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04 de junio de 2014

La semana pasada el Indec publicó un índice de desocupación de 7,1%, que el gobierno kirchnerista balanceó como el más bajo en cinco años. 

Un índice mentiroso

Desocupación, informalidad y precariedad

Sin embargo, como decíamos en nuestra edición anterior, ese índice, aparte de no contar a los desocupados que tienen planes y a los suspendidos, sólo cuenta como desocupados a quienes han buscado activamente trabajo en la última semana.

Sin embargo, como decíamos en nuestra edición anterior, ese índice, aparte de no contar a los desocupados que tienen planes y a los suspendidos, sólo cuenta como desocupados a quienes han buscado activamente trabajo en la última semana.
Por eso es necesario ver también, por ejemplo, qué viene pasando con la tasa de actividad, que define la llamada población económicamente activa. Aquí vemos que disminuyó a un 45,0% del total de la población en el primer trimestre de 2014, de 45,8% que había sido en el primer trimestre de 2013. Es decir que si se contara como desocupados a los que estaban ocupados hace un año y ahora, en la última semana, no buscaron activamente trabajo, encontraríamos que el número de desocupados aumenta en un 0,8% del total de la población, algo así como 320.000 personas más. Y esto sin contar a los mayores de 18 años que nunca han trabajado o buscado un trabajo, entre los que están los llamados “ni-ni” porque no estudian ni trabajan: de 700 mil a más de un millón en todo el país, según se considere si trabajan o no a quienes están confinados a tareas domésticas en sus domicilios (en su mayoría las chicas jóvenes con hijos).
Otro índice engañoso es el de los subocupados, pues sólo se considera tales a los que también han buscado otro trabajo en la última semana. Es decir que no se computan como subocupados a los que estén en esta situación por trabajar menos de 36 horas en la semana, pero que no demanden más trabajo.
Después está el problema de los ocupados informales (o en negro) y los precarizados u ocupados temporales. Por eso la encuesta del Barómetro de la Deuda Social de la UCA, refiriéndose solamente a la población económicamente activa (los ocupados y los que buscan trabajo activamente) concluye que un 56% de la misma sufre problemas de empleo. Es decir: sólo 43,4% de las personas activas tienen una ocupación en plenitud de derechos.