El local donde se realizaba agregaba una connotación particular: el salón de actos de ATE, generosamente prestado por sus dirigentes. Lugar recordado por ser sede de confluencia de la CGT de los Argentinos y las multisectoriales en muchos períodos, pero particularmente en los tiempos de los “rosariazos”.
El local donde se realizaba agregaba una connotación particular: el salón de actos de ATE, generosamente prestado por sus dirigentes. Lugar recordado por ser sede de confluencia de la CGT de los Argentinos y las multisectoriales en muchos períodos, pero particularmente en los tiempos de los “rosariazos”.
La concurrencia, que desbordó el local, encarnaba la historia contada en el libro. Numerosos fundadores del PCR, dirigentes obreros, estudiantiles y políticos de las primeras luchas contra la dictadura de Onganía, se mezclaban con jóvenes que no hacía más de un mes se habían afiliado a la JCR, y con los familiares de Miguel.
Cacho Echagüe, Armando y un saludo de Otto Vargas representaban al Comité Central, junto con su Comisión de Educación. La presencia y la adhesión de referentes actuales de las principales luchas políticas, obreras, estudiantiles, de desocupados, etc., daban cuenta que lo principal del relato de Miguel no era pasado sino un vivo presente de luchas y revolución.
La joven escritora Laura Greco explicó, con emoción apenas contenida, la riquísima experiencia de ayudar a Miguel para transformar decenas de horas de relatos, en un libro. El descubrimiento de una historia apenas intuida. Su convencimiento del papel educativo y formativo del libro. Y la necesidad y su compromiso de seguir desocultando la verdadera historia de las luchas populares.
Luis Molinas, por el Comité Regional Santa Fe, reafirmó la utilidad y la necesidad de que el pueblo se apropie de su historia, frente a una inmensa ofensiva actual de “relatos” que la tergiversan para justificar la imposibilidad de una salida revolucionaria.
Enfatizó la importancia de los aportes de Miguel en tres períodos históricos: Primero, en la decisión de romper con el revisionismo y la traición, y la necesidad de articular la confluencia de los afiliados al PC, los afiliados a la FJC y los miembros del Movimiento Estudiantil Nacional de Acción Popular (Menap) que confluyeron en la creación del PCR. Ese complicado proceso, llamado por nosotros “entronque”, realizado en medio de la confusión teórica y la labor de decenas de infiltrados dejados por el PC para destruirnos, para empujarnos al “militarismo” y sobre todo para impedir nuestra confluencia con el maoísmo. Destacó la ayuda para ese proceso de Otto Vargas, Jorge Rocha y José Ratzer.
También destacó el papel organizativo y político de Miguel en la resistencia a la dictadura videlista y particularmente a fines de los ‘70 frente a la guerra del Beagle, el Mundial de Fútbol y la derrota del maoísmo en China y frente a la Guerra del Beagle, donde jugaron un importante papel su compañera Teresita y las compañeras del Partido.
Finalmente destacó los aportes de Miguel, desde el frente de Educación, ante a la ofensiva revisionista inmunda expresada primero por el alfonsinismo y luego por el menemismo, junto a los enterradores de la revolución en nombre de la “utopía”.
Palabras del autor
Y llegó el momento esperado, las palabras de Miguel. Primero expresó su profundo agradecimiento a Pablo Jaite y Laura Greco, por la ayuda prestada para la redacción y edición del libro.
Luego, conmovido, relató vívidamente sus experiencias de joven obrero y peronista. La impotencia frente al derrocamiento de Perón en el ‘55 sin que se organizara la resistencia obrera y popular. Su persecución, su traslado a Rosario y sus experiencias iniciales como obrero metalúrgico primero, como delegado después.
Se fue afirmando, al contar su encuentro con el comunismo: con el PC y con el Manifiesto Comunista. El descubrimiento de la ciencia de la revolución que necesitaba, junto al conocimiento de los primeros indicios de la corrupción del PC.
Su desgarramiento en la ruptura. Las dificultades y limitaciones para construir un nuevo Partido. La pérdida en ese proceso de valiosísimos cuadros y la convicción de que lo que unió al núcleo inicial, en medio de debates e infiltrados, fue la necesidad de constituir un partido de la clase obrera, que arraigara en las concentraciones proletarias y desde allí pudiera dirigir a todo el pueblo para liquidar el Estado de imperialistas y terratenientes e imponer la revolución democrática agraria y antiimperialista en marcha al socialismo.
Las experiencias en la carne, en ferroviarios, Villa Constitución, se mezclaron a partir de allí con su encarcelamiento, la lucha contra la liquidación, el auge del los ‘60 y ‘70, el periodo antigolpista. La difícil tarea de retroceder ordenadamente en la dictadura cavando trincheras para combatir, la decisión de no irse del país… Malvinas, los aportes del Vasco Paillole, la salida de la dictadura y la creación del PTP.
Para algunos recuerdo emocionado, para otros experiencia viva de algo que casi no se conocía. Para todos, reafirmación profunda de una lucha con muchos errores y grandes aciertos por el objetivo histórico de la clase obrera y el pueblo. A muchos valientes a esta altura, se les “piantaba un lagrimón”.
Un llamado final a redoblar la lucha y afirmar la unidad del Partido Comunista Revolucionario y de la Juventud Comunista Revolucionaria, dio paso a una serie de preguntas, hechas como para que la jornada no terminara.
Un libro necesario. Un nuevo aporte de Miguel Rubinich, alias Marelli.
