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02 de octubre de 2010

Una nueva república en Nepal

Hoy 1241 / Los maoIstas, vanguardia de la lucha federal y democrática

Estuvimos en Nepal, en representación de nuestro PCR, para visitar al Partido Comunista de Nepal – Maoísta y conocer sobre su desarrollo, encabezando la lucha de ese pueblo contra la monarquía y el establecimiento de la república, una república federal y democrática, en ese país. Aquí algunos apuntes de las conversaciones con camaradas del Comité Central del PCN-Maoísta.

Aprehender la ideología
La primera cuestión que destacan los camaradas es la construcción del partido como la herramienta principal para dirigir la lucha armada y el frente único necesarios para el triunfo de la revolución democrática popular en Nepal, en el camino del socialismo y el comunismo. Lo que en su caso se hizo definiendo claramente su ideología como marxista-leninista maoísta (m-l-m), en rompimiento con las versiones eclécticas y reformistas escudadas tras la definición de marxismo-leninismo-pensamiento de Mao Tsetung, que todavía caracteriza incluso al PC de China, y las versiones sectario-dogmáticas remanentes del hoxismo (por Enver Hoxa, del PC de Albania). Así para graficar su rompimiento no solo organizativo sino también ideológico con esas versiones, frente al PCN marxista-leninista, adoptaron el nombre de PCN-Maoísta, entendiendo al m-l-m no como un dogma sino como la teoría que debe ser guía para la revolución. Por eso dicen que la revolución no puede ser copia sino desarrollo, y en su aplicación concreta a la revolución en Nepal, a ese desarrollo lo llaman m-l-m y camino Prachanda, por el nombre de su principal expositor y presidente del PCN-Maoísta.

Desarrollo de la línea político-militar
Para ellos se trata de un desarrollo particular del leninismo y el maoísmo en su aplicación a las condiciones concretas de la revolución en Nepal, de un país oprimido por el imperialismo y los resabios del feudalismo, que lo definen como un país semicolonial y semifeudal. Donde el camino de la lucha armada va principalmente del campo a la ciudad a través del desarrollo de la guerra popular prolongada, que en su caso requiere también, a diferencia de China, la preparación de la insurrección armada en las ciudades que permita que los levantamientos de las masas en éstas, combinados con la guerra popular en el campo, culminen en la toma del poder por las fuerzas revolucionarias unidas del campo y de la ciudad.
Es decir, se trata de la aplicación de la línea político- militar en las condiciones concretas nacionales e internacionales y en los momentos concretos de desarrollo de la lucha revolucionaria de su pueblo. Siempre tratando de mantener una relación apropiada entre la ofensiva política y la militar, el trabajo entre las masas y el trabajo militar, teniendo en cuenta que la lucha armada es el medio inevitable para lograr los objetivos políticos del proletariado.

Ofensiva política y militar
La lucha armada está subordinada a la política, aunque a veces cambia su posición principal. La política manda sobre el fusil, pero el poder nace del caño del fusil. En esto combaten dos desviaciones. Una, que no considera la lucha armada como parte inevitable de la lucha política por el poder, o que enfatizando unilateralmente la lucha política relega la preparación militar, lo que lleva al reformismo y al revisionismo. La otra, que enfatiza más lo militar, ignora la política o iguala la guerra a la política, lo que conduce al militarismo. Solo el correcto manejo de la relación entre política y guerra puede hacer avanzar la revolución. Esta ha sido una de las principales razones tras el rápido desarrollo de la revolución popular en Nepal.
El desarrollo de una correcta política militar requiere de una correcta línea política, de unidad y lucha, de negociaciones o compromisos, que son muy complejos y tienen sus peligros. Pero los partidos que temen enfrentar los peligros nunca serán capaces de aprehender la oportunidad. Es un problema de aplicación correcta de la firmeza estratégica y flexibilidad táctica.

