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13 de enero de 2021

Violencia en el Congreso de EEUU

Trump desconoce el resultado electoral

Las escenas de los partidarios de Trump, el 6 de enero, ingresando violentamente al Congreso de EEUU para impedir que se certificara el resultado electoral que dio la victoria a Joe Biden dieron la vuelta al mundo.

Dejaron como saldo cinco muertos, incluyendo a un policía que murió esa noche, al volver a su cuartel.

Se despegaron 1.100 efectivos del Ejército, agentes del FBI y se impuso el toque de queda en Washington antes de que volviera a iniciarse la sesión que terminó el trámite.

Este desenlace violento no fue una sorpresa sino una posibilidad que se preveía desde hace varios meses.

Trump venía desconociendo el resultado electoral y denunciando fraude desde el 3 de noviembre, e impugnó los resultados en la Justicia pero fue rechazado por la Corte Suprema.

Un grupo de legisladores del Partido Republicano, en minoría, presentó una moción al Congreso pidiendo que anulara los resultados en tres estados, y Trump presionó a su vicepresidente, Mike Pence, para que como presidente de la Asamblea legislativa diera lugar a ese pedido. “Si él hace lo que tiene que hacer, ganamos las elecciones», advirtió Trump.

Cuando empezó la sesión y se hizo evidente que no contaba con este apoyo, arengó a sus manifestantes desde una tribuna: «Nunca vamos a reconocer los resultados de esta elección y cuando termine este acto vamos a ir al Capitolio a decirle a los legisladores lo que tienen que hacer”. Así incitó a los incidentes, en los que participaron varios grupos armados de ultraderecha supremacistas blancos, etc. Después, Trump pidió a sus seguidores que se retiraran «pacíficamente».

Este intento de «autogolpe» fue repudiado por demócratas y republicanos, y Trump quedó aislado políticamente.

Las redes sociales como Twitter y Facebook bloquearon su cuenta por incitar a la violencia y legisladores del Partido Demócrata presentaron un pedido de juicio político para remover a Trump del cargo de presidente antes que finalice su mandato, el 20 de enero.

 

La situación social y las elecciones

El 2020 fue un año de extraordinarias movilizaciones de la juventud y de la población negra, en el marco de la pandemia, que hicieron crecer al movimiento Black Lives Matters (Las vidas negras importan). Esta amplia base social, que excede a los partidos políticos tradicionales, se expresó en las elecciones y el Partido Demócrata además de las elecciones presidenciales logró mayoría en diputados, y paridad en senadores, con la vicepresidenta electa Harris desempatando a favor de los demócratas . Además, por primera vez en la historia fueron electos senadores negros en los estados del sur, de fuerte tradición racista y pasado esclavista.

También aumentó la actividad de grupos armados de ultraderecha y Trump, pese a perder las elecciones de manera ajustada, fue el presidente en funciones que más votos obtuvo en la historia de EEUU.

La fuerte polarización y movilización social, sumada a la intervención de las fuerzas armadas para reprimir conflictos internos, indica una inestabilidad creciente en la situación política de la hasta ahora principal potencia imperialista.

En sus declaraciones del 7 de enero, fue el mismo Joe Biden quien contrastó la actitud de las fuerzas de seguridad en el asalto al Capitolio, con la que habían tenido en junio pasado ante las protestas organizadas por Black Lives Matter, ante el asesinato de George Floyd. El despliegue represivo fue tal que hubiera sido imposible pisar la escalera de acceso.

Por otra parte, los demócratas plantearon la destitución inmediata de Trump, en una especie de juicio político que no prosperó, y Trump ese mismo día prometió «una transición de poder tranquila» y dijo que los que «cometieron crímenes pagarán por ello». Muchos miembros de su gobierno renunciaron ante los hechos. Eso sí, Trump ya avisó que no piensa ir al traspaso de mando.

 

Hoy N° 1847 13/01/2021