La noche del 1 de julio, Rosalía Jara, una joven de 18 años, mamá de una nena de dos años, de la localidad de Fortín Olmos, mientras se encontraba en un bar del lugar recibió una llamada telefónica. Desde allí se dirigió a “la garita” y a partir de ese momento no se supo más nada de ella. A pesar de que la familia inmediatamente denunció la desaparición, las autoridades del lugar iniciaron su búsqueda una semana más tarde, otorgándoles, de esta manera, un tiempo precioso a quienes fueron los responsables del hecho, que utilizaron para borrar pruebas y elaborar coartadas.
El dolor y la bronca de familiares y amigos, ante la desidia de quienes debían buscarla, conmovió a toda la comunidad que rápidamente empezó a organizarse en el reclamo por su aparición con vida.
Recién a los 20 días de la desaparición, fue detenido Juan Valdés, un docente de 37 años quien admitió después de varios días, tener una relación sentimental con Rosalía.
Muchas son las hipótesis que circulan: que fue entregada a las redes de trata; que fue un femicidio porque Valdez sería el padre de la niña y Rosalía lo presionaba para que reconociera su paternidad; que se le practicó un aborto a la fuerza y murió en esa intervención; que tiene que ver con cuestiones de narcotráfico.
Cualquiera de estos escenarios es posible porque todos son moneda corriente en lo más profundo del norte Santafecino, donde se expresa con extrema crudeza la opresión naturalizada que sufren las mujeres. Pueblos y ciudades abandonados por los gobernantes, donde la satisfacción de necesidades básicas como la salud, la educación, la vivienda digna, el trabajo, los servicios básicos como luz y agua potable, se convierten en un lujo, creando una situación ideal para la proliferación de los negocios mafiosos mas rentables de los cuales forman parte funcionarios, policías, y narcos.
Rosalía Jara, mujer, joven, pobre y amante clandestina, a lo largo de su vida sufrió todo tipo de carencias y privaciones que la expusieron a abusos y violencias de todo tipo, frente a lo cual el Estado le dio la espalda.
Este último sábado, desde la multisectorial de mujeres de Rosario, decidimos decir presente en Fortín Olmos y sumar nuestras voces y fuerza a la lucha del pueblo que clama por Rosalía. Junto a Mercedes Meier, diputada provincial por el Frente Social y Popular, y a pesar de la larga distancia y la intensa lluvia, partimos tempranito.
Tras un emotivo acto, donde se leyeron sentidos poemas y cartas de amigos y docentes de Rosalía, marchamos por el pueblo de calles de barro, hasta la comisaría del lugar donde podríamos decir se pinta una postal de lo que vive hoy Fortín Olmos: Un centenerar de hombres y mujeres con sus niños, adultos mayores y jóvenes, familiares y amigos de Rosalía, organizaciones de diversos lugares, bajo la lluvia y embarrados hasta las rodillas, cortábamos la ruta frente unos treinta policías que exhibían sus armas de manera intimidatoria. El comisario fue interpelado por la comunidad pero no aportó nada nuevo al caso. Luego nos dirigimos a “la garita”, último lugar donde estuvo Rosalía, un paraje precario en medio de la soledad y los altos pastizales, donde se dio por finalizada la marcha.
A casi dos meses del hecho no hay resultados ni respuestas. Pero ha calado hondo en el corazón del pueblo que tiene una firmeza y determinación ejemplares por continuar la lucha por la aparición con vida de Rosalía, por la verdad y por la justicia. Es que ella ha sido el detonante ante una acumulación de miserias e injusticias que llevan años enquistadas en localidades de nuestro norte querido (como dijera una compañera de la multi), y tras el caso se esconde una rosca siniestra de complicidades e impunidades que colmaron a la comunidad.
En estos 56 días hubo varias intervenciones de fuerzas, perros buscadores, visitas de legisladores, que posibilitaron que el caso se provincializara. Todo, gracias a la organización y lucha de Fortín Olmos.
La calidez y el agradecimiento que nos expresaron al llegar y durante la jornada, nos reconforta y nos motoriza. Tomamos el compromiso de llevar el caso al Encuentro Nacional de Mujeres del Chaco para que todos abracemos la causa y desde allí difundirla para que se nacionalice.
Rosalía Jara, sintetiza los sufrimientos de las mujeres del pueblo, y marca el camino para transformar esa situación, reafirmando la necesidad de la declaración de la emergencia en violencia contra la mujeres a nivel provincial y nacional.