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18 de enero de 2012

Los metalúrgicos de RBI en otra etapa de su lucha por la defensa de su fuente de trabajo y por recuperación de conquistas. Reincorporaron 46 despedidos y volvieron a producir.

Un destacamento de vanguardia de los metalúrgicos

Hoy 1402 / Trabajadores de RBI (ex–Bosch) contra la crisis

Cuando la crisis mundial que se desató en el año 2008 comenzó a golpear a la economía argentina, se llevó puesta a importantes fábricas autopartistas, como Malhe, Paraná Metal y Robert Bosch.

Cuando la crisis mundial que se desató en el año 2008 comenzó a golpear a la economía argentina, se llevó puesta a importantes fábricas autopartistas, como Malhe, Paraná Metal y Robert Bosch.
La multinacional alemana, en ese momento, decidió el despido de 10.000 trabajadores en todo el mundo, entre ellos, todos los de su planta de San Martín y entregó la fábrica al grupo inversor Río Bravo, en una clara maniobra de fraude laboral, para eliminar conquistas y liquidar la organización sindical de los metalúrgicos.
La histórica lucha que durante todo el 2009 llevaron adelante los compañeros de Robert Bosch, siguiendo el ejemplo de Kraft, permitió la reincorporación de un número importante de compañeros a la empresa, dejando afuera a los delegados y a un grupo de activistas.
Así, en condiciones desfavorables, comenzó una incansable y prolongada lucha por la reincorporación de la Comisión Interna y de los trabajadores que no habían sido reincorporados, después contra los atrasos salariales, la prepotencia de la nueva patronal, por una nueva organización sindical y por la recuperación de las conquistas perdidas. Luchas que no fueron acompañadas por la dirección de la UOM de San Martín y la mayoría de las veces boicoteadas.
Así fueron poniéndole freno a las maniobras de vaciamiento de RBI, dejando al descubierto sus intenciones, alentando a los compañeros de Argelite (empresa del mismo grupo) a defender sus derechos y forjando un fuerte espíritu de unidad y combatividad entre los compañeros que venían de la experiencia de Bosch y los nuevos que fueron ingresando a la fábrica, logrando importantes triunfos.
De esta manera se consiguió la categorización para los nuevos trabajadores, su efectivización y recuperar las 45 horas semanales de trabajo que la nueva patronal había elevado a 48 horas.

 

RBI despide trabajadores
Sobre el final del 2011 y pasadas las elecciones que le dieron un amplio triunfo a Cristina F. Kirchner, se agudizaron los problemas y la falta de trabajo, al tiempo que llegaba a América Latina y particularmente a la Argentina, la segunda oleada de la crisis.
Comenzaron los ajustes en las tarifas, los recortes salariales a los trabajadores estatales y en las provincias de Santa Cruz y Río Negro.
RBI iniciaba la última etapa de su maniobra de vaciamiento, que había financiado durante dos años Robert Bosch, que de a poco trasladó la producción de mecanizado de aluminio a Brasil.
La llamada “sintonía fina” que proclamó el gobierno K para continuar con el “crecimiento de la economía” chocaba con la dura realidad de una fábrica que se acercaba rápidamente al precipicio y desnudaba la crisis del sector autopartistas de la industria.
En estas condiciones difíciles y complejas, distintas al 2009 y después de tantas luchas durante los pasados dos años, los metalúrgicos de RBI (ex-Bosch) se volvieron a plantar.
La primera medida que se decidió fue realizar un corte de ruta sobre la Av. Iturraspe, en la esquina de la planta. Así se pudo abrir el conflicto para afuera que ya estaba en curso, con amenazas de despidos y traslados.
La declaración pública que hizo un grupo de diputados nacionales del FAP, encabezada por Víctor De Gennaro y Claudio Lozano de Unidad Popular, fueron de gran ayuda. Tras cartón llegó una nota de solidaridad del Sec. Gral. de la Regional de la CGT, Octavio Argüello, hecho de enorme valor político-sindical y de gran ayuda. Al mismo tiempo los compañeros Perillo y Jorajuria, Sec. de Organización y Gremial, respectivamente, de la CTA que dirige Pablo Michelli, se pusieron a disposición de la lucha de los compañeros.
El Ministerio de Trabajo intervino rápidamente y citó a una reunión de las partes en San Martín a la que asistió el director de Relaciones Laborales de la Pcia. de Bs. As. La UOM de San Martín ante el riesgo de quedar al margen del conflicto y pegada a la patronal, convocó a una concentración de los delegados en la puerta de la fábrica.
La planta estaba totalmente parada, RBI amenazaba con despedir, no se había cobrado la segunda quincena de noviembre y la falta de plata se hacia sentir, sobre todo ante la proximidad de las fiestas.
Los compañeros que desde hacía dos años están solicitando su reincorporación promovieron un recurso preventivo de embargo para evitar que se pudieran llevar las máquinas ante el seguro vaciamiento y las amenazas de la patronal.
Las mentiras de RBI, con la supuesta intención de reencausar la producción no fueron escuchadas por los trabajadores y se producen 47 despidos. Los compañeros siguen entrando a fábrica que estaba prácticamente ocupada.
La toma de la fábrica era una posibilidad, apoyada y empujada por un grupo de trabajadores y también compañeros de la Agrupación Clasista y Combativa 21 de Diciembre; pero si bien la medida era justa, fue un error promoverla sin tener en cuenta que las condiciones y el marco político eran totalmente distintos al 2009.
La patronal de RBI había intentado una burda maniobra tratando de usar a los trabajadores. El propio abogado de la patronal había redactado cartas documento con el grupo Río Bravo y Robert Bosch con la intención de que los alemanes siguieran financiando a la empresa. Ese intento digno de ciencia ficción, se consiguió desbaratar con ayuda de los compañeros que venían apoyando el conflicto, y dejó al descubierto, por las propias declaraciones de los abogados de RBI, que la venta era un fraude laboral para bajar los salarios y dejar afuera a la Comisión Interna de Bosch.

