Noticias

16 de abril de 2014

Ugarte renuncia al Partido Socialista

 Mientras en la dirección del Partido Socialista se consolidan a comienzos del siglo 20 las posiciones liberales que favorecen el librecambio y una cada vez menos oculta admiración por las “civilizaciones europeas”, surge una heterogénea corriente que levanta banderas nacionalistas, sin abandonar el reformismo y el evolucionismo. Una corriente socialdemócrata nacionalista, la define José Ratzer, cuyos exponentes, dentro y fuera del PS fueron Alfredo Palacios, José Ingenieros y Manuel Ugarte.
Ugarte fue un destacado escritor, que tuvo trascendencia y presencia en América Latina, cuyos países recorrió en las primeras décadas del siglo 20. Gran impulsor de la unidad latinoamericana, a la que definió como “la Patria grande”, denunció particularmente la política imperialista de EEUU. Representó al PS en reuniones de la Internacional Socialista, como en la de Stuttgart en 1907, donde se pronunció por la lucha nacional contra el imperialismo yanqui, y el colonialismo, a la vez que mantuvo vinculaciones con sectores oligárquicos como Pellegrini.
Ugarte enfrentó la postura de Juan B. Justo: “De cualquier color, la bandera no sirve sino para sugestionar y arrastrar inconscientes”, planteando el proteccionismo a la industria nacional. En una alocución en El Salvador, contesta: “la bandera no es un símbolo caprichoso… un trozo de tela recortada… La libertad nacional que la bandera representa no es una expresión romántica, sino una realidad tangible”. Abogó por un “socialismo nacional”.
Escapa a estas líneas hacer una valoración de conjunto de este “socialista, pero de una manera razonable y serena… que además de Marx ha leído las rectificaciones de Bernstein y Kautsky”. Nos referiremos a un episodio que marcó la ruptura de Ugarte con el PS, al que se había afiliado en 1904. En 1913, Estados Unidos, como parte de su política expansionista, impulsó la secesión de Panamá de la República de Colombia. El periódico del PS, La Vanguardia, afirmó “Panamá contribuirá, probablemente, a su progreso, entrando de lleno en el concierto de las naciones prósperas y civilizadas” (20/7/1913). 
Ugarte mandó una carta de renuncia al otro día, donde protestó “contra los términos poco fraternales y contra la ofensa inferida a esa república [Colombia]…  Al afirmar que ‘Panamá contribuirá a su progreso’, se escarnece el dolor de un pueblo que, víctima del imperialismo yanqui, ha perdido, en las circunstancias que todos conocen, una de sus más importantes provincias y que resultaría ‘civilizado’ por los malos ciudadanos que sirvieron de instrumento para la mutilación del territorio nacional”.