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02 de octubre de 2010

Un joven obrero, presente en el Plenario de la CCC, nos contaba su experiencia en una empresa.

Una camada que no se deja verduguear

Hoy 1206 / Los jóvenes metalúrgicos

Laburé 3 años y medio en una empresa de heladeras, que estuvo en conflicto desde diciembre y por el cual fui despedido junto con otros compañeros. Yo estaba en punta de línea, en el ensamblado de la heladera. Ahí llega el armazón, y uno le coloca las puertas, el plafond, el congelador. De ahí pasa a la línea donde se le coloca el motor y se termina.
Las condiciones de laburo son bastante duras, con jornadas de 11 o 12 horas, un sábado de por medio, y con las extras obligatorias. Si vos no querías hacer extras tenías que firmar un permiso especial de un jefe, y si lo pedías muy seguido te miraban feo. Después de 12 horas laburando te imaginás cómo quedás: No tenés muchas ganas de vivir después, la familia va quedando de lado.
Hay una camada de gente joven, y otra camada con 10 o más años de trabajo, que cuida más su fuente de trabajo y no se prendió al conflicto, que fue salarial, por el contagio con otras empresas de la zona que se plantaron.
Nosotros estamos en la rama 17 del convenio metalúrgico, con lo que un operario calificado está ganando $ 6,50 la hora, la categoría intermedia. Laburando 11 o 12 horas agarrás quincenas de $ 770. Había pibes que veían el recibo y se querían matar. Encima trabajando de noche y sin que te paguen la hora nocturna.

Las preocupaciones de los jóvenes
Creo que las preocupaciones son las de avanzar en la vida, y en esa fábrica la única forma de progresar es siendo botón o laburar más que los demás. Entonces la secuencia de producción va siempre para arriba, con ritmos muy acelerados. De un día para el otro nos aumentaban de 50 heladeras por día a 55. Al principio parece que no es mucho, pero luego ves el desgaste. Además ves que con esas 5 heladeras de más te pagan el sueldo. De un mes al otro les generás grandes ganancias a la empresa. La empresa se la pasa metiendo intrigas, cizaña, dividiendo. En el último período pusieron cámaras de seguridad en las líneas con la excusa de controlar la producción, para vigilarte mejor. Son cámaras que las pueden mirar desde sus casa vía Internet. Esto es una presión extra.
En la mayoría de las empresas metalúrgicas de la zona no hay delegados. Es distinto a otras seccionales de la UOM. Todo es mucho más difícil. En los conflictos de otras fábricas aparecen los denominados voceros, que son delegados de hecho, sin fueros gremiales. Y muchas de las cosas se resuelven en asamblea.
En nuestra fábrica veníamos charlando con un grupo de compañeros más firme, y dijimos, tal día lo hacemos. Y ese día, a las 9 de la mañana, pusimos un lugar de reunión para juntarnos y no entrar a trabajar. Así nos juntamos primero cuatro o cinco, y llegamos a ser 25 o 30. A los 5 minutos que pasaron del tiempo que teníamos que haber vuelto a trabajar, cayó el jefe de personal con toda la comitiva a ver que queríamos, y ahí nos endosaron. Hicimos un petitorio planteando $ 2.000 de básico, efectivización de los contratados después de los seis meses, y otros reclamos. El petitorio se estiró, y la patronal ganó tiempo. Nosotros éramos muy pollos, el más grande era yo, que tengo 30, y el resto pibes de 20, 22 años.
Hay mucha bronca y ganas de cambiar la situación. Es una camada que no se quiere dejar verduguear más. Y como hay más trabajo, dicen “me la juego o me voy”. No va eso de entrar al laburo y si lo perdés te querés matar. En nuestra propia fábrica, antes de que nos echen, hubo pibes que se fueron por la suya, porque se hincharon. No podés trabajar toda tu vida 11 horas. Olvidate de tu familia, de estudiar. Si trabajás el sábado olvidate de salir.
Los pibes se le plantan a los capataces, y muchos usan el parte de enfermo, o directamente el faltazo masivo. En mi fábrica hubo faltazos de 30 personas. Espontáneos. Otra cuestión es el seguro. Se lastiman a propósito para faltar.
Se generan buenas condiciones para discutir, porque todas estas son salidas individuales, y vamos al debate de la salida colectiva, organizada, porque si no, zafás 15 días y luego volvés a lo mismo. Esto aparece en muchos conflictos con los compañeros que tienen hijos, porque te dicen “yo no quiero que mi hijo trabaje 11 horas”. El tema de las condiciones de trabajo se volvió a hablar mucho con el caso de los compañeros muertos de Acindar. Nosotros ya estábamos afuera de la fábrica. Pero hablando con compañeros hay mucha bronca con esto, porque se ve que las empresas hacen las cosas para no pagar de más a las ART, no les importa tu salud. El médico te manda a trabajar, así te estés retorciendo de dolor.