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19 de abril de 2017

Luego de 12 días de toma, el martes 11 de abril, la asamblea de delegados de Agmer Paraná resolvió suspender la ocupación del Consejo General de Educación. Los compañeros evaluaron como un importante triunfo las respuestas en la audiencia del día anterior a tres de los cuatro puntos exigidos al gobierno de Bordet.

Una toma histórica

Docentes de Paraná, Entre Ríos

 
El miércoles 13, la provincia comenzó a devolver todos los descuentos, incluidos los días de paro y las malas liquidaciones a unos 10 mil docentes en toda la provincia. Lo viene haciendo demasiado lentamente, de modo desparejo, con omisiones y desprolijidades. Los tiempos del gobierno no son los tiempos de los trabajadores de la educación. Así que el lunes 17 movilizamos al CGE para exigir que la devolución se haga con celeridad y de modo completo.

 
El miércoles 13, la provincia comenzó a devolver todos los descuentos, incluidos los días de paro y las malas liquidaciones a unos 10 mil docentes en toda la provincia. Lo viene haciendo demasiado lentamente, de modo desparejo, con omisiones y desprolijidades. Los tiempos del gobierno no son los tiempos de los trabajadores de la educación. Así que el lunes 17 movilizamos al CGE para exigir que la devolución se haga con celeridad y de modo completo.
La suspensión de la nefasta Resolución 2566 del CGE y su reemplazo por una nueva normativa de corte democrático, a cargo de una comisión con integración de los representantes de Agmer, significará un valioso avance en la defensa del derecho de huelga.
En tanto, hay expectativas por la propuesta salarial que Bordet presentará el martes (al cierre de esta edición) y que según el ministro de Economía “superará el 18%”. De la continuidad de la lucha dependerá cuánto más será superado ese pretendido techo y que vaya todo al básico.
 
Una toma histórica
La toma del CGE es una lucha casi inédita en Entre Ríos, por sus características, por su duración y por los resultados. Se produjo en un momento en que dos congresos seguidos de Agmer resolvieron no sostener un plan de lucha provincial, período durante el cual el gobierno de Bordet avanzó con el ajuste, el recorte y la persecución. Y les obligó, después de un mes de silencio a volver a hablar de salario. No hay antecedentes cercanos de una lucha de estas características sostenida por un sindicato con el grado de masividad que alcanzó la toma. 
Es una experiencia que los trabajadores debemos hacer propia. “Tenemos que seguir pasando en limpio esta experiencia, necesitamos seguir debatiéndola y discutiéndola. Porque tenemos que sacar muchos aprendizajes de esto. No solamente para nosotros, sino también para demostrarles a otros cómo se debe luchar, con qué voluntad se debe luchar, con qué objetivos, quiénes deben protagonizar la lucha, cómo se resuelve una lucha y cómo se la sostiene, y se vuelve a evaluar, y se vuelve a discutir en las asambleas periódicas”, apuntó el secretario general de Agmer Paraná, Claudio Puntel.
Es que la voluntad de lucha de los trabajadores de la educación paranaenses inclinó a su favor una situación que llevaba mucho tiempo empantanada. Ganó consenso en la opinión pública y dio vuelta una campaña de contrainformación y desprestigio iniciada por la prensa de la Gobernación que incluyó mentiras y calumnias.
Durante las 290 horas que duró, la ocupación fue sostenida y visitada por compañeros de toda la provincia, de todas las agrupaciones no oficialistas del sindicato en una muestra impresionante de unidad en la heterogeneidad.
El lunes 3, a 5 días de iniciada la toma, se desencadenaron intentos de tomas y acampes en las Direcciones Departamentales de Escuelas del interior, Concordia, Chajarí, Federal, Nogoyá, Tala, Villaguay. Ese mismo día, la conducción provincial celeste, junto con UDA, AMET y Sadop, instaló una carpa frente a Casa de Gobierno, que continúa con visitas de personalidades y permanencia diaria de unas decenas de compañeros.
 
Las pequeñas historias
“En las paredes del CGE quedarán impregnadas las horas de lucha, de risa, de angustia al saber que un compañero no cobró, de sueño, de anécdotas compartidas en lo interminable de las madrugadas, horas de solidaridad al compartir un mate, un pedazo de torta de cumpleaños, una comida hecha por compañeros”, publicó en su Facebook una compañera delegada, reflejando el sentir de muchos. Y así fue. Si toda lucha es una cantera de aprendizajes, la toma lo fue mucho más. Las muestras de solidaridad, de compromiso con el colectivo pasaron a ser tan cotidianos como las 40 o 50 colchonetas desparramadas en el hall del CGE a la hora del sueño.
Delegados, docentes afiliados o no al sindicato, estudiantes, cada uno dedicó tiempo y trabajo al sostén de la lucha. Estuvo aquel que a las 6 de la mañana tomaba el redoblante para arrancar la batucada y a las 7 se calzaba el guardapolvo para salir rajando a la escuela; el que llegaba a las 12 a cocinar el guiso para todos los compañeros y la madre de alumnos que acercó un paquete de yerba, una bolsa de bizcochos o vino a ofrecer su casa a pocas cuadras para quien “necesite darse una ducha o recostarse un rato”. Los compañeros de ATE que nos visitaban a cada rato, llegaron un domingo bajo lluvia con mechero, masa y palote y se instalaron en un costado a sacar tortas fritas para todo el mundo. Hubo decenas de trabajadores del arte y la cultura que llegaron con sus instrumentos, sus títeres, sus pinturas para entregar su obra y acompañar la lucha con la belleza.
 Hasta fiesta de cumpleaños, tuvimos. Otra delegada agradeció “a todos los que me están saludando por mi cumpleaños y les comento que, a los quieran comer torta, voy a estar después de las 4 en el CGE tomado, festejando con los compañeros de lucha”, convocó.
El caso de una reposera que cedió ante el exceso de peso de su ocupante y por una confusión casi tomó ribetes épicos, cuando el gesto de ayuda de los policías fue interpretado por los compañeros como un intento de detención del hombre que se había desparramado por el piso.
 
Festival solidario
Ante la negativa de la conducción celeste de Agmer frente a la necesidad de elevar el monto del fondo de huelga (actualmente cubre apenas 30% de lo descontado); desde la toma se organizó un festival para recaudar donaciones para asistir a los compañeros que, con los descuentos, sufrieron brutales hachazos en sus sueldos. No sólo se sumó una enorme cantidad de artistas al festival, sino que concitó la solidaridad de diversos sectores del pueblo paranaense que llegaban al CGE con sus donaciones de alimentos no perecederos y hasta dinero; confirmando que cuando la causa es justa, al que se pone de pie nunca le va a faltar apoyo.