Democracia y patriotismo
El imperialismo extiende sus tentáculos de explotación en los países oprimidos a través de sus agentes, las clases de los terratenientes y la burguesía burocrática compradora. Ambas clases coinciden en servir al imperialismo, y disfrutan de su parte en lo que extraen de la explotación de las masas. Pero también se dividen en la pelea por una mayor parte del poder y de las migajas de la explotación imperialista. En esa disputa, la clase terrateniente, en general, levanta las banderas del patriotismo y confronta con la burguesía intermediaria, mientras esta levanta las banderas de la democracia. Las clases dominantes en Nepal, por largo tiempo han logrado dividir a las masas con esta falsa opción, incluso al movimiento comunista. Una parte del movimiento ha ido a la cola de la monarquía en nombre del patriotismo y otra tras los partidos de la burguesía intermediaria en nombre de la democracia. Ambas clases son enemigas de la revolución democrática popular, pero tácticamente es posible jugar en esa contradicción para avanzar en la revolución.
En efecto, democracia y patriotismo son dos caras de la misma moneda, la revolución agraria y antiimperialista. Pero una de ellas se vuelve principal en ciertas coyunturas de la historia. Así, en Nepal, en los primeros cinco años (de 1996 a 2001), cuando regía el Partido del Congreso como representante de la burguesía compradora, el PCN-Maoísta llevó adelante la lucha de clases contra ellos con la bandera del patriotismo. Después, cuando el rey usurpó el poder absoluto disolviendo el Parlamento, intensificó la lucha con la bandera de la democracia. Esta táctica ayudó a mantenerlos divididos, aunque sea temporalmente, a pesar de los esfuerzos del imperialismo estadounidense y el expansionismo hindú, para unirlos contra el PCM-M y la revolución que están liderando. La alianza táctica entre los partidos parlamentarios y el PCN-Maoísta, que tomó forma a través del entendimiento de los 12 puntos a fines de 2006, fue posible por esa contradicción, y ponerse a la cabeza de la lucha patriótica y democrática ha permitido desenmascarar el falso patriotismo de los terratenientes así como el falso democratismo de la burguesía intermediaria, lo que ha ayudado a fortalecer la unidad de vastos sectores de las masas en la lucha por el verdadero patriotismo y la verdadera democracia. En esto no hay mucha diferencia con China, aunque sí lo hay respecto del problema de las mujeres, de las nacionalidades y de las castas.

Mujeres, nacionalidades y Parias
Aunque pequeño geográficamente, Nepal, habitado por varias castas, etnias y nacionalidades, es grande en su diversificada herencia cultural, tradiciones y religiones. Pero el poder unitario del Estado, no solo las ha tratado (a las mujeres, nacionalidades y Parias) como ciudadanos de segunda clase, sino que también ha tratado de suprimir esta parte de la población bajo la ideología chovinista de la casta alta, el hinduismo, desde la unificación de Nepal hace 250 años.
Naturalmente estos sectores de las masas soportan el peso de dos tipos de opresión. Primero, la de clase, y segundo, la opresión patriarcal, nacional y de casta basada en el chovinismo de la alta casta hindú. Aunque esta segunda opresión aparece como no clasista, esencialmente es parte de la contradicción de clase porque descansa sobre la ideología reaccionaria en que se sostienen las clases dominantes y su poder estatal.
Con este enfoque ideológico, el PCN-Maoísta desde el comienzo trató fuertemente de desarrollar políticas específicas, planes y programas para movilizar a estos sectores de las masas, a la par del programa revolucionario:

1) una política de iguales derechos para las mujeres en todos los aspectos de su actividad social, incluyendo el derecho a la propiedad;
2) movilizar a las varias nacionalidades bajo el programa de la autonomía, incluyendo su derecho a la autodeterminación;
3) colocar en el orden del día la agenda de los Parias de acabar con toda clase de discriminaciones sociales, incluyendo la “intocabilidad”.