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20 de abril de 2016

César Gody Álvarez, Antonio, como se lo conocía en el Partido, fue uno de los cuadros del núcleo fundacional del PCR, integrando su Comité Central y su Comisión Política. Fue secuestrado el 23 de abril de 1976, en la ciudad de Buenos Aires

Un comunista revolucionario

César Gody alvarez, asesinado por la dictadura videlista

 

 
Gody nació en Bolívar, provincia de Buenos Aires, el 18 de agosto de 1932. Terminado el secundario se trasladó a la Capital Federal. En esos años se afilió a la FJC. Fue castigado por la dirección revisionista del PC por sus posiciones revolucionarias. No era hombre de callar sus discrepancias. Había viajado a Cuba y tenía una profunda admiración por el Che Guevara, a quien conoció entonces. Producida la ruptura con el PC, Antonio fue uno de los cuadros del núcleo fundacional del PCR, integrando su Comité Central y su Comisión Política.
A un mes del golpe de Estado, César Gody Alvarez fue secuestrado, el 23 de abril de 1976, en la ciudad de Buenos Aires, por un grupo de personas vestidas de civil, que portaban armas largas, a la vista de los vecinos, y que se trasladaban en automóviles. El 30 de abril de 1976 se presentó un hábeas corpus, firmado por los hermanos de Gody. Mientras se tramitaba el hábeas corpus, y los organismos oficiales contestaban que no habían podido localizarlo, su cuerpo era encontrado, el 5 de mayo de 1976, flotando en el río Reconquista, Merlo, totalmente torturado y quemado. Por un trámite de rutina fue identificado, y entonces, con complicidad del juez penal de Morón el 14 de mayo de l976 fue enterrado como NN en el cementerio Santa Mónica, de la localidad de Libertad, Merlo, provincia de Buenos Aires. Así fue escondido debajo de la tumba que contenía el cadáver de María Hortensia Gramajo. Un NN que no era NN, porque estaba identificado, y una tumba que contenía dos cuerpos, pero figuraba uno solo.
 
Qué pasó con Gody
Una larga lucha de más de 30 años de la familia y sus camaradas del PCR, de organismos de derechos humanos y de gran parte del pueblo argentino por mantener la memoria, por verdad y justicia, permitió conocer qué pasó con Gody Alvarez luego que la última dictadura lo secuestró. El 28 de noviembre del 2007 se identificó el cuerpo que había sido ocultado. El 5 de abril de 2008, su familia y su partido despidieron sus restos en el cementerio de Bolívar, su ciudad natal. 
Actualmente, el secuestro y asesinato de Gody está incluido en la causa N° 140216/03, en el Juzgado Nacional en lo Criminal y Correccional Federal N° 3, Secretaría N° 6, caratulada “Suarez Mason, Carlos Guillermo y otros s/privación ilegal de la libertad agravada, homicidio…”.
 
