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29 de enero de 2014

Reproducimos esta nota del Informe de coyuntura económica del Grupo de Estudios de la Realidad Económica y Social (Geres), correspondiente al III trimestre 2013, (www.economiageres.com).

Una crítica a la metodología del Indec

Hacia el concepto de tasa de argentinos desesperados por el desempleo

El Indec maneja una definición de “empleado” que está hecha a medida del objetivo de mostrar los datos más bellos posibles sobre este tema tan sensible. La metodología de construcción de estos datos es internacional; la intencionalidad también. 

El Indec maneja una definición de “empleado” que está hecha a medida del objetivo de mostrar los datos más bellos posibles sobre este tema tan sensible. La metodología de construcción de estos datos es internacional; la intencionalidad también. 
Se califica de “desempleado” a la persona que se encuentra en el estado más calamitoso concebible en el mercado laboral: aquel a que en la semana de la encuesta no haya trabajado siquiera una hora, y que en esa misma semana haya buscado activamente hacerlo. Geres propone ampliar la definición, para comprender cuanta es la población desesperada por el desempleo en el país, calculando el número de desempleados según lo entendería una persona común y corriente.
Se tiene para trabajar la base de la EPH del Indec, siendo que la última disponible es la del segundo trimestre de 2013.
En aquella época, los desocupados en áreas urbanas, sumarían 858.019. Estos datos responden a la cobertura de la Encuesta Permanente de Hogares, que se considera representativa de una población de alrededor de 25, 5 millones de argentinos. A estos desocupados se propone adicionar: 
Los infraocupados. Este concepto se utiliza para diferenciarlo del habitualmente manejado de subocupados, que son aquellos que trabajan menos de 35 horas semanales queriendo trabajar más. Esta definición engloba casos muy diversos, incluidos aquellos que han trabajado cumpliendo solamente alguna breve changa.
El infraocupado aquí se define como aquel que ha trabajado (considerando todas sus ocupaciones) un máximo de 12 horas semanales, un tope medio de 2 horas diarias en 6 días hábiles –y que manifiesta su deseo de estar empleado más tiempo. El criterio de las 12 horas es, a su vez uno que restringe a la tercera parte la exigencia horaria del Indec. En el segundo trimestre de 2013, se contabilizan 405.188 personas en esta situación. 
Ocupados carne de cañón. Dentro de los ocupados, son aquellos que trabajan jornadas de carga horaria muy considerable por un salario que bordea lo infrahumano. 
El concepto incluye los casos en que el empleado trabaja al menos 30 horas semanales por un salario de menos de 1.350 pesos (constantes del 4to. trimestre de 2012) al mes: 10 pesos la hora como máximo, que eran aproximadamente dos dólares al cambio oficial en el momento base. Esto considerando la totalidad de las ocupaciones del ocupado carne de cañón. Se entiende aquí que nadie aceptaría este tipo de vida laboral si no fuera por tener ante sí (y tras de sí) un panorama claro de desempleo total. Se encuentra que existen 740.192 personas en esta situación. 
De esta forma, ampliando la definición incorporando como desocupados a personas que no trabajan ni dos horas por día y a aquellos que están ocupados solamente por encontrarse en un estado de tal desesperación ante el desempleo que toman empleos con características fuera de toda consideración humanitaria, se observa que suman 2.003.339; un 133% por encima de la cifra cruda del Indec; siempre considerando una población total de 25,5 millones de personas1. Mientras que la tasa de desocupación en este trimestre era del 7,2%, se tiene que el concepto de tasa de argentinos desesperados por el desempleo incorporaría al 16,8% de la PEA.
El cuadro ilustra la evolución reciente de esta tasa, que va en aumento al calor del aumento de la infraocupación y de los trabajadores carne de cañón. 
Esta metodología de cuenta está actualmente en construcción por parte de Geres, con el objeto de incorporar a la tasa de argentinos desesperados por el desempleo todos sus componentes de la forma más acertada posible. n
 
1. Si aplicamos este cálculo al total de la población de 40 millones (suponiendo una situación semejante en las áreas rurales, que en general es peor que en las urbanas), resultan 3.142.492 de personas que viven nuestro país desesperadas por el desempleo (nota de hoy).