El 14 de junio de 2004, la comunidad minera de la cuenca carbonífera sufrió una de las peores tragedias de su historia. Un brutal accidente minero cobró la vida de 14 trabajadores, dejando a familias y compañeros de trabajo devastados.
Entre ellos al compañero Silverio Méndez, miembro activo de la Corriente Clasista Combativa, quien era un trabajador comprometido y un luchador incansable por los derechos laborales y sociales. Como miembro de la Corriente siempre estuvo al frente de las luchas y movilizaciones para defender los intereses de los trabajadores mineros y del pueblo. Fue parte de la Mesa Nacional de la CCC.
Silverio era conocido por su solidaridad y su compromiso con la causa obrera. Su pérdida fue un golpe duro para la Corriente, para la comunidad minera y todos aquellos que lo conocieron.
Hoy su legado es continuar luchando contra la política de Milei, exigiendo: mejoras inmediatas en las condiciones laborales y de seguridad en la mina para evitar futuras tragedias.
Como narraba un compañero: Cada 14 de junio, las comunidades de Río Turbio y 28 de Noviembre se detienen. El aire se llena de memoria, y el silencio que acompaña la vigilia habla más fuerte que cualquier discurso. Nos reunimos para recordar, para abrazar con el alma a los 14 compañeros que perdieron la vida en la tragedia de Mina 5 en 2004. No fueron solo 14 trabajadores. Fueron padres, hermanos, hijos, vecinos. Mineros de verdad. Y desde aquel día, también son parte inseparable de la historia y del corazón de esta Cuenca. La vigilia, las antorchas encendidas, la lectura de sus nombres, la misa, la caravana hacia la Mina, el ingreso de los familiares al lugar… No son rituales vacíos. Son actos profundamente humanos que sostienen la memoria viva, que abrazan el dolor con dignidad y que gritan: ¡Nunca más una vida obrera como costo del trabajo!
Desde la Agrupación 6 de Julio-Río Turbio, miembro de la CCC-Santa Cruz, participamos como cada año con respeto, con compromiso y con una certeza de que no vamos a abandonar la lucha por condiciones laborales seguras. Y este homenaje no es solo recuerdo, es también un acto de militancia por la vida. Porque la justicia no se alcanza solo con sentencias. La justicia verdadera es la que transforma la experiencia en conciencia. Y la conciencia en acción colectiva. Que cada casco, cada antorcha, cada bandera, cada lágrima, nos recuerden que el trabajo no puede ser sinónimo de muerte. Que la dignidad no es negociable. Ellos (los 14) están en cada compañero y compañera que entra a la mina, en cada familia que espera, en cada hijo que pregunta. Están en nosotros, y en la promesa firme de que su memoria no va a ser usada como bandera vacía, sino como fuerza concreta para que nunca más se repita lo que pasó.
A 21 años, seguimos diciendo: “14 mineros presentes, ahora y siempre”. Memoria, justicia y dignidad.
Escriben Guanca y Luis
hoy N° 2063 11/06/2025