Las tucumanas de los silbatazos, las que pelean por aparición y justicia de Marita Verón, las que enfrentaron la dictadura y sentaron en el banquillo al genocida Bussi, trabajadoras, de la salud, universitarias, amas de casa, profesionales, etc., todo un año trabajaron y fueron parte de una Comisión Organizadora, para recibir a más de 20 mil mujeres de todo el país que viajaron para traer sus experiencias de luchas y de vida.
Apertura
Un abrasador sol tucumano acompañó el clima festivo que dominó el acto inaugural. Aunque muchas delegaciones no habían arribado todavía, de a decenas fueron arrimándose frente al escenario principal, donde se leyeron los saludos. Una carta enviada desde la cárcel por Romina Tejerina hizo llenar de lágrimas los ojos a muchas, mientras cantaban la ya clásica “para Romina, la libertad”.
De este modo, fue subiendo el clima de la apertura que tuvo su momento más emotivo cuando unánimemente se aplaudió la llegada de las obreras de Terrabusi.
Hubo aplausos para homenajear a dos luchadoras del movimiento de mujeres: nuestra querida Angelita Nassif, y Dora Coledesky (fallecida recientemente).
Las tucumanas dieron la bienvenida
Luego de varias jornadas con álgidos debates, la Comisión Organizadora, unida, subió al escenario y leyó el documento consensuado. (Ver texto completo en Internet).
“Bienvenidas Mujeres: las recibimos con emoción y orgullo a las miles y miles que llegan desde cada rincón a la tierra tucumana, a la dulce tierra de los azahares, nuestra pequeña provincia con corazón grande que las recibe con los brazos abiertos. En la tierra de Manuela Pedraza, heroína de la lucha por la independencia, y de Hilda Guerrero de Molina, esposa de un obrero del Ingenio Bella Vista, asesinada en una manifestación en las grandes luchas contra el cierre de los ingenios del ’66…
“Bienvenidas las no creyentes y las creyentes, todas cabemos, debatimos, consensuamos y encontramos nuevas formas de organizarnos y luchar…
“Este año nos encontramos en condiciones difíciles, estamos viviendo situaciones dolorosas para millones de mujeres. La crisis en Tucumán se ve, se oye, se siente en las calles, en las fábricas, en las escuelas, en los hospitales, en las casas y somos las mujeres las que soportamos sobre nuestras espaldas esta crisis, tanto por nuestro papel como trabajadoras, siendo las primeras en ser despedidas y las últimas en ser empleadas, como por nuestra condición de sostenedoras de la tarea doméstica y la crianza de las niñas y niños…
Por la alegría.
Por la rebeldía.
Por los encuentros.
Por la lucha de las mujeres.”
Enseguida, subieron al escenario copleras de Tafí del Valle, El Mollar y Talapazo, que cantaron los sentires y alegrías del interior tucumano. Y para cerrar, cientos de mujeres entonaron Lunita Tucumana, rindiendo homenaje a Mercedes Sosa. Así quedaba inaugurado el 24 Encuentro Nacional de Mujeres.
Hubo cerca de 200 talleres
Los talleres son el corazón del Encuentro, son el espacio donde se recupera la voz de las que no la tienen, y se reafirma en la masividad que adquirieron en este 24 Encuentro.
Una característica de este Encuentro fue la gran cantidad de talleres, su masividad y participación, los que empezaron y terminaron igualmente numerosos.
Tanto los talleres de Trabajo, Sindicato y Desocupación, aumentaron en su número (7 de Trabajo, 4 de Sindicato y 4 de Desocupación) y se llenaron de compañeras que pusieron en debate las condiciones laborales, el ajuste, los despidos, la precarización: la crisis que nos quiere hacer pagar el gobierno kircherista.
La heroica experiencia de las trabajadoras de Terrabusi, dio luz y ejemplificó el camino para enfrentar a las patronales, al gobierno y a los sindicatos traidores. Cientos de mujeres relataron la solidaridad con este conflicto en sus lugares, empalmando con sus propias experiencias de lucha. Estuvo presente la voz de las trabajadoras y profesionales de la salud de Tucumán.
