1. Se profundiza el ajuste y crece el hambre
Crece el hambre en amplios sectores de los más pobres de la Argentina. La inflación de agosto cerró en un 7%, con lo que se llegaría al 100% anual. Algunos alimentos esenciales aumentaron por encima de esto: las verduras 13%, lácteos y huevos 11,8%, azúcar y dulces 9,5%, panificados, cereales y pastas 7,1%.
Este lunes 19/9 las autoridades del FMI aprobaron una nueva revisión de las metas impuestas por el acuerdo.
El gobierno recortó 16 mil millones de pesos del “Programa Fortalecimiento Edilicio de Jardines de Infantes”, cuando es cada vez más necesaria la escolarización de los más pequeños y es obligatoria por ley. Y lamentablemente no está planteado sólo como un problema educativo, sino que es necesaria para que tengan al menos una comida en la escuela.
No se puede reducir las mercaderías para los comedores populares y los comedores escolares, cuando más del 50% de los niños menores de 14 años son pobres y un 12% se encuentran en la indigencia.
En relación a los salarios, su poder de compra sigue cayendo en picada.
Y ahora el aumento de las tarifas lleva a la ruina a miles de pequeños comerciantes y pequeños productores agrarios y es un golpe a los bolsillos populares.
Eso sí, hay una minoría de terratenientes y monopolios -que son un puñado- que se sigue enriqueciendo a costa del sufrimiento de la clase obrera y el pueblo.
El PCR y los movimientos de los que participamos seguimos peleando la confluencia de las luchas para imponer desde las calles que la crisis la paguen ese puñado de oligarcas que se la están llevando en pala.
2. Que la crisis la paguen los que se la siguen llevando en pala
A través de los medios de comunicación nos explican que plata no hay, y le dicen al gobierno que hay que sacarles los subsidios a las tarifas, reducir los planes sociales, achicar los gastos del Estado en salud, educación, obras públicas, viviendas, etc.
No es cierto que falte plata. Nuestro país es un gran productor y exportador de los tres productos primarios cuyos precios son los que más han subido en el mundo: Energía (petróleo y gas), granos (soja, maíz, trigo) y minerales (litio, plata, oro, zinc, hierro, etc.).
Es decir, que las superganancias que generan esos precios récord quedan en manos de un puñado de terratenientes y monopolios que son los que se la llevan en pala.
El gobierno cedió ante el chantaje de terratenientes y monopolios exportadores y les concedió el “dólar soja” a $200. Como bien ha planteado el compañero Pablo Paillole, director del Distrito VI de Federación Agraria, se calcula que con esta medida se transfieren 600.000 millones de pesos a pooles de siembra, fideicomisos y grandes productores. El gobierno, desesperado por acumular reservas, presenta esto como un éxito económico, cuando es una brutal transferencia de ingresos a ese puñado de oligarcas.
Con la misma lógica realizan concesiones a los monopolios petroleros y mineros y se ofrecen negocios para que nuevos monopolios imperialistas se instalen en el país.
Lo mismo ocurre con las empresas alimenticias; son seis las que dominan el mercado interno en nuestro país: Coca-Cola, Danone, Arcor, Molinos Río de la Plata, Ledesma, Mondelez y Bagley. Las seis obtuvieron grandes ganancias, incluso durante la pandemia, y son las que fijan los precios que pagamos todos los días para poder comer.
Todas estas medidas son parte del acuerdo con el FMI. Así se sigue avalando la gran estafa macrista, que contrajo deuda por más de 45.000 millones de dólares con el FMI. En Juntos por el Cambio miran contentos estas medidas, como ha dicho Macri, “tenemos que hacer lo que no pudimos, pero en 90 días” y “tenemos que reaccionar y retomar el rumbo iniciado en la década de los ‘90 y después en 2015”.
3. Poner en el centro del tablero político las luchas y el protagonismo popular
Los planes de los distintos sectores de las clases dominantes están condicionados por el protagonismo de las luchas obreras, campesinas y populares.
