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08 de marzo de 2023

13° Congreso del Partido Comunista Revolucionario de la Argentina

Ubicación de la Argentina

Reproducimos extractos del Programa del PCR, aprobado en su 13° Congreso, realizado en octubre del 2022.

La República Argentina está ubicada en el extremo austral de América del Sur. Limita al Norte con Bolivia y Paraguay; al Noreste con Brasil; al Este con Uruguay y el Océano Atlántico, y al Sur y al Oeste con Chile. Una parte de su territorio (Islas Malvinas, Georgias y Sandwich del Sur) y de sus mares se encuentra bajo dominio colonial inglés. Tiene una extensión total de 3.761.274 kilómetros cuadrados (incluyendo su sector antártico y las islas australes); 2,8 millones de kilómetros cuadrados están en el continente. Su litoral marítimo alcanza los 5.117 kilómetros y tiene soberanía económica en las 200 millas sobre el Océano Atlántico.

Abarca casi todos los tipos de climas. Su vasto sistema de ríos, las montañas, los bosques, las amplias praderas, la fertilidad de la tierra, permiten todo tipo de cultivos y crías. Su suelo atesora infinidad de minerales, entre ellos el litio de gran importancia estratégica y un gran reservorio de agua potable y la plataforma submarina argentina es de las más ricas en cantidad y calidad de peces, en petróleo, minerales y otras riquezas.

Según el censo del 2022 (datos preliminares) la población de nuestro país es de 47 millones de habitantes. Se concentra especialmente en la pampa húmeda mientras que en el extremo norte y en la región patagónica la densidad baja sensiblemente. No obstante el peso de la producción agropecuaria en su economía, más de las tres cuartas partes de la población de la Argentina es urbana, aunque muchos de esos pobladores realizan tareas rurales particularmente en las ciudades del interior y en las zonas periurbanas hortícolas, frutícolas y florícolas de los grandes centros urbanos…

El modo de producción dominante es el capitalista. Estas relaciones capitalistas de producción se encuentran deformadas y trabadas por la dominación imperialista y el predominio del latifundio en el campo. En las últimas décadas se profundizó la extranjerización de la economía y la concentración y centralización del capital y la tierra. Esta estructura y las políticas implementadas por las clases dominantes hacen que contraste las riquezas y posibilidades de nuestro país con el hambre, la desocupación y la miseria de la mayoría del pueblo y la desarticulación y raquitismo de su industria nacional que hoy caracteriza al país.

Argentina es un país dependiente, parte del conjunto de países coloniales, semicoloniales y dependientes oprimidos por los países imperialistas.

Argentina es parte de América Latina, área tradicional de influencia del imperialismo yanqui, pero ha sido y es un país disputado por varias potencias imperialistas. Tiene una historia común con los pueblos y países latinoamericanos que se remonta a tiempos anteriores a la conquista sangrienta –española y portuguesa– del siglo 16. La dominación colonial trasladó a América el régimen feudal de esos países integrándolos con formas de opresión preexistentes en el territorio americano. Inmensas masas originarias fueron sometidas a sistemas de esclavitud y servidumbre como la mita, la encomienda y el yanaconazgo; a lo que se sumó la explotación de centenares de miles de esclavos negros traídos de África.

El gigantesco movimiento revolucionario que se inició luego de tres siglos de feroz explotación colonial unificó, en los hechos, en un proceso, los levantamientos de los pueblos originarios con las rebeliones de los esclavos y con las ansias de libertad de vastos sectores criollos también oprimidos. Las insurrecciones, pronunciamientos de independencia y las guerras de emancipación derrotaron al colonialismo.

Pero ese movimiento liberador no pudo liquidar las relaciones de producción feudales y semifeudales porque fue hegemonizado, en lo que sería la República Argentina, por la oligarquía terrateniente bonaerense aliada a los grandes comerciantes del puerto de Buenos Aires. Nuestro pueblo, al igual que los restantes de América Latina fueron, finalmente, dominados por esas oligarquías latifundistas nativas que pronto se convirtieron en apéndices de distintos imperialismos…

 

Formación de la Nación Argentina

La República Argentina es un país con diversas naciones, pueblos y culturas, la mayoría de ellas originarias y preexistentes a la nacionalidad argentina. Esta es mayoritaria y dominante en el contexto de un país dominado por el imperialismo. La lucha de las naciones y pueblos originarios por el reconocimiento de sus ancestrales derechos a la tierra, el territorio y la libertad en igualdad de condiciones a la de todos los argentinos marcha junto a la lucha de todos los trabajadores y el pueblo de esta nación contra la opresión latifundista e imperialista.

