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13 de octubre de 2010

Una agricultura sustentable

Hoy 1339 / Para el debate sobre arrendamientos, créditos y política integral de precios

 En distintos medios especializados existe la preocupación sobre el impacto a largo plazo de diferentes sistemas de labranza y secuencias de cultivo sobre el estado orgánico de los suelos. Y se señala que para aumentar las reservas de materia orgánica actuales es necesario combinar rotaciones de cultivos bajo siembra directa y con altos niveles de fertilización.

 En distintos medios especializados existe la preocupación sobre el impacto a largo plazo de diferentes sistemas de labranza y secuencias de cultivo sobre el estado orgánico de los suelos. Y se señala que para aumentar las reservas de materia orgánica actuales es necesario combinar rotaciones de cultivos bajo siembra directa y con altos niveles de fertilización.
Según la ingeniera agrónomo Alicia Irizar, del INTA Pergamino, en redagroactiva.com, en 100 años de agricultura la región ha perdido entre el 35% y el 40% de los valores iniciales de materia orgánica de los suelos. Desde el inicio se debió a la quema de los rastrojos y, por ende, el poco aporte de carbono y a la labranza intensiva con el arado de rejas. Con la introducción de la cosecha mecánica dejaron de quemarse los rastrojos pero se continuó con la labranza. “Más tarde, con la incorporación de la siembra directa, se mejoró el aporte de nutrientes pero al hacer monocultivo de soja las pérdidas volvieron a aumentar”.
Esto se vincula en la nota al tema de la rentabilidad y al debate sobre un nuevo proyecto de ley de Arrendamientos. El 50% de los campos argentinos son trabajados por terceros, con contratos a un año y es por ese motivo que el productor no “arriesga” a la rotación porque es incierto si ese mismo campo podrá ser sembrado nuevamente por él, se señala. A lo que habría que agregar que esa modalidad contractual es la que facilita la acción depredadora de los pools.
En cuanto al tema de la rentabilidad habría que señalar que el gobierno de hecho favorece la sojización, pues tampoco existe una política integral de precios que incentive la rotación.
Frente a esto, ¿qué habría que proponer? Por un lado, una ley de arrendamientos que establezca un plazo en los contratos de al menos 7 años, que existió en nuestro país y todavía existe en Canadá y en la mayoría de los países de Europa. Por otro lado, una política de precios que haga rentables los cultivos alternativos, instrumentada por una Junta Nacional de Granos, como también existió en nuestro país. Y en cuanto al acceso a la tierra de los productores, una ley de arrendamiento impuesto, como además existe en Canadá para las tierras ociosas, que contemple la posibilidad de acceso a todos los que quieran trabajarla, con líneas de crédito garantizadas para ese fin y para la implantación de los cultivos alternativos a la soja y el desarrollo de las chacras mixtas, sostenida con una política integral de precios que abarque no solo la producción de granos, sino también la ganadería, la lechería, la avicultura, la porcinicultura, etc.
Todo esto en la lucha por un gobierno de unidad popular, patriótica y democrática, que haga realidad una reforma agraria que expropie a los grandes latifundios y entregue las tierras a los originarios, campesinos pobres y medios, y juventud agraria, para alcanzar el objetivo de un millón de chacras. Sólo de esta manera, en consonancia con una política integral de créditos y de precios, se podrá hacer realidad una agricultura verdaderamente sustentable.