Los sectores macristas, envalentonados después del acuerdo con el FMI, redoblaron la apuesta con sus ataques a los sectores que encabezan las luchas populares con los allanamientos a la CCC, a otras organizaciones sociales y los procesamientos a dirigentes sindicales. A través de los monopolios mediáticos y la rosca judicial que controlan buscan demonizar a los sectores que encabezan la lucha popular y sacarlos del tablero político. La respuesta obrera y popular mostró y muestra que hay otra realidad, con la gran movilización de los Cayetanos el 7 de agosto, la movilización de la CGT del 17 de agosto, las luchas docentes y estatales en muchas provincias, las luchas obreras por paritarias de muchos gremios, las luchas del campesinado pobre como las jornadas convocadas por la FNC y otras organizaciones hermanas, las luchas en defensa de la soberanía del Río Paraná, el reciente triunfo del fallo judicial contra el agente inglés Lewis en Lago Escondido. El 20/9 los jubilados del MIJP-CCC se movilizaron al PAMI, reclamando por la salud y por aumento de jubilaciones y pensiones, con la consigna “La deuda es con los jubilados y jubiladas, no con el FMI”.
Con la acusación de los fiscales Luciani y Mola avanzaron con los juicios a la vicepresidenta Cristina Kirchner. Algunos sectores de esa derecha macrista incluso vieron la posibilidad de generar una crisis política profunda que haga estallar al gobierno y culmine en una asamblea legislativa que resuelva un nuevo presidente.
Con el atentado a la vicepresidenta se produjo un cambio en la situación. No se sabe si alguna vez se podrá conocer si detrás de este grupo que está preso actuó algún sector de poder o servicio imperialista.
Mauricio Macri sentenció este lunes que el atentado fue llevado adelante por «un grupo de loquitos» y que el ataque «no estuvo orquestado políticamente». Llaman la atención las afirmaciones de Macri.
El pueblo argentino en su gran mayoría demostró que está dispuesto a defender en las calles las libertades democráticas que tanto le costó conquistar.
Fuimos y somos solidarios con la vicepresidenta ante este atentado y seguimos pensando que esa derecha reaccionaria que expresan el macrismo y sus socios es a quien va dirigido el golpe principal de la lucha popular.
Pero no acordamos -y lo venimos demostrando en las calles- con la política de ajuste, a la medida del acuerdo con el FMI, que acordaron los tres sectores que dirigen el gobierno (Alberto Fernández, Cristina Kirchner y Sergio Massa), que agrava los sufrimientos del pueblo y favorece los planes del macrismo.
Para que haya recursos para las emergencias, defender nuestra soberanía y derrotar a esa derecha destituyente es necesario seguir peleando la unidad de las luchas para conquistar medidas como impuestos extraordinarios al patrimonio de todos estos sectores, romper el acuerdo con el FMI y los acuerdos antinacionales con todos los imperialismos.
4. Se agudiza la disputa imperialista y crecen los factores de guerra
Enfrentando la invasión del imperialismo ruso, el pueblo ucraniano sigue resistiendo los embates.
Y ahora el ejército ucraniano, con apoyo económico de los yanquis, la OTAN y la UE (Unión Europea) ha realizado una contraofensiva en la región norte que le permitió recuperar ciudades.
El jueves 15/9 se realizó en Samarcanda (Uzbekistán) la reunión de la Organización de Cooperación de Shanghai (China, Rusia, Kazajistán, Kirguistán, Tayikistán y Uzbekistán), con la presencia de Putin y Xi Jinping. Allí Putin denunció a los yanquis: “Los intentos de crear un mundo unipolar han cobrado recientemente una forma absolutamente fea y son completamente inaceptables”, y apoyando la posición china en el conflicto con Taiwán señaló: “Apreciamos mucho la posición equilibrada de nuestros amigos chinos en lo que concierne a la crisis ucraniana”. Xi Jinping dijo: “estamos dispuestos con los colegas rusos a servir de ejemplo como potencias mundiales responsables y jugar un papel de liderazgo para conducir ese mundo rápidamente cambiante a una trayectoria de desarrollo estable y positivo”.
En un contexto donde se agudiza la disputa imperialista y crecen los factores de guerra, la crisis económica mundial se va agravando.
