En medio del reclamo por los fondos coparticipables que aún retiene la Nación, el gobierno privilegió a las provincias aliadas para la distribución de los recursos nacionales en sus primeros tres meses. Esto surge de los datos correspondientes a los desembolsos desde el 10 de diciembre pasado y alcanza los primeros días de marzo, cuando el gobierno recibió, con estos informes en mano, a los 24 gobernadores.
En medio del reclamo por los fondos coparticipables que aún retiene la Nación, el gobierno privilegió a las provincias aliadas para la distribución de los recursos nacionales en sus primeros tres meses. Esto surge de los datos correspondientes a los desembolsos desde el 10 de diciembre pasado y alcanza los primeros días de marzo, cuando el gobierno recibió, con estos informes en mano, a los 24 gobernadores.
La mayor cantidad de recursos, en rigor, lo obtuvo la Ciudad de Buenos Aires por el traspaso de la Policía Federal al ámbito porteño, que le habilitó a Horacio Rodríguez Larreta $16.579 millones extras para sostener las fuerzas de seguridad. Este destino generó una fuerte reacción de los gobernadores. En el reparto discrecional, el territorio porteño no fue, de todas maneras, el más beneficiado. Por deuda de obra pública sólo le llegaron $36 millones.
En el ranking de las cinco provincias elegidas por el gobierno para darles asistencia financiera directa, la provincia de Buenos Aires quedó a la cabeza, con $10.693 millones, repartidos entre adelantos de coparticipación y obras públicas adeudadas desde el año pasado, que la administración de Mauricio Macri fue destrabando tras el reclamo de los gobernadores del peronismo. Urgida de fondos frescos tras denunciar que la provincia había quedado sin recursos de la gestión de Daniel Scioli, María Eugenia Vidal se llevó las mayores partidas en los primeros 100 días de gobierno. Fueron $9.959 millones en concepto de adelanto de coparticipación y $734 millones para obras públicas.
La segunda fue Mendoza, gobernada por Alfredo Cornejo, aliado de la Casa Rosada, que obtuvo $1.869 millones, $1.800 millones como adelanto de coparticipación y otros $69 millones por obras adeudadas.
Las únicas provincias opositoras que se encuentran entre las cinco primeras son Chaco y Entre Ríos. Tanto Domingo Peppo como Gustavo Bordet se expresaron a favor del acuerdo con los fondos buitre aunque, en ambos casos, los dos gobernadores no lograron mover a sus legisladores en la Cámara de Diputados para avalar el proyecto. Chaco obtuvo $1.600 millones, mientras que Entre Ríos consiguió $1.447 millones.
En total, el gobierno repartió $22.294 millones sin contar la ayuda extra a la Ciudad de Buenos Aires. Fueron $18.119 millones como adelanto de coparticipación y $4.175 millones para obras que le corresponden al ministerio que conduce Rogelio Frigerio. En tanto siguen demoradas las obras de energía y transporte, áreas de Juan José Aranguren y Guillermo Dietrich. Las provincias con menos ayuda nacional en esta primera tanda de desembolsos fueron La Pampa y San Luis, con $18 millones cada una.
El gobierno de Macri aduce la falta de fondos para postergar los reclamos de los trabajadores y las provincias. Es cierto, pero también es cierto que devaluó y emitió miles de millones de pesos, para favorecer de inicio a las cerealeras, mineras, petroleras, grandes bancos y demás monopolios imperialistas, pagarles el fraude de los dólares a futuro, reforzar la bicicleta financiera y el endeudamiento externo usurario, aumentar las tarifas y combustibles, etc., descargando la mayor inflación así provocada sobre los trabajadores y las provincias. Es decir un ajuste mayor sobre los trabajadores, el pueblo y la producción y el comercio nacionales, para favorecer a aquéllos a costa de éstos.