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01 de julio de 2020

Soplan nuevos vientos de rebeldía en el mundo

Unas estatuas se derriban y otras se levantan

El brutal asesinato de George Floyd por la policía de Minnesota, en Estados Unidos, desató una oleada de protestas contra el racismo y la represión policial. Esto, junto con la bronca por el creciente desempleo y la política de Trump, que desprecia tomar medidas frente a la pandemia de coronavirus, viene uniendo en las calles a miles y miles, en particular jóvenes, negros y blancos, en masivas movilizaciones.

Las marchas se propagaron por toda Europa, y por varios países de otros continentes. En medio de los enfrentamientos con las fuerzas represivas, y como expresión de la necesidad de profundos cambios, miles de manifestantes comenzaron a atacar, y donde pudieron derribar, estatuas de personajes que simbolizan el racismo, el colonialismo y otras lacras como la esclavitud.

Así tumbaron la estatua del traficante de esclavos Edward Colston, en Bristol, Inglaterra, y fueron escrachadas y obligadas a retirar la estatua del colono John Sutter en Sacramento, la capital de California, por su rol en el exterminio de originarios. En la misma California sacaron de la entrada del Capitolio estatal una estatua de Cristóbal Colón que estaba allí desde 1883. Otras estatuas de personajes como el rey Leopoldo II en Bélgica, el colonizador británico Cecil Rhodes, el canciller alemán Otto von Bismarck y hasta el mismísimo primer ministro británico Winston Churchill fueron cuestionadas, y miles en las calles repudiaron su presencia.

Mientras esto sucede, en la ciudad de Seattle, en el estado de Washington, al calor de esta oleada de luchas que mantiene una zona de la ciudad como “territorio libre de policías”, centenares se sacan fotos alrededor de una estatua del líder de la Revolución Rusa, Lenin, que curiosamente está emplazada en un suburbio de la ciudad. La estatua fue adquirida a comienzos de los ’90 por un maestro de inglés, Lewis Carpenter, que hipotecó su casa para traerla desde la ciudad de Poprad, en Eslovaquia, donde estaba arrumbada en un depósito.

Y para completar este recorrido de estatuas que caen y otras que se levantan, el 20 de junio, el Partido Marxista Leninista de Alemania (MLPD sus siglas en alemán) inauguró una efigie de Lenin en la ciudad de Gelsenkirchen, en el estado alemán de Renania del Norte-Westfalia. Para llegar a esta inauguración debieron superar una gran cantidad de obstáculos, como resoluciones en contra de la municipalidad y protestas de algunas empresas vecinas. El MLPD afirmó, mientras se descubría la estatua -en un acto restringido por la pandemia- al son de La Internacional y en medio de banderas rojas, que “ya es hora de que se construya el primer monumento de Lenin en Alemania Occidental y que se desarrolle un amplio debate social sobre las perspectivas revolucionarias”.

En medio de esta pandemia del Covid-19, que tantos sufrimientos trae a los pueblos del mundo, soplan vientos de rebeldía. Cientos de miles en todo el mundo, al tiempo que resisten los intentos de los Estados de las grandes potencias y de los monopolios imperialistas, de descargar la crisis sobre sus espaldas, avanzan en cuestionamientos de fondo hacia este sistema imperialista, basado en la explotación y la opresión.

Hoy N° 1821 01/07/2020