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03 de octubre de 2010

Reproducimos extractos de una nota publicada en la revista de la JCR Chispa, del mes de agosto, sobre la novela Patito Feo, que es vista por decenas de miles de pibes todos los días.

TV: Sin lugar para los feos

Hoy 1231 / Los valores que transmite la tele ¿A quien benefician?

La novela producida por Tinelli y emitida por Canal 13, Patito Feo, la historia más linda, es furor entre niños y pre adolescentes. Toma la idea de un cuento tradicional (que a casi todos nos han contado cuando éramos chicos) y que tiene por protagonista a un pato que no se parece en nada a sus hermanos. Se burlan de él por feo y raro, lo que hace de su infancia una etapa de mucho sufrimiento. Hasta que un día crece. Y entonces es cisne. El pato feo, discriminado por distinto, no es feo. Es un cisne, es otro diferente, que convivió con patos por error. No es ni más lindo ni más feo, es distinto.
Llevado a un formato televisivo –que todo lo banaliza, porque a los dueños del sentido no les interesa que la gente piense sino que se hipnotice y no cuestione nada– el cuento asume otras interpretaciones. En principio, la idea de una fea protagonista parece piola, sobre todo si se identifica con un grupo bautizado “las populares” (aunque vivan en un barrio cerrado y vayan al colegio “Pretty Land School”). Sus archienemigas, “las divinas” son chetas, consumistas y malas personas. Hasta ahí pareciera una reivindicación tibia de valores nobles como la amistad, la solidaridad y el rechazo al reinado de la apariencia. Pero las millones de chicas que siguen la novela eligieron a su preferida, y no es precisamente la heroína sino su contrafigura: la malvada –pero divina– Antonella.

Los buenos son los malos
¿Cómo es que frente a un personaje sufrido, bueno y noble el público prefiere a la calculadora y arrogante adolescente? Simple: en este sistema de exclusión, donde desde chiquitas nos dicen que lo que está bien es lo que se rige por los parámetros de belleza dominantes, y que no importa cómo ni a cuántos haya que aplastar en el camino, pero que es fundamental salvarse a sí mismo y sacar la mayor ventaja posible ¿quién va a querer identificarse con la fea? Además, Antonella no sólo es linda. También se viste como una modelo, baila muy bien y canta mejor todavía.

De patos y cisnes
En la tele es muy difícil que los feos ganen. Además, en Patito Feo, “lo popular” no es un valor en sí mismo, sino que está puesto al servicio de la belleza. Por ejemplo, el personaje de la mamá de Patito, luego de tener un hijo, queda gorda. Pero gorda a un extremo que parece una burla. Todo se exagera, y aunque seamos concientes de que se trata de un cuento, también debemos ver que el mensaje no es ingenuo. Al final, el feo siempre se convertirá en lindo, pero no como en el cuento en el que el cisne representa a la superación de los prejuicios. Todo lo contrario, el feo será lindo para que sea posible el final feliz. Y la linda no será fea, sino buena, y amiguísima de la ex fea. Ser una pato es una condición a ser superada, y el cisne es a lo que hay que llegar para triunfar, para ser feliz.