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11 de noviembre de 2010


Una economía de especulación

Documentos del PCR / tomo 6

Paralelamente, y al con­tra­rio de lo que los pro­pa­gan­dis­tas del impe­ria­lis­mo reco­mien­dan a los paí­ses del Tercer Mundo, hay en esas metró­po­lis impe­ria­lis­tas una cre­cien­te par­ti­ci­pa­ción del Estado como palan­ca para la acu­mu­la­ción capi­ta­lis­ta a tra­vés del gasto fis­cal, el endeu­da­mien­to esta­tal, el arma­men­tis­mo y el cré­di­to para fusio­nes de las cor­po­ra­cio­nes. El gasto esta­tal repre­sen­tó en 1987 el 36,5 % del Producto Bruto en los Estados Unidos (era del 29,1 % en 1970), el 46,5 % en Alemania (era del 36,7% en 1970) y el 53,5% en Francia (era del 38,5% en 1970).
La eco­no­mía mun­dial es cada día más espe­cu­la­ti­va y menos pro­duc­ti­va. Si en la déca­da del 70 se dedi­ca­ban 0,70 cen­ta­vos de dólar a la espe­cu­la­ción por cada dólar que iba a la pro­duc­ción, ahora se dedi­can 3 a la espe­cu­la­ción por cada dólar que va a la pro­duc­ción. En esto juega un gran papel el peso, gigan­tes­co (cen­te­na­res de miles de millo­nes de dóla­res por año) que tiene en el comer­cio inter­na­cio­nal lo que muchos lla­man “capi­tal fic­ti­cio” (trá­fi­co de dro­gas y de armas, renta petro­le­ra, etc.).