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21 de diciembre de 2022

Argentina campeón del mundo

Una Selección rebelde que se ganó el corazón del pueblo

Liderados por Lionel Messi, la gran figura del Mundial, la Selección Argentina le demostró al mundo que se puede jugar un fútbol de alto vuelo, y además, que lo colectivo siempre es superior a lo individual.

La Selección Argentina se consagró campeón en el Mundial de Qatar 2022. Luego de 36 años de espera, el fútbol argentino obtuvo su tercer campeonato de la mano de Lionel Messi y un grupo de jugadores convencidos de la idea futbolística, pero también orgullosos de representar al país y darle una alegría inmensa al pueblo argentino.

En una definición infartante, el conjunto argentino le ganó 4 a 2 por penales a su par de Francia. Durante el partido, tiempo regular y alargue, pasó de todo. Argentina, que parecía tenerlo liquidado, cometió algunos errores que le permitieron empatar a los franceses. En el suplementario pasó algo similar y hubo que ir a los penales. Gracias a Emiliano “Dibu” Martínez que atajó todo y gracias a la precisión de Messi, Paulo Dybala,  Leandro Paredes y Gonzalo Montiel, Argentina pudo levantar la copa.

Messi jugó un Mundial brillante. Le demostró al mundo entero un nivel futbolístico extraordinario, pero además, la capacidad para ser un capitán rebelde que encabezó las afrentas del poder cada vez que fue necesario, como en el partido contra Holanda.

Los jugadores argentinos fueron tratados de vulgares y maleducados, tras haber cometido la osadía de contestarles en el plano futbolístico, pero también en las declaraciones a los europeos. Y Messi y compañía no hicieron otra cosa más que defender los colores de la Albiceleste frente a la matonería holandesa.

Por estos lados la reacción del equipo recogió la inmensa simpatía del pueblo argentino que vio en esta faceta de Messi a aquel Maradona que tantas veces desafió al poder del fútbol mundial representado en la FIFA.

La repugnante nota escrita en el diario La Nación, no hizo otra cosa más que confirmar que a las clases dominantes esta postura del capitán, que ya venía de la Copa América disputada en Chile, no les gustara para nada. Pero claro, al pueblo sí.

«¿Qué mirás bobo, qué mirás bobo? Andá pa’ allá, andá pa’ allá bobo». El descargo visceral del rosarino contra Wout Weghorst, el jugador holandés que se cruzó con el capitán, fue contundente. Si hasta ya hubo quienes se tatuaron la frase en su cuerpo.

Lo que La Nación y su periodista Cristian Grosso no dicen, es que los holandeses ensuciaron antes, durante y después un partido de fútbol de una Copa del Mundo. Fiel a su estilo imperialista, como país que vergonzosamente aún posee monarquía y colonias en todo el mundo, intentó menospreciar, subestimar y estigmatizar todo el tiempo a Messi y a la Selección Argentina.

«No hubo límite, perdieron la línea. Un rebaño con varios maleducados», escribió Grosso sin ningún temor a desprestigiar al equipo argentino en medio de la competencia.

Y la siguió contra el equipo de Scaloni. “La selección no es confiable y probablemente no lo vaya a ser en lo que queda del Mundial… Siempre al filo, siempre con la sensación de eliminación directa», agregó.

Lo que más odio les ha generado a estos escribas de las clases dominantes es saber que estos jugadores tienen y tuvieron a lo largo de todo el Mundial un sentido de pertenencia por la camiseta argentina y sus colores.

Pareciera que el operativo contra Messi y la Selección no les salió. Sencillamente porque el equipo fue campeón. Para estos sectores que el pueblo tuviera una enorme felicidad el domingo tras el partido, es inadmisible y el tono de superioridad moralista con el que escribieron fue vomitivo.

Se equivocaron. El pueblo argentino sabe calibrar bien cuando sus héroes caminan junto a él. De Antonio Ratín pocos se acuerdan cómo jugaba, pero sí todos recuerdan cuando estrujó el banderín de la corona británica al ser expulsado injustamente contra Inglaterra y luego sentarse en la alfombra de la Reina. El pueblo sabe calibrar y recuerda orgulloso cuando Maradona insultó a todo un estadio en Italia al escuchar que silbaban el himno argentino. El pueblo sabe calibrar cuando Messi se paró frente a un DT que siempre menospreció a los jugadores latinoamericanos, por más que algunos patéticos expresen la simple y vacía frase para contestar «es sólo fútbol».

El fútbol es una expresión cultural que los mismos pueblos manifiestan más allá de un estadio. Que Argentina se haya ganado la simpatía de países como Bangladesh, India, Pakistán, dice mucho sobre la unidad de los pueblos oprimidos por el imperialismo, en este caso el inglés. Sino no se explica la locura que generó la Albiceleste en esos lugares.

Argentina es campeón del mundo. El país celebró en las calles. Y en medio de una gigantesca movilización, fueron las plazas, paseos y avenidas importantes, los puntos de encuentro para la expresión popular. Las banderas, camisetas con los colores de Argentina y los cánticos como el tradicional “el que no salta… es un inglés”, colmaron esos sitios para el disfrute y la felicidad de un pueblo.

 

Festejos en el Obelisco, Argentina Campeón del mundo 2022

 

El Mundial

Se trató de un Mundial celebrado en un país perteneciente al mundo árabe. Qatar, designado en el 2010 bajo la presidencia de Joseph Blatter en la FIFA y bajo todas las sospechas de corrupción, fue la sede en esta nueva edición de la Copa del Mundo.

A los nulos reconocimientos de derechos hacia las mujeres y a las leyes xenófobas, hay que mencionar cómo pasó Qatar de ser un país con cero infraestructura para organizar un mundial, a obras faraónicas en medio del desierto.

Los estadios en donde se desarrollaron los partidos del Mundial fueron levantados con el trabajo de miles y miles de migrantes de otras naciones (Indonesia, India, Nepal, etc.). Con más de 6.500 muertos en la construcción de obras fastuosas (algunas organizaciones humanitarias elevan aún más la cifra), Qatar se mostró al mundo como el lugar ideal para la cita mundialista futbolera.

Amnistía Internacional denunció la explotación laboral en la construcción de los estadios. “Algunos son objeto de trabajo forzado. No pueden cambiar de trabajo, no pueden salir del país y suelen tener que esperar meses para cobrar sus salarios. Mientras, la FIFA, sus patrocinadores y las empresas de construcción implicadas se preparan para obtener ingentes beneficios económicos de la celebración del torneo”, dijeron.

Ese es el “modelo” que admira Mauricio Macri, sin gremios que “molesten” a los poderosos del mundo que siempre se llenan los bolsillos a costa de los pueblos. Será por eso que esos pueblos (bangladeshíes, indios, etc.), apoyaron a nuestra selección.

 

Escribe Tonchi

 

Hoy Nº 1944  21/12/2022