Otto Vargas recuerda a Antonio
Del libro “¿Ha muerto el comunismo?”, extraemos algunos párrafos en los que Otto Vargas, secretario general del PCR, traza una semblanza del camarada Antonio: “Gody Alvarez ha sido un cuadro muy importante en la historia de nuestro partido. Hechos muy importantes que ha protagonizado nuestro partido, y hechos muy importantes de la política nacional, tienen que ver con la participación de este cuadro revolucionario. Actualmente es víctima de un ataque concentrado de parte de renegados como Marimón, quien, pese a toda la basura que pretende tirar sobre Gody Alvarez en su novela, no deja de mostrar que en el fondo tiene todavía una admiración profunda por Gody Alvarez, porque Antonio, como lo llamábamos nosotros, era un cuadro que no podía dejar de suscitar ese tipo de sentimientos. 
“No era una persona que pasaba indiferente o ante el cual podía haber una actitud desvaída, sino que era un cuadro que suscitaba sentimientos de aceptación o rechazo porque era un hombre muy pasional, un revolucionario íntegro que vivía para la revolución. Cuando recién fundamos el PCR viajó por tareas partidarias a Córdoba. El era secretario de una zona de Capital, y al regreso planteó su deseo de ir a radicarse a esa ciudad porque, como él decía “la revolución en Argentina iba a comenzar en Córdoba”. Un cuadro que tenía una gran experiencia organizativa traída del PC. Un cuadro con un gran conocimiento militar, muy valiente, que protagonizó hechos muy conmocionantes de la opinión pública de esos años, que fueron realizados por nuestro partido en la lucha contra las dictaduras de Onganía, Levingston y Lanusse. Un hombre apasionado que había sido boxeador, que amaba el teatro, que había trabajado en varios oficios, que era de una voluntad indoblegable cuando tenía que trabajar para convencer y ganar a una persona, como sucedió con Salamanca y con otros.
“Yo solamente quiero recordar de Antonio tres cosas: era un hombre al que le era ajena toda idea de balance; él podía venir del éxito más grande, como el triunfo del partido cuando encabezó el movimiento de unidad que ganó el SMATA, o inclusive cuando participamos del Cordobazo, o cuando de nada pasamos a dirigir un conjunto de centros estudiantiles en Córdoba o armar una fuerza en el movimiento rural y el campesinado, pero nunca estaba apresurado por hacer balance. Si uno no preguntaba podía no enterarse de las cosas que estaban sucediendo, porque siempre estaba pensando en lo que había que hacer para empujar el movimiento hacia adelante, y a partir de eso fue uno de los que libró la lucha decisiva contra la teoría del capitalismo dependiente. Hay que decir que si bien él no fue el que elaboró las conclusiones polémicas principales, fue sí el que libró la lucha a fondo contra esa teoría revisionista con mucha más firmeza que todos nosotros.
“Y junto con eso libró la lucha contra el profundo sectarismo que teníamos en nuestra línea sindical, en la cual la “pureza” de nuestra propuesta de “organización de comandos de lucha por un sindicalismo de liberación” –como ahora plantea el PC– en los hechos nos marginaba. Gody fue quien organizó, junto con los cuadros que protagonizaron la ocupación de Perdriel en Córdoba, el Primer Plenario de las Agrupaciones Clasistas 1º de Mayo en Córdoba; es decir que le corresponde haber sido el fundador de esa corriente. El y los compañeros de Dinfia organizaron la primera agrupación clasista y, luego, junto con Salamanca, Funes y otros, organizaron la Agrupación Clasista 1º de Mayo del SMATA y el plenario. Pero él tenía esa idea de que nosotros practicábamos una política ultraizquierdista que menospreciaba las funciones sindicales, la disputa por los puestos de dirección en los sindicatos, y que era totalmente nefasta, porque, como solía decir Stalin y repetía Dimitrov, ‘es imposible dirigir a la clase obrera y hacer la revolución sin dirigir los sindicatos en el mundo capitalista’. 
Nuestras teorías insurreccionales quedaban totalmente en el aire en tanto y en cuanto no fueran acompañadas de una política para recuperar y ganar para una línea revolucionaria a las organizaciones sindicales. En esta batalla fue que él luchó para que nosotros organizáramos, en unidad con otras corrientes, la CGT de Córdoba, constituyendo aquella regional donde estuvieron Atilio López, Tosco y Salamanca para el año 1973.
“Otro ejemplo de sus ideas: Allá por el año 70 y pico, cada vez que nos encontrábamos tenía una idea permanente, y era que nosotros no teníamos un partido lo suficientemente forjado para enfrentar la muerte. Nosotros teníamos que forjar cuadros que no temiesen a la muerte –decía–, eso les permitiría enfrentarse a la tortura y todo lo que fuese necesario.
“Recuerdo largas conversaciones con Antonio sobre esto, estando en China en 1972. Y recuerdo todavía la última conversación que tuve con él 24 horas antes de que fuera detenido, en un bar aquí en la Capital Federal. Estaba muy preocupado por la situación en Córdoba, que como dije era de una extrema fragilidad. Pero al mismo tiempo estaba preocupado por ese otro tema, que pasó a ser decisivo en los años que siguieron. Quiere decir que siempre estaba preocupado por cómo el partido agarraba el eslabón decisivo –como diría Lenin– que tiraba de toda la cadena. Y en ese momento, en el año 76, el eslabón decisivo era cómo un partido que había sido educado para la ofensiva en condiciones de triunfos rápidos, según se pensaba, sabía replegarse; cómo éramos capaces de salvar al partido manteniendo las relaciones con las masas, y para esto cómo forjábamos cuadros capaces de dar la vida por el partido. Y Antonio fue uno de esos cuadros.
“Tenemos relatos sobre su actuación frente a los torturadores en un chupadero de la Capital Federal; sabemos que los enfrentó con total firmeza. El que conocía muchísimos secretos del partido, por ejemplo, conocía la casa en la que siguió funcionando la Comisión Política hasta un año y medio después de haber sido él secuestrado, sin que dijera nada”.