La decisión del Gobierno de eximir del pago del impuesto a las Ganancias, desde el 1 de septiembre, a los trabajadores que en ningún mes del año (desde enero a agosto) hayan cobrado en bruto más de 15.000 pesos, y disminuir en un 20% la carga a los que hayan cobrado entre 15.001 y 25.000 pesos (30% en las provincias patagónicas), es un gran triunfo de la lucha de la clase obrera y el pueblo.
La decisión del Gobierno de eximir del pago del impuesto a las Ganancias, desde el 1 de septiembre, a los trabajadores que en ningún mes del año (desde enero a agosto) hayan cobrado en bruto más de 15.000 pesos, y disminuir en un 20% la carga a los que hayan cobrado entre 15.001 y 25.000 pesos (30% en las provincias patagónicas), es un gran triunfo de la lucha de la clase obrera y el pueblo.
Ha sido principalmente el combate del movimiento obrero de más de dos años el que le torció el brazo a la política del gobierno kirchnerista, con jornadas históricas, como fueron el primer gran paro nacional activo del 20 de noviembre de 2012, y los paros de Camioneros y otros gremios en julio de 2013 (que lo hicieron retroceder en el cobro del impuesto sobre el medio aguinaldo). El cachetazo electoral en las primarias del 14 de agosto –que mostró que no solo las capas medias democráticas sino también la mayoría del movimiento obrero repudia su política–, y sobre todo la perspectiva de un nuevo paro nacional activo que se venía para septiembre, obligó al gobierno kirchnerista a apresurar la decisión que primero había pensado postergar hasta más cerca de las elecciones de octubre.
Es un gran triunfo de los trabajadores y jubilados que a casi un millón y medio de ellos no se les siga sacando del bolsillo millones de pesos con el impuesto a las Ganancias, a partir del 1° de septiembre, y que, a otro medio millón, con salario bruto entre 15.001 pesos y 25.000 se les robe así un 20% menos (un 30% menos a los de las provincias patagónicas). Además, otro triunfo es que a los trabajadores que cobran entre siete y 15.000 pesos mensuales se les haya restituido la percepción del salario familiar.
Estos logros deben ser un aliciente para seguir luchando para que no se discrimine en contra de los hijos de los trabajadores cuyos salarios superen los 15.000 pesos, como también para que se actualicen las escalas a esos trabajadores, así como los mínimos imponibles y las escalas al millón y medio de trabajadores monotributistas y al más de medio millón de trabajadores autónomos. En la pelea por abolir este impuesto a todos los trabajadores convencionados o en relación de dependencia: ¡el salario no es ganancia!