Las jóvenes estuvieron presentes en todos los talleres. Específicamente se armaron 11 de Adolescencia y Juventud, donde jóvenes trabajadoras y estudiantes hicieron responsable al gobierno de no tener acceso a la educación, la salud, el deporte y la recreación. Se planteó el problema de la droga, la sexualidad y la desocupación. Frente a esto, hubo un importante número de jóvenes católicas que reproduciendo posturas recalcitrantes, responsabilizaron a la familia por esta situación.
Como todos los años, fue enorme el taller de mujeres originarias de muchísimas comunidades del país. Sentadas en ronda, qom, mocovíes, mapuches, coyas, entre otras, fueron contando sus condiciones de vida, discutieron distintas posturas y algunas de ellas invitaron al Encuentro de pueblos originarios que se realizará en Jujuy el 7 y 8 noviembre. El problema de la tierra y su extranjerización estuvo presente en este taller y también en los dos de campesinas y obreras rurales. Hubo tres experiencias que tiñeron estos talleres: las de las campesinas pobres del Chaco, de Asoma de La Plata y las compañeras del Paraguay. Las primeras con su gran marcha a pie a Resistencia y el acampe en la plaza que duró más de un mes. Las medieras de Asoma, contando su experiencia de organización y trabajo entre las mujeres. Las paraguayas hicieron hincapié en su lucha por la reforma agraria y antiimperialista.
Para dar otros ejemplos de masividad: hubo 7 talleres de Trata, 6 de Identidad, 5 de Género, 4 de cultura y arte, 4 de medios, 2 de Empresas Recuperadas, 3 de Medioambiente, 4 de Poder. Se llenaron los talleres de violencia. Y este año fueron 21 los talleres que se abrieron alrededor de anticoncepción y aborto.
Fueron muy masivas, además, las actividades culturales y políticas que se desarrollaron alrededor del Encuentro como el silbatazo y charla por la libertad de Romina Tejerina, la mesa debate sobre la trata de personas, el acto de las trabajadoras de Terrabusi, la charla contra la discriminación organizada por el Inadi, entre otras.
A lo largo del Encuentro, hubo sectores que plantearon que las trabajadoras de Terrabusi con sus familiares debían encabezar la marcha. Ese gesto, en apariencia solidario, pretende cambiar la esencia del Encuentro. ¿Por qué? Porque parte de pensar que entre dos o tres fuerzas políticas pueden acordar algo y pasar por encima a la dirección del Encuentro, incluso al margen de las mismas trabajadoras de Terrabusi que no acordaban con encabezar la marcha. La Comisión Organizadora es la que organiza y dirige cada Encuentro, por eso encabeza la marcha. Y así se garantizaron estos 24 años. La Comisión Organizadora es durante todo el año previo a la realización del Encuentro, un espacio democrático, en la que participan diversos sectores aportando distintas ideas, con heterogeneidad de opiniones.
Una marcha impresionante
Todo el colorido de las banderas y pañuelos, pancartas, murgas, silbatos, stencils y cantos, fueron tiñendo las más de quince cuadras de mujeres que conmovieron el centro de San Miguel de Tucumán.
Con una bandera gigante de la Comisión Organizadora al frente, la interminable columna de mujeres fue avanzando. Los silbatos tucumanos acompañaron sin cesar.
“Con tanto corte por Terrabusi, con tantos días de acampe en Chaco, en la Rosada tienen cagazo, que se venga otro Argentinazo”, entonaban las jóvenes a su paso, mientras trasladaban la ya tradicional pingüina de los Encuentros, que fue quemada al finalizar la marcha.
Aguardando el paso de la marcha, hombres con afiches en sus manos, los mismos que se vieron por toda la ciudad, oraban y defendían las iglesias de las “hordas”.
La marcha finalizó en la esquina de la Maternidad, donde fuera vista por última vez Marita Verón hace siete años atrás.