Trabajo donde beneficiaba al trabajador que, con 14 bandejas de 1,700 kg. hacía el jornal para el arándano. Pero lo han volteado este año. Años anteriores tenías que hacer 22 bandejas de 1,700 kg para el jornal. Lo que tenían que garantizar los empleadores era el jornal. Los primeros días no se hace jornal. Después, los trabajadores ganan 450 pesos para arriba. Pero está bajo el jornal del arándano. Lo curioso, es que después venden a ‘precio oro’ los exitosos arándanos del mundo, al igual que el limón… Recorren las góndolas del mundo, Europa, Estados Unidos… y el trabajador mal pagado”.
Además, Dalinda cuenta que la situación este año empeoró: “me decía un contratista que el año pasado había cosechado 56 toneladas, y hoy no está llegando a 22. Encima el arándano está pasando. Cuando se suponía que iba a estar mejor dadas las condiciones del tiempo mejores. Pero aun así, hay menos fruta que el año pasado. Los arándanos estaban bien grandes, pero ya estaba pasada su fruta, eso se cosecha pero para industria, porque ya es tarde. Porque es una fruta muy delicada”. Por esta razón, las contratistas llaman en su mayoría a mujeres. “Es una de las peores cosechas que puede haber debido a su altura de la planta. Bajo 40 grados de calor del sol, en el limón al menos la planta te hace sombra, acá en el arándano no hay sombra. La gente se enferma, le agarra diarrea, vómitos, va al hospital… es terrible la cosecha. Los que están en el empaque es más aliviado: están en un lugar fresco, refrigerado, pero también, algunos salen enfermos de frío…”.
En la cosecha del limón
La cosecha del limón es de abril a mediados de julio. En cambio, el arándano empieza a fines de septiembre hasta los primeros días de noviembre. “El limón tiene cuatro meses, máximo. Pero hace dos temporadas que los trabajadores del limón vienen trabajando mal”. Las lluvias, este año le permitieron “trabajar junio y julio, y pare de contar”.
Los trabajadores del limón son como 40 mil. “Se trabaja con el mismo sistema, con contratistas. Las tercerizadoras son las que más se llevan la ganancia. Hay empresas que agarran a su jefe de personal, le piden que consigan sus propios capataces para que armen su propia tercerizada, cosa de que vos no tengas ninguna posibilidad de llegar a la empresa”.
Dalinda explica que está latente el tema de la reforma laboral: “leí un texto que no beneficia nada al trabajador. Por ejemplo a un empleador, que tiene personal en negro, van a darle un año para que blanquee, ¿sin meterle una multa? Van a hacer lo que se les cante, esclavitud total, van a aumentar las horas de trabajo… el convenio colectivo queda sin efecto.
“¿Por qué si teniendo Uatre, para representar a los trabajadores, tengo que armar un cartel que diga Movimiento de Trabajadores Rurales para no enfrentar con el gremio que no defiende los derechos de los trabajadores?” Se pregunta. Y agrega: “Al compañero Rubén Portas también lo han querido fletear, le han mandado cartas desde el gremio para que se jubile.
“El año pasado ganamos las elecciones a nivel provincial, yo tendría que estar como subdelegada de la provincia en Uatre, y Gerónimo Venegas nos volteó la elección. Yo le dije: como mujer me siento discriminada, desplazada. Querían la unidad de las dos listas, pero vos si, vos no, vos si, vos no. Cuando deberíamos estar todos juntos en la lucha del gremio”.
A continuación, Dalinda reflexiona: “en mayo se vino el paro provincial pero convocamos, visitamos y volanteamos en todos lados, también con colaboración del Partido, en los empaques de citrus, todas las empresas. Se logró presionar al gremio y han tenido que ir al paro, ellos querían arreglar por un 23% y al final sacamos un 31%”.