Desde que el Partido ayudó a la formación de la CCC allá por el 2001 en VGG, tuvo la mirada puesta en que la crisis la debían afrontar los que más ganan. Ya en ese momento dijimos que fue justa la resolución del no pago de la deuda externa y junto con ello que los grandes monopolios, como el frigorífico Swift, debían poner carne en los hogares más castigados.
Sus niveles de facturación y faenamiento siempre fueron altísimos, exportando en dólares y euros y pagando a proveedores y obreros en pesos. Y lo más grave como dijo una compañera “a dos cuadras de la fábrica, hay habitantes que no comen carne”. Hace un año la CCC de VGG, junto a la Multisectorial realizó una histórica movilización que terminó en las puertas del frigorífico exigiendo carne para los comedores populares de VGG. La cara del gerente de Recursos Humanos era de sorpresa por tamaño atrevimiento. Nos prometió que lo iban a conversar con el intendente. El intendente nos decía que “a los empresarios no se los molesta”. Mientras tanto, las ollas se “llenaban” con alimentos secos, arroz, polenta, fideos, etc.
Por supuesto que la pandemia potenció y agudizó todas las desigualdades. Se le pedía a la población que se quedara en sus casas, hacinamiento de por medio, pero ¿qué hacían los que cirujeaban, cartoneaban, o changueaban? Se multiplicaron los comedores y copas de leche que, con lo que recibían de municipalidad y provincia, no les alcanzaba. Mientras tanto, el frigorífico no paró nunca la producción (2.200 animales por día) y tampoco respetó los protocolos, con lo que llevaron a la muerte a un compañero con la complicidad del Sindicato y la “vista gorda” del intendente y el secretario de Trabajo de la provincia. Para colmo se sacan una foto en las puertas de la fábrica con los CEO del monopolio. Creció la indignación popular y el Partido sacó una declaración pública donde denunciaba el hecho.
A la semana tuvimos una llamada de la Subsecretaría de Promoción Social de la Municipalidad, donde nos comunican que el frigorífico iba a “donar” una cantidad de kilos de carne para que se repartan entre las organizaciones sociales. ¿Casualidad? ¿Un intento de lavar un poco la imagen? No lo sabemos. De lo que sí estamos seguros es que la lucha no fue en vano. Y que si bien lo donado, se dice entre 500 a 700 kilos, es muy poco, creemos que por primera vez en la historia pudimos arrancarle algo a este poderoso pulpo que se lleva la vida, el sudor y la sangre de los trabajadores, y aquí queda el hambre y la miseria.
Hoy N° 1837 21/10/20
