La tierra es el principal medio de producción histórico en nuestro país. Existe un núcleo de intereses coincidentes de la clase terrateniente, la burguesía intermediaria y los imperialismos, que han profundizado como nunca una economía agroexportadora subordinada, dependiente y de extrema especialización, y una integración al mercado mundial de carácter unilateral. Todo se reduce a la extracción de material primas y a un escaso desarrollo industrial.
Los 5 países que componen la cuenca del Plata, poco se diferencian unos de otros en su estructura latifundista.
Un porcentaje que va del 2% al 10% concentra más del 50% de la tierra en estos países.
Este modelo productivo les ha permitido a los terratenientes una acumulación extraordinaria, triplicando en los últimos 20 años el valor de la tierra y la renta, lo que ha acentuado la concentración de la tierra en pocas manos y la expulsión de miles de campesinos y trabajadores rurales hacia las grandes ciudades.
Es imperioso democratizar el acceso a la tierra y avanzar a un nuevo modelo productivo, que ponga por delante los intereses de las grandes mayorías y sea ambientalmente sustentable.
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