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20 de abril de 2011


Triunfo en Impsa

Hoy 1365 / Metalúrgicos de Mendoza lograron 40% de aumento

En febrero tuvo lugar una importante lucha por salarios en Impsa  (Industria Metalúrgica Pescarmona SA). Lo primero a destacar es el desborde que sufrió la UOM conducida por Luis Márquez, cuestión que explica el final de este conflicto: la empresa tomó nota de que el sindicato no está en condiciones de contener una asamblea que exprese la bronca existente entre los trabajadores, y decidió  conceder al reclamo pasando el mínimo de $2.800 a unos $4.000 (siempre y cuando se cumpla lo acordado). Esta lucha, y las ganas renovadas de ir por más tiñen una situación de bronca en la fábrica, lejos de quienes pintan un movimiento obrero que apoya el modelo de los K.
¿El detonante? A un compañero la empresa le niega un préstamo de $100. Esto colmó la paciencia de sus compañeros que pasaron a autoconvocarse en asamblea, a exigir la presencia del cuerpo de delegados y que de forma inmediata se vaya al paro general de toda la planta.
Un tema crucial es que la primera asamblea general (viernes 18/02) cambió la forma de discutir paritarias. Mientras el gobierno y Moyano plantean los aumentos en términos de porcentajes, los trabajadores, muy apretados por la inflación, toman lo que los clasistas veníamos abonando: que el salario mínimo tiene que igualar la canasta familiar hoy en $5.000.
El sindicato sufrió el desborde en tres temas: en los montos a pedir, en los tiempos de la discusión salarial (la UOM iba a entrar en paritarias en marzo y este conflicto les estalló en febrero), y en la modalidad de lucha (ellos querían ir a algo escalonado y la asamblea decide el paro total).
Lo conseguido: Se aumentan los ticket canasta, se asegura un monto mínimo de premio por productividad, y se adelanta y se asegura el 30% que está proponiendo la UOM nacional en abril sin cuotas. Si bien falta para llegar a la canasta familiar, el aprendizaje de esta lucha es que se mostró el verdadero camino para ir ganando nuestras reivindicaciones: sobrepasar con la unidad de la asamblea al sindicato que siempre busca enfriar, y pasar a exigir lo necesario (y no quedarse con lo que el sindicato plantea como “posible”).
Hubo tres despidos en medio de esta lucha que no se pudo lograr reincorporar. Fueron los tres valientes que le dijeron en la cara a los del sindicato lo que sienten la mayoría de sus compañeros: que son unos vendidos. Lo que deja como tarea urgente la de recuperar para el clasismo a los cuerpos de delegados para que se vaya a fondo en la lucha por la reincorporación de los compañeros despedidos.
Ahora se viene una nueva etapa para discutir con todo y entre todos, el significado que le queremos dar al cambio de rama dentro del convenio de la UOM para que se reconozca Impsa como una industria de metalúrgica pesada.