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12 de julio de 2019

Un gobierno derrocado por el pueblo en las calles

El martes 9 de julio falleció el ex presidente Fernando De la Rúa, recordado por su huida de la Casa Rosada en helicóptero en medio de un gran estallido social, el Argentinazo, que marcó un antes y un después en la política de nuestro país.

El 10 de diciembre de 1999 asume el cargo de presidente Fernando De la Rúa acompañado en la fórmula por Carlos Álvarez como vicepresidente, su frente llamado “Alianza” obtuvo un gran triunfo con el 48% de los votos. Generaba buenas expectativas en las masas ante la política devastadora que había llevado adelante el menemismo con destrucción de conquistas laborales y sociales de los trabajadores y la entrega nacional con el apoyo del imperialismo, la burguesía intermediaria y los terratenientes.

Con el nuevo gobierno se produjeron cambios dentro del bloque dominante: sectores de terratenientes, burguesía intermediaria y monopolios alineados con fuerzas prorrusas y proeuropeas abrieron un camino para terminar con el alineamiento de la política argentina hacia la política yanqui. El gobierno de la De la Rúa, en lo esencial, profundizó la política de ajuste y entrega del menemismo agravando los sufrimientos del pueblo.

Crecieron los frentes de tormenta de los diferentes sectores afectados por la política del gobierno de la Alianza y se retomó el camino de las grandes puebladas. “Se mantenían en plena ebullición las tres crisis: la económica, la social y la política. El gobierno parecía un barquito de papel sacudido por las mencionadas tres tormentas. Pero la causa de fondo de la inestabilidad política y económica era la lucha de masas que el gobierno era incapaz de detener, pese a todos sus golpes represivos y a su propaganda mentirosa…” (Informe del Comité Central del PCR del 25 y 26 de agosto de 2001)

Al agudizarse la crisis económica se hizo cada vez más evidente la división en el seno de las clases dominantes entre un sector vinculado a las finanzas y a la deuda externa, a las importaciones, a los grupos altamente endeudados en el extranjero y a los terratenientes de la Sociedad Rural que planteaban ir a fondo con el “déficit cero” y la dolarización, y otro sector de poderosos monopolios y terratenientes vinculados a las exportaciones, a la industria nacional al borde de la quiebra, a los terratenientes empobrecidos por el derrumbe del Mercosur, etc. que planteaban de una u otra manera devaluar.

En el seno del pueblo se vivía una situación devastadora con desocupación, hambre, pérdida de derechos laborales, que tuvo su correlato en el fortalecimiento de movimientos de los piqueteros y el surgimiento de nuevas formas de organización populares. Fueron protagonistas de innumerables protestas, como por ejemplo el corte de 18 días en La Matanza en marzo del 2001, que enfrentaba la política del gobierno que expulsaba a miles de las fábricas y le quitaba el plato de comida a sus hijos. La respuesta del gobierno era altamente represiva pero las luchas no cesaron. Además, los cuentapropistas, pequeños y medianos comerciantes y productores de la ciudad y del campo y ahorristas eran golpeados por la imposibilidad de retirar libremente su dinero en efectivo de los bancos; una medida del gobierno que apuntaba a detener la fuga de capitales.

En un marco de gran descontento social se dieron las elecciones legislativas del 14 de octubre de 2001, donde una marea de votos en blanco, nulos y abstenciones se constituyó en la primera fuerza electoral. La protesta social que conmovía al país se volcó a las urnas como una protesta política golpeando duramente al gobierno de De la Rúa y dejándolo tremendamente debilitado. Sin embargo, el pueblo no dejó las calles, el 12 y 13 diciembre los cortes de ruta en todo el país que llevaron adelante los desocupados, fueron la antesala del Argentinazo. Fue la movilización de la Asamblea Piquetera, encabezada por la CCC unida a diversos sectores combativos, cortando rutas, calles, vías férreas y ocupando edificios públicos en todo el país, lo que garantizó el carácter de paro activo que tenía la protesta.

El “corralito” que impone el ministro de Economía Domingo Cavallo restringiendo la extracción de dinero de las cuentas bancaria $250 por semana, provoca la movilización de las capas medias que inician los famosos cacerolazos sumándose a la lucha popular.

El 19 y 20 de diciembre de 2001, irrumpieron grandes masas en una rebelión popular que sacudió a la Argentina hasta sus cimientos: el Argentinazo. El pueblo en las calles combatió contra las fuerzas represivas estatales que azotaban brutalmente la rebelión popular, por primera vez derrocó a un gobierno nacional y aplastó el Estado de Sitio impuesto. Ante las masivas manifestaciones el presidente derrocado debió huir en el helicóptero presidencial para poder abandonar la Casa Rosada, dejando 39 muertos por la represión que ordenara.

El Argentinazo abrió un surco profundo en la política nacional: dejó en el aire el Estado de Sitio, barrió a cuatro presidentes y hubo un día sin gobierno, empujó el no pago de la deuda externa por dos años, paró el “corralito”, obligó a conceder más de dos millones de planes sociales, posibilitó establecer numerosas empresas recuperadas, salvó del remate a miles de pequeños productores nacionales agrarios y urbanos, entre otras conquistas. Hizo emerger una profunda crisis de hegemonía de las clases dominantes. Mostró el camino para conquistar un gobierno de unidad popular, patriótico, democrático y antiimperialista. Los diez días de combate, las dos jornadas heroicas del 19 y 20, han enseñado a la clase obrera y el pueblo más que muchos años de lucha reformista y electoral.

Mártires del Argentinazo

Acosta, Graciela, 35 años. Almirón, Carlos “Petete”, 24 años. Álvarez Villalba, Ricardo, 23 años. Arapi, Ramón Alberto, 22 años. Aredes, Rubén, 24 años. Avaca, Elvira, 46 años. Avila, Diego, 24 años. Benedetto, Gustavo Ariel, 30 años. Campos, Walter, 17 años. Cárdenas, Jorge, 52 años. Delgado, Juan, 28 años. Enríquez, Víctor Ariel, 21 años. Fernández, Luis Alberto, 27 años. Ferreira, Sergio Miguel, 20 años. Flores, Julio Hernán, 15 años. García, Yanina, 18 años. Gramajo, Roberto Agustín, 19 años. Guías, Pablo Marcelo, 23 años. Iturain, Romina, 15 años. Lamagna, Diego, 26 años. Legembre, Cristian, 20 años. Lepratti, Claudio “Pocho”, 35 años. Márquez, Alberto, 57 años. Moreno, David Ernesto, 13 años. Pacini, Miguel, 15 años. Paniagua, Rosa Eloísa, 13 años. Pedernera, Sergio, 16 años. Pereyra, Rubén, 20 años. Ramírez, Damián Vicente, 14 años. Ríos, Sandra. Riva, Gastón Marcelo, 30 años. Rodríguez, José Daniel, 25 años. Rosales, Mariela, 28 años. Salas, Ariel Maximiliano, 30 años. Spinelli, Carlos Manuel, 25 años. Torres, Juan Alberto, 21 años. Vega, José, 19 años. Villalba, Ricardo, 16 años.