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02 de octubre de 2010

“Un hito en los días difíciles que se vienen”. Así calificó Juan Carlos Alderete, coordinador de los Desocupados de la CCC, la confluencia que se expresó en la marcha del 17 de marzo.

Unidad para la lucha

Hoy 1258 / Marcha multisectorial en Capital Federal

La gran columna –que al cierre de esta edición llegaba a su primer destino, el Ministerio de Trabajo de la Nación en pleno centro de la Capital Federal– estaba integrada por trabajadores ocupados y desocupados de la CCC, jubilados del MIJP, trabajadores del Sindicato de la Carne (SICGBA) que dirige Silvio Etcheún, la CGT Azul y Blanca, productores agropecuarios autoconvocados de la provincia de Buenos Aires. Junto a ellos, la Federación de Tierra y Vivienda disidente, la Organización de Trabajadores Radicales, Amas de Casa del País, la CEPA, y el PCR. También fueron convocantes la UCR, la Coalición Cívica, la FUA, la Comisión Interna de trabajadores de Terrabusi-Kraft, entre otras organizaciones.
“Los días que se vienen serán muy difíciles, por eso esta confluencia va a ser fundamental. Ya la crisis está pegando en nuestros hogares, con más desocupación, más hambre y pobreza. El gobierno tendría, frente a esta crisis, que usar los fondos de la reserva federal para dar aumento de salarios, planes sociales y jubilaciones, para reactivar el mercado interno frente a una crisis que va a ser peor que la del ‘30”. Todos los trabajadores tienen que ser concientes que esta confluencia es fundamental para lograr que el gobierno cambie su política que descarga la crisis sobre nosotros”, agregaba Alderete, en la cabecera de la gran columna que cubría varias cuadras de la Av. Alem, en el bajo porteño, mientras anticipaba que irían a los ministerios de la Producción y Economía. Por la tarde confluirían en el Congreso con otras organizaciones contra el tarifazo.
“El pueblo en su conjunto, trabajadores y productores, estamos unidos en un proyecto nacional que incorpore al conjunto del pueblo. Venimos a plantear la irresponsabilidad de adelantar las elecciones y dejar acéfalo el poder político”, decía, por su parte, Silvio Etcheún, secretario del Sindicato de la Industria de la Carne, junto a otros dirigentes de la CGT Azul y Blanca, en la cabecera de la columna, presidida por un cartel que expresaba “Por un país federal, sin despidos ni suspensiones, y sin indigencia”.
Jorge Nuñez, de la FTV disidente, decía que “las razones de esta marcha son obvias, cuando crece el hambre en la Argentina. Parece mentira pero se nos siguen muriendo 25 chicos por día por causas evitables. El gobierno quiere tapar el sol con la mano adelantando las elecciones, y no se quiere hacer cargo de cuán mal estamos en la Argentina”.

Como la vizcacha
“La situación de los productores es muy difícil, porque ya no podemos producir. Si no producimos trigo no va a haber harina en la Argentina. Este gobierno es como las vizcachas, que anda por las cuevas y no ve lo que pasa. Esta confluencia es espectacular, porque estamos juntos luchando por un temario de lucha para la producción de este país”, decía una productora autoconvocada.
El coordinador nacional de la CCC, Amancay “Chiquito” Ardura, resumía a nuestro semanario los motivos de la jornada: “La pelea por un país federal es un reclamo que recorre todo el interior. La pelea contra los despidos y sus pensiones, igual que la que hay que dar por el aumento salarial al costo de la canasta familiar de 4.000 pesos, y de los planes sociales a 540 pesos, es imperiosa para enfrentar la crisis internacional y la nacional. La lucha porque el campo argentino, particularmente los pequeños y medianos productores, no terminen fundidos como en la época del menemismo, es una lucha de todos los días. Por lo tanto todo esto va confluyendo para acumular fuerzas y torcerle el brazo a esta política que nos lleva a la noche más negra de nuestra historia”.
Esta jornada, en medio de una ciudad conmovida por paros y marchas de docentes y estatales, y en simultáneo con cortes de ruta de los productores agropecuarios en distintos puntos, es un paso de avance en la necesaria coordinación de los distintos torrentes que enfrentan la nefasta política kirchnerista. Por eso fue objeto de una provocación –repelida por los compañeros– por la patota de la Federación de la Carne, al paso de la columna hacia el Congreso de la Nación.