 

Reincorporan a los compañeros
La situación era explosiva. Crecía la bronca y la combatividad, aunque a veces con poca claridad por la difícil situación y una discusión democrática más profunda. Se desconfiaba mucho de ambas patronales y de la dirección del Sindicato.
Se acercaba el final y todo parecía llegar al choque definitivo. En la audiencia del lunes 19/12/11, donde fue citada Bosch, los representantes de Río Bravo afirmaron estar quebrados, los alemanes querían desentenderse y el Ministerio de Trabajo amenazó con cerrar las importaciones de Bosch si no había una solución. Ese día los trabajadores reunidos en la puerta del Ministerio de Trabajo de San Martín, exigían medidas más profundas al Sindicato, que quedaba apretado por la combatividad de la gente, mientras la fábrica estaba totalmente parada.
Pocos días antes se había realizado una marcha a la Cámara de Industria de San Martín, y el 20 de diciembre una delegación de trabajadores de RBI volvió, como hacía dos años atrás a ser parte del contingente de organizaciones gremiales que encabezaron la marcha que recordó el Argentinazo.
Así se llegó a la reunión del jueves 22: los trabajadores de RBI y Argelite en la puerta de la Delegación del Ministerio de Trabajo de San Martín, acompañados por delegados de otras fábricas metalúrgicas y con el Sindicato tratando de evitar que se cortara la calle, seguramente para mostrarse obedientes a los reclamos de la presidenta, que había dicho que los reclamos debían hacerse por la vereda. Se cortó la calle.
Finalmente apareció RBI a la reunión acompañada por el empresario Marcelo Leonarduzzi, que dijo que se iba hacer cargo de las tres plantas del grupo Río Bravo: RBI, Argelite y Argelite La Rioja.
Allí se acordó la reincorporación de los 47 compañeros despedidos, el pago de una suma fija antes de Navidad, que no llegó a ser lo que se había prometido y se tuvo que redondear con fondos que puso la UOM. Otra suma fija se cobró antes de fin de año.
El 2 de enero de este año comenzó la producción con todos los compañeros adentro y el viernes se cobró la semana de trabajo y un pequeño porcentaje de la deuda salarial. Sin embargo el viernes 13 se agravó la situación.
No se cobró la segunda semana de trabajo, Bosch entrega poco trabajo y pretende pagarlo un 30% menos, y el empresario Marcelo Leonarduzzi afirmó que con estas condiciones no sabe si va a hacerse cargo de la planta.

 

La lucha sigue
Los trabajadores de RBI han demostrado en más de una oportunidad su decisión de enfrentar la crisis como lo demuestra la prolongada lucha que vienen llevando adelante.
La situación todavía es poco clara. Pero es importante tener en cuenta que lo que se consiguió entre el 22 de diciembre y la primera semana de enero fue un paso importante logrado por la lucha y la unidad de los compañeros de RBI, y que esa lucha ha tenido la solidaridad de numerosos e importantes sectores sindicales, sociales y políticos. Este es un balance necesario para resolver como seguir.
Para que sean Bosch y Río Bravo los que paguen los platos rotos de la crisis y de las maniobras fraudulentas en contra de los derechos y conquistas de los trabajadores.
Para exigirle al gobierno nacional y provincial medidas urgentes para preservar el trabajo de los metalúrgicos de RBI (ex – Bosch) y en defensa de la producción nacional.
Confiamos en la inagotable capacidad de lucha que durante largos años han demostrado ser uno de los destacamentos más avanzados de los trabajadores metalúrgicos, en las muchas dificultades que han logrado vencer y en su capacidad de transformarse en el centro de un gran reagrupamiento de fuerzas para enfrentar la crisis y que sean sus responsables la que la paguen.