Una delegada de la textil neuquina contó al corresponsal de hoy los motivos porque se desató la lucha:
“En esta fábrica trabajan 65 trabajadoras y trabajadores. La empresa recibió un crédito del Instituto Autárquico de Desarrollo Productivo (Iadep) durante el gobierno de Sobisch, que otorgó a empresarios amigos. Dinero que es del pueblo de Neuquén. Nosotros ganamos $1.800 por 9 horas de trabajo, sin aportes jubilatorios, sin viáticos ni refrigerio y la mayoría de las mujeres son sostén de familia.
Por estas razones es que se decidió ir al paro, y los patrones nos amenazaron! “Si ustedes nos hacen problemas, le vamos a prender fuego a la fábrica”.
“Esas amenazas no impidieron que se haga el paro, durante 5 días. Cuando entregamos el volante con nuestros reclamos sobre la ruta, frente a la fábrica, la gente que pasaba nos alentaba, tocaba bocina. Estamos muy agradecidas. Recibimos el apoyo y la solidaridad de diferentes organizaciones que nos acompañaron.
“Nuestro gremio está en Buenos Aires, por lo tanto no teníamos respaldo gremial. Estamos contentas porque conseguimos el 22% por producción, los aportes jubilatorios, viáticos y refrigerio. El aumento salarial no se resolvió porque el gremio textil entró en paritarias y allí se va a discutir lo salarial.
“Cuando reanudamos nuestro trabajo, la empresa comenzó a perseguirnos, intentó hacernos trabajar los sábados, intentó descontarnos, y no pudo, hasta ahora nos mantenemos unidas. Lo último que hace es enviarme una nota donde me responsabiliza por el mal clima laboral e interpersonal dentro de la fábrica.
“Le vamos a contestar legalmente, nosotros hicimos lo que teníamos que hacer y como delegada defendí los derechos de mis compañeros.”
02 de octubre de 2010