La Nación argentina se conformó en un largo proceso histórico. Argentina es una nación joven con una historia milenaria. A pesar de los feroces intentos de las clases dominantes por borrarla, la identidad nacional – popular de los argentinos hunde sus raíces en los pueblos originarios que habitaban nuestro territorio miles de años antes de la conquista española, en el siglo 16. España impuso a sangre y fuego su dominio colonial y sus valores, lengua, cultura y religión, a pesar de la heroica y prolongada resistencia de las naciones y pueblos originarios.

Luego de la Revolución de Mayo de 1810 y la prolongada guerra por la independencia que logró derrotar al colonialismo español en 1824, la aristocracia criolla logró hegemonizar el proceso en más de 50 años de luchas, con la masacre de las rebeliones provinciales, de las grandes confederaciones originarias (Salinas Grandes, Leuvoco y Confluencia) y de la hermana República del Paraguay. La oligarquía terrateniente bonaerense, aliada a los comerciantes porteños, impuso su proyecto de organización nacional, logrando subordinar mediante alianzas o guerras a las oligarquías terratenientes y los comerciantes del interior, y le dio su sello dominante a la identidad y la cultura nacional. Estableció su dominio y opresión sobre el nativo y el inmigrante, el originario y el gaucho, el argentino pobre del sur y del norte, del litoral y del interior, unificó la nación argentina y su impronta rioplatense –mejor aún, bonaerense– marcó hasta hoy la cultura nacional.

Para imponer su dominación, las clases dominantes de la República Argentina continuaron el genocidio de la conquista española buscando aplastar, enmudecer y subsumir en la nacionalidad argentina a las naciones y pueblos originarios subordinados y oprimidos. Impusieron una identidad nacional dependiente de las metrópolis imperialistas, que desde el inicio imitó la cultura de la burguesía europea, liberal, cosmopolita, mirando al Atlántico y de espaldas a la América andina.

Los pueblos y naciones originarias resistieron heroicamente las campañas de conquista y exterminio… Otro sector del pueblo prácticamente exterminado fue el de los negros traídos como esclavos durante la colonia. Sin embargo, y a pesar de las clases dominantes, aportaron importantes elementos a la cultura popular argentina.

Esta cultura nacional-popular que fue incorporando elementos culturales del proletariado y de las otras clases explotadas y oprimidas, se desarrolló en resistencia y lucha con la identidad y la cultura dependiente impuestos por las clases dominantes unidas al colonialismo primero y luego al imperialismo.

A los originarios y criollos nativos que poblaban nuestro país (no sólo hijos de europeos nacidos en la colonia sino descendientes de las numerosas uniones de europeos con originarios y negros), al gaucho, se sumaron en las últimas décadas del siglo 19 y hasta mediados del siglo 20 grandes oleadas inmigratorias: italianos, españoles, alemanes, franceses, eslavos, polacos, rusos, croatas, judíos, árabes, japoneses y muchos más se fueron mezclando con los criollos y los originarios en las cosechas, estibas y fábricas y convivieron en los conventillos de las ciudades y en los pueblos de campaña.

En las últimas décadas se acrecentó la inmigración latinoamericana (paraguayos, bolivianos, uruguayos, chilenos, peruanos), de países orientales, particularmente coreanos y chinos, y de África.

Nativos e inmigrantes, obreros y demás asalariados, campesinos pobres y sin tierra, artesanos e intelectuales se fueron uniendo en las luchas de clases contra la explotación y opresión, forjando fuertes elementos culturales que identifican al pueblo argentino y se desarrollan en resistencia y lucha contra la cultura y la identidad impuestas por las clases dominantes…

En resistencia y lucha contra las clases dominantes y el imperialismo, su política y su cultura, se forjan fuertes elementos de una cultura nacional-popular argentina que conjugan en un patrimonio cultural las raíces originarias y los aportes de la lucha anticolonial y antiimperialista, proletaria y popular. Ese patrimonio existe de modo subordinado dentro de la cultura y la identidad nacional. Son los elementos de una nueva cultura argentina que solo podrá desarrollarse con un poder popular revolucionario y la liberación nacional y social.

Por otra parte, en nuestro país los pueblos y naciones originarios que han resistido y sobrevivido al genocidio sufren hoy no sólo la opresión del imperialismo y de los terratenientes como parte de las clases populares, sino que padecen además una opresión y discriminación específica como pueblos y naciones oprimidos por las clases dominantes y el Estado argentino.

Luchan tenazmente por su legítimo derecho a la tierra, territorio y autodeterminación y por preservar, recuperar y desarrollar su cultura, lengua y espiritualidad. Esa lucha forma parte de la lucha de todos los trabajadores y las clases populares de la Argentina contra la opresión imperialista y latifundista, contra la explotación capitalista y por la Revolución de liberación nacional y social.

 

Hoy N° 1953 08/03/2023