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26 de octubre de 2010


Una guerra comercial encubierta

Hoy 1341 / 26/10/2010

 La actual crisis económica y financiera internacional, que comenzó en 2007 con la crisis de las hipotecas en Estados Unidos, siguió en 2008 y 2009 con la caída de los bancos y la profunda recesión económica mundial, y se continúa en 2010 con la crisis de endeudamiento público (de los gobiernos), ha entrado en una nueva fase, la de “la guerra de las monedas”, reflejo de una guerra comercial y de capitales larvada, que muchos temen desemboque en una guerra abierta, con un recrudecimiento del proteccionismo en los distintos países o regiones del mundo.
Una de las estrategias de las grandes potencias imperialistas para aliviar su sobreproducción relativa es tratar de descargarla sobre los países oprimidos y sus propios rivales imperialistas, a través del aumento de sus exportaciones y la restricción de sus importaciones. Y un instrumento para ello es la llamada “devaluación competitiva” de su moneda que, para poder ser exitosa, requeriría que los otros países no devalúen al mismo tiempo sus monedas.
Para el caso del imperialismo estadounidense, como el dólar todavía sigue siendo el patrón de cambio internacional y no puede devaluarse respecto de sí mismo, la política de “devaluación competitiva” implica la revaluación de las otras monedas. Lo que encuentra cada vez más resistencia de las potencias imperialistas rivales dado el debilitamiento de su hegemonía en el orden mundial capitalista-imperialista. China, la potencia imperialista emergente con la cual tiene mayor déficit comercial, hace que su moneda se desvalorice a la par del dólar (impidiendo una revaluación del yuan que frenaría sus exportaciones y aumentaría sus importaciones); los imperialistas europeos de la nueva moneda común, el euro, apenas han podido detener la estrepitosa caída que se produjo al estallar la crisis de endeudamiento de sus gobiernos, y el “dócil” imperialismo japonés ha comenzado a mostrar sus garras con un imprevisto freno a la revaluación de su moneda, el yen.
Cada vez se le hace más difícil al imperialismo estadounidense para imponer un “reajuste” de las monedas acorde con sus intereses en el Grupo de los 20, a reunirse en Corea en noviembre, habiendo ya anunciado un “relajamiento cuantitativo” [quantitative easing] de su emisión monetaria, con lo que piensa aumentar en un billón más su inundación de dólares en el mundo –poniendo más presión a la revaluación de las otras monedas– al tiempo que su Congreso ha votado una ley para imponer restricciones arancelarias y cuantitativas a las importaciones desde China. Por lo que esta guerra de monedas se acerca cada vez más a una guerra comercial abierta.