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04 de diciembre de 2019

Rodolfo Schwartz juró en la Legislatura provincial

Un diputado maoísta en el Chaco

El martes 26 de noviembre, el presidente del PTP y secretario del PCR del Chaco, Rodolfo Schwartz, ingresó como diputado a la Legislatura provincial del Chaco.

Después de una vida depositada en la lucha y militancia, Rodolfo asume formalmente en uno de los poderes del Estado. La asunción estaba prevista para el 10 de diciembre, pero la disputa por la presidencia y demás autoridades de la Cámara precipitaron la sesión.
Así Rodolfo llegaba a la Cámara junto a cientos de compañeros en una marcha colorida, sobre todo roja, desde la Plaza Belgrano hasta el recinto y con una alegría inmensa que expresaba el agite de la juventud al compás de “los puños arriba, tenemos un diputado que es del pueblo y es maoísta”.

Meses atrás se debatía el tipo de unidad necesaria: nacional, provincial y en los municipios, para derrotar a Macri con las luchas y las elecciones. Se impulsó la unidad de todo el campo popular para ese objetivo. La expresión del Frente de Todos en la provincia del Chaco es el Frente Chaqueño, que postuló a Jorge Milton Capitanich como gobernador, y a Rodolfo Schwartz en el sexto lugar de la lista de diputados provinciales.

Durante la campaña nacional y provincial, el PTP se impuso con una sólida, numerosa y genuina presencia territorial. Allí estuvieron las banderas del PTP, el PCR, la CCC, FNC y el MOEL flameando durante los actos propios en Makallé, Las Palmas y La Leonesa, Castelli, San Martín, Pampa del Indio, Fontana, Sauzalito y Miraflores y una fuerte presencia en los actos organizados por el Frente en toda la provincia.

La tenacidad de la campaña jerarquizando el Partido y su programa, las luchas multisectoriales de muchos años, y la unidad del Partido, han permitido a Rodolfo pararse en una posición firme en la mesa de negociaciones, lo cual definió en su candidatura como diputado provincial.

Su primera declaración fue firmar su renuncia al cargo en caso de no cumplir con los objetivos para lo que fue elegido y ponerla a disposición del Partido, además de cobrar como un obrero industrial del Chaco.

Rodolfo llevará los intereses populares y de los postergados al recinto. Las primeras propuestas de proyectos de ley son: 1) Ley de emergencia alimentaria, 2) Ley de emergencia en adicciones, 3) Ley que apoye a los pequeños y medianos productores, 4) Ley de emergencia en tarifas diferenciadas 5) Ley de regularización dominial con infraestructura de viviendas, entre otras.

Con un poco de cansancio pero con mucha felicidad por el trabajo hecho con genuino sudor, los pies del arquitecto Schwartz están sobre el lustrado piso del recinto. Pero esos mismos pies, junto con muchos otros han estado por muchos años en la tierra, en el barro y el asfalto. Caminando el árido suelo chaqueño, el caliente pavimento de la ruta, bajo el sol, acompañando a sus postergados compañeros, criollos y originarios. Y si no era caminando, era pasando incontables horas en su estudio de arquitectura pensando y diseñando las soluciones técnicas para el problema del déficit habitacional y la vivienda. Y ya teniendo en su legajo de militancia cientos de viviendas construidas con la cooperativa Techo Tierra y Trabajo.

Frente a los micrófonos de la prensa siempre remarcó la necesidad de tocar los intereses de los poderosos sectores minoritarios, de la especulación financiera, para reactivar el trabajo, las obras, los salarios y dar respuestas a las necesidades urgentes.

Sin olvidar tanto tramo recorrido, ni tanta obra construida, Rodolfo juró: “Por el sufrido pueblo argentino y chaqueño. Por nuestros combatientes en Malvinas. Por mis queridos compañeros que me trajeron hasta aquí. Por Otto Vargas, Jorge Aguirre, Rafael Gigli, Normita Nasiff, Mártires López y los treinta mil desaparecidos. Por mis padres y mi querida familia que me aguanta. Por la liberación de nuestro pueblo y nuestra patria en unidad con los hermanos latinoamericanos. Para defender con leyes lo que defendemos con luchas todos los días de nuestras vidas ¡Sí, juro!

Escribe Leandro Alsina