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02 de octubre de 2010

En esta nota el autor denuncia los atropellos del colonialismo británico, y el fracaso de la política del gobierno en la cuestión de la soberanía en Malvinas.

Una nueva humillación

Hoy 1304 / Ahora los piratas roban nuestro petróleo

“Tenemos una buena relación con la Argentina en temas bilaterales y multilaterales. Este tema (se refiere a la explotación hidrocarburífera por parte del Reino Unido. Nota del autor) se está manejando a través de los canales diplomáticos normales; en todo momento hemos sido transparentes con la Argentina respecto del tema y seguiremos siéndolo (El subrayado es nuestro)”. Declaración de la Embajada del Reino Unido de Gran Bretaña e Irlanda del Norte en la Argentina, del 4/02/2010.
 
El imperialismo inglés ha proferido una nueva y grave humillación a la Nación y el pueblo argentino. Su decisión de apropiarse de nuestros recursos hidrocarburíferos fue acompañada de una abierta amenaza militar contra nuestro país. Este hecho genera el más amplio repudio del pueblo argentino y de todos sus sectores patrióticos y populares. El gobierno argentino a través de su ministro de Relaciones Exteriores Dr. Taiana, salió presuroso a juramentar al Reino Unido y las demás potencias mundiales que tanto la ocupación militar colonialista inglesa y su pretensión de apropiarse de nuestros recursos naturales no reviste la condición de hipótesis de conflicto. En rigor, para los gobiernos gerenciales argentinos desde el 14 de  junio de 1982 hasta la fecha, la ocupación militar imperialista de nuestros territorios no es una hipótesis de conflicto (…).

El Tratado de Lisboa
Las minorías gerenciales y sus turnos gobernantes, a través de Acuerdos públicos como los Acuerdos de Madrid, y los Acuerdos secretos que efectivizaron la liquidación del sistema de Defensa Nacional (FF.AA. e industria para la defensa); distintos Entendimientos, Pactos, leyes de garantías y reuniones secretas, etc., hace largo rato que le han otorgado al imperialismo inglés impunidad en sus pretensiones coloniales expansionistas en territorios de indudable soberanía argentina.
Las autoridades argentinas minimizaron, en la práctica, la importancia de la firma del llamado Acuerdo de Lisboa suscrito por los 27 integrantes de la UE y su entrada en vigencia el 13 de diciembre de 2009, como si se tratara de un mero acto diplomático que no modificaría el “status” del conflicto de soberanía que opone a la Argentina y el Reino Unido. Así lo declararon en reiteradas oportunidades.
En 2005, el gobierno argentino durante la gestión del ministro Dr. Rafael Bielsa, permitió que se votara en el territorio nacional a españoles residentes o argentinos con doble nacionalidad (argentino-española) el primer ensayo de Constitución de la UE en la que se declaraban territorios de ultramar británicos asociados a la UE, los territorios argentinos ocupados por el imperialismo inglés más la totalidad del Sector Antártico Argentino y casi todo el Sector Antártico Chileno. Luego, retomado el camino de la sanción de un acuerdo de carácter constitucional (una “constitución abreviada” como la denominaron los propios europeos) durante la gestión de la Sra. Merkel a la cabeza de la UE, poco y nada realizó el gobierno argentino para denunciar el carácter colonial de ese pacto o tratado europeo.
La resolución del Parlamento Europeo para reforzar militarmente las llamadas Bases Militares Europeas de Ultramar, en primerísimo lugar Malvinas, no merecieron mayores comentarios del gobierno de la Dra. Cristina Fernández, tal si se tratara de era un mero entretenimiento de “geopolíticos” europeos puestos a gastar miles de euros en juegos de guerra.
 
Una cuestión estratégica
Malvinas, San Pedro y Santiago son en primer lugar una ocupación estratégica del imperialismo inglés. El control de estos archipiélagos australes le permite a Inglaterra (y la OTAN, alianza militar que integra y de la que es fundadora) el dominio de la confluencia Atlántico-Pacífico, el control de la ruta transpolar y la puerta de entrada a su proyecto colonialista sobre la Antártida. Más de 5 millones de kilómetros cuadrados son los que pretenden usurpar el Reino Unido de Gran Bretaña e Irlanda del Norte. El Tratado de Lisboa y la resolución del Parlamento europeo tienen este trasfondo. Luego, las enormes riquezas hidrocarburíferas, minerales, ictícolas y de agua dulce que son una gigantesca reserva para las ambiciones coloniales del Reino Unido de Gran Bretaña e Irlanda del Norte respaldadas por la Unión Europea y en alianza estratégica con EE.UU. En la disputa entre las potencias mundiales (el G9) por el dominio del mundo, la posesión de un área estratégica y de valiosos recursos energéticos, alimenticios y de agua es primordial y no circunstancial.
El último dislate que pudo ser evitado, gracias a la actuación de distintos sectores patrióticos, fue la intención de realizar una presentación conjunta o complementaria con Inglaterra de los estudios de la Plataforma Continental Argentina comprendida el área de Malvinas, la que pretendió enmarcarse en un “acuerdo técnico” entre el usurpador y nuestro país, reivindicando el modelo “cantábrico”, como si Argentina y Gran Bretaña fueras países vecinos que tienen un conflicto de límites y no un conflicto por la ocupación colonialista que uno, la Argentina , padece, y otro, Inglaterra, realiza.
Sobre el triunfo político inglés al ser reconocido como país ribereño en esta porción del Atlántico Sur señalamos, entre otras tantas notas y declaraciones: “Objetamos en su momento la ligereza con que el gobierno argentino abordó la pretensión británica de ser reconocido como “País Ribereño”, así el Reino Unido obtuvo lo que quería, su consideración como tal en esta zona del Atlántico Sur por un organismo internacional. Atrás de la liviandad argentina, está siempre la mezquina “esperanza” de morder en el negocio petrolero junto a los británicos. Truecan soberanía por negociados.

Fracaso de la diplomacia K
La diplomacia argentina ha fracasado de cabo a rabo. Ora la política de “seducción” practicada por el menemato durante la gestión de Di Tella con su bagaje de Acuerdos, Entendimientos y ositos de peluche (todos plenamente vigentes, incluidos los ositos), hasta esta, la política “sensata” de la “previsibilidad” ante las potencias mundiales, teorizada por el Dr. Bielsa y sostenida por la diplomacia kirchnerista hasta ahora, nos ha colocado en una situación de virtual secesión territorial a manos del imperialismo inglés. Desde Malvinas, el imperialismo inglés amenaza el territorio continental argentino y apoyándose en el aeropuerto inglés de Joe Lewis en Río Negro, puede partir en dos nuestra Nación o promover en combinación con otras bases imperiales en territorio suramericano, una agresión contra cualquier nación de este subcontinente.
La arrogancia colonialista británica se respalda en la política de los gobernantes de un país que soñando con “morder” en el negocio petrolero de la mano del usurpador, llegó a caracterizar, por boca del entonces presidente de la Nación Dr. Néstor Kirchner, la reconquista patriótica de las Islas Malvinas como “una cobarde agresión”. Siempre se recoge lo que se siembra.


*Coordinador nacional del Foro Patriótico y Popular. Extractos de nota publicada en: www.lanuevahuella.com.ar