En Europa el aumento de los precios de los combustibles y los alimentos hace crecer la bronca popular y crecen las luchas reclamando salarios, por el aumento de las tarifas de los servicios públicos y por el precio de los alimentos. Grandes huelgas en Gran Bretaña, movilizaciones en Francia, Hungría, Grecia y España expresan el descontento popular. Alemania, el motor económico de Europa, tiene grandes problemas ya que muchas pequeñas empresas dejaron de producir por el aumento de los costos eléctricos.
“Estados Unidos enfrenta un riesgo de recesión, ya que su batalla contra la inflación podría desacelerar la economía de la nación, pero aún se puede escapar de ella”, dijo el domingo la secretaria del Tesoro yanqui, Janet Yellen.
El imperialismo chino también ha sufrido un freno a su economía, que arrancó con la explosión de su burbuja inmobiliaria a partir del derrumbe de uno de los mayores constructores del país, China Evergrande. Son impresionantes las imágenes de cómo se dinamitan miles de departamentos a medio construir en las grandes ciudades.
El Banco Mundial expresó en un documento que: “El mundo podría estar avanzando poco a poco hacia una recesión mundial en 2023 y una serie de crisis financieras en los mercados emergentes y las economías en desarrollo que les podrían causar daños duraderos”. Los países opresores descargan el peso de las crisis sobre los países oprimidos como el nuestro y los van condicionando en su disputa para usarlos de carne de cañón en una posible guerra imperialista.
La disputa interimperialista y la crisis se hacen sentir en América Latina y en nuestro país. Hoy su atención está concentrada en lo que suceda en las elecciones en Brasil, que se realizarán el 2 de octubre.
Ante el agudizamiento de la disputa imperialista en América Latina, nuestros pueblos protagonizan grandes luchas enfrentando a las fuerzas opresoras y buscando caminos para avanzar en la lucha por su liberación. El pueblo argentino es parte del combate de los pueblos de la patria grande latinoamericana por nuestra segunda independencia.
5. Acumular fuerzas revolucionarias
El creciente protagonismo de las masas obreras, campesinas y populares en las luchas y su papel en la política, preocupa a los distintos sectores de las clases dominantes.
Pretenden frenar las luchas y sacar a las masas de las calles para dirimir entre los poderosos quien tiene la sartén por el mango en la Argentina.
Somos una sociedad agobiada por años de crisis, y donde una gran parte ha retrocedido en su calidad de vida. Hay muchas heridas abiertas. Es una sociedad que desconfía y descree de los dirigentes y también de las instituciones que dicen representarla.
En las masas obreras, campesinas y populares va creciendo la bronca y madurando el convencimiento de que si no salen a pelear por sus necesidades nadie lo hará por ellos. Esto es lo que preocupa a las clases dominantes.
Esta puede ser una de las explicaciones de las charlas del embajador imperialista yanqui con dirigentes políticos y gremiales y su consejo en la Cumbre de las Américas cuando le dijo al gobierno y a la oposición: “Tienen que trabajar en acuerdos desde ahora, no esperen a las elecciones de 2023”.
La clase obrera y el pueblo argentino han sido protagonistas de grandes puebladas: el 17 de octubre de 1945, el Cordobazo (1969), el Argentinazo (2001), la rebelión agraria (2008), entre otras. Pero hasta ahora nunca pudo avanzar en un sentido revolucionario y conquistar el poder político.
Desde el PCR, su JCR y los distintos movimientos de los que formamos parte seguimos a la cabeza de la lucha y peleamos para que éstas confluyan. Peleamos que en ellas crezca el protagonismo de las masas y se generalicen los cuerpos de delegados como instrumento para garantizar la democracia directa.
Al calor de la lucha popular, impulsamos que las masas no deleguen y que avance en su protagonismo. Y peleamos la unidad y la confluencia de esas luchas para acumular fuerzas revolucionarias y avanzar en la construcción de un PCR y su JCR arraigados en las masas de cada lugar, capaces de ser su vanguardia en una revolución que le permita a la clase obrera y el pueblo conquistar el poder político, destruyendo este Estado oligárquico imperialista y terminar con el latifundio y la dependencia que nos oprimen.
Escriben Jacinto Roldán y Ricardo Fierro
Foto: Trabajadoras y trabajadores del Astillero Río Santiago marcharon en CABA reclamando obras para el ARS