La Lista 27, que se impuso en 5 de las 9 manzanas del Playón y en la Comisión Directiva de la Vecinal, está conformada por viejos y nuevos vecinos del barrio que vienen peleando hace años por solucionar los problemas de las más de 4.000 personas que hoy viven en el asentamiento. La lista tiene el apoyo de la Corriente Clasista y Combativa y del Colectivo por la Igualdad.
La Lista 27, que se impuso en 5 de las 9 manzanas del Playón y en la Comisión Directiva de la Vecinal, está conformada por viejos y nuevos vecinos del barrio que vienen peleando hace años por solucionar los problemas de las más de 4.000 personas que hoy viven en el asentamiento. La lista tiene el apoyo de la Corriente Clasista y Combativa y del Colectivo por la Igualdad.
La elección, como cuentan los compañeros, fue muy disputada. Se presentaron otras tres listas: Una apoyada por la Campora (que solo ganó una manzana), otra de la Corriente Villera (que ganó en tres manzanas), y la Lista 12.
Las elecciones se realizaron manejadas por la jueza de la ciudad Liberatori, en el marco de un proceso de “regularización” de las vecinales en todas las villas de la ciudad. La jueza, que designó un “interventor” que realizó varias maniobras en el proceso electoral, determinó que la elección se haga en una escuela frente al Playón, rechazando el ofrecimiento de la CCC de utilizar el Galpón, ese que fuera defendido con valentía ante el intento de usurpación el año pasado.
“Conocemos las necesidades del barrio”
En el Galpón, el miércoles 17, mientras se reparten viandas entre los vecinos, y los chicos juegan a la pelota en la canchita construida por la CCC y los vecinos, una de las integrantes de la Lista 27, Nancy, nos contaba: “buscábamos entre todos los vecinos que se oiga nuestra parte, nosotros conocemos las necesidades del barrio. Porque hay muchos que vienen de afuera que quieren entrar a nuestro barrio, no sabemos con qué intenciones. Fue una lucha grande, y una satisfacción porque nos unimos los vecinos y ganamos. Entraron al barrio los de la Corriente Villera, hablando con muchos vecinos, les llenaban la cabeza y regalaban pollo y víveres”. Sobre las necesidades, afirma la compañera “algunas son cosas que ya se venían trabajando, como la luz, el agua, las cloacas. Lo más importante que estamos buscando es la pavimentación, porque acá cuando llueve es un desastre, se pone el barro muy feo. En el barrio hay mucha gente nueva, que viene de casas tomadas que están siendo desalojadas. La mayoría somos extranjeros acá y muchos alquilan, porque acá adentro es un poco más económico que allá afuera. Una habitación de 4 por 4 sale entre 700 u 800 pesos. Una con baño ya sale mil pesos”.
Nancy nos cuenta que otra preocupación que tienen es que el gobierno no reconoce la propiedad de las casas, “y eso nos preocupa mucho. Imaginá que algunos estamos hace años, yo cinco, invirtiendo ladrillo por ladrillo, con dos hijos, y no tenemos seguridad de nada. Nos gustaría tener un medidor de luz y pagar como corresponde”.
“Queremos la urbanización”
Luis, el flamante presidente de la Junta Vecinal, cuenta a nuestro semanario que “es algo histórico que se haya hecho una elección con tanto dramatismo y tantas organizaciones que se trataron de interponer ante los vecinos. Los vecinos han respondido, y hoy son los que gobiernan el barrio. Las elecciones fueron tranquilas y sin problemas.
“Nuestra lista plantea un proyecto de urbanización para el barrio, una educación sin discriminación, y tener una inclusión social dentro del barrio. Queremos tener los mismos servicios que cualquier persona, y pagarlos. Como Junta Vecinal y Cuerpo de Delegados que hemos sido elegidos queremos salir a ponerle el pecho a las necesidades de este barrio.
“El tema de la urbanización del barrio es que los terrenos son nacionales. Mientras Nación no ceda esos terrenos [que eran del Ferrocarril Urquiza] a Ciudad, no se va a poder urbanizar. Tenemos que ir a la Comisión de Vivienda para que haga la ley de urbanización. Para que los vecinos tengan su título de propiedad. Actualmente somos dueños de la construcción pero no somos dueños de la tierra que la sostiene. Queremos tener el mismo derecho que todos los argentinos.
“Hoy somos más de 4.000 personas en el barrio, y queremos que tengan el mismo derecho que cualquiera que viva en suelo argentino; vamos a dar lucha por eso. No queremos que nos regalen nada, queremos pagar los servicios.
“Sabemos que el tema de la vivienda está difícil, ponen muchos obstáculos para tener una vivienda digna. Te piden muchos requisitos que la gente no llega a cubrir, porque no tiene un salario fijo, vivimos por changas. El 90% somos gente trabajadora, y salimos con la frente alta del barrio, a nuestro trabajo. Lo que nos hace falta es tener los servicios adecuados para vivir dignamente como cualquier ciudadano. Porque ni el gobierno nacional ni el de la Ciudad se hacen cargo de nada acá adentro. Estamos trabajando con un amparo judicial que se ha hecho por el tema de los servicios.
“Ahora vamos a reunir a la Junta Vecinal para armar un plan de trabajo. Lo inmediato es conseguir un espacio físico para poner un transformador en el barrio, porque hay muchos problemas con el servicio eléctrico. Se corta a cada rato, y a muchos vecinos se les queman los aparatos. Con esto, más adelante, cada vecino podrá tener su medidor de luz, y que pague como cualquiera. La verdad es que estamos contentos, porque los vecinos ponemos el pecho por el barrio”.
Inevitable la referencia a las barbaridades dichas por Víctor Hugo. Nancy, que no lo escuchó, asegura: “no me alcanza para ir al cine, la necesidad está cada día peor. Yo trabajo en la cooperativa, mi marido trabaja, pero los sueldos no alcanzan, tengo dos hijos y vivimos maso… ojalá tuviera para ir al cine o al teatro”. Sobre esto mismo, Luis acota indignado que “Víctor Hugo tiene un departamento con lujo ¿por qué uno que vive en la villa no puede tener lo mismo que él? ¿Porqué no viene a vivir a la villa y nosotros vamos a su departamento? Él no se moja los pies dentro del barrio. No ve la discriminación hacia nuestros hijos, que cuando llueve no pueden salir porque las calles están inundadas”.
Como plantea el comunicado de la CCC de la Zona Norte de la Ciudad de Buenos Aires “Ahora se trata de unir a todos los vecinos porque crece el hambre y la desocupación y vamos a seguir la lucha por los cambios que necesita el barrio y por ser todos nosotros protagonistas de ese camino”.