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26 de agosto de 2014

El 19 de agosto, en una multitudinaria asamblea, los docentes universitarios resolvieron flexibilizar las medidas de fuerza tras conseguir $1.000 adicionales y la promesa de adecuar el estatuto universitario.

UNT: una lucha que ya es histórica

Tucumán: El paro de 89 días de los docentes

Más de 600 docentes tomaron la resolución de suspender el paro, bajo protesta y con la amenaza de retomar el paro en caso de no cumplirse lo obtenido. Los $1.000 de adicional corren desde agosto, y la promesa de adecuar el estatuto universitario incorpora la carrera docente y la ciudadanía plena para los docentes preuniversitarios en una Asamblea Universitaria.

Más de 600 docentes tomaron la resolución de suspender el paro, bajo protesta y con la amenaza de retomar el paro en caso de no cumplirse lo obtenido. Los $1.000 de adicional corren desde agosto, y la promesa de adecuar el estatuto universitario incorpora la carrera docente y la ciudadanía plena para los docentes preuniversitarios en una Asamblea Universitaria.
El viernes anterior se había realizado la sexta  marcha de antorchas  con alrededor de 1.500 personas cerrando una semana decisiva en esta etapa del conflicto. La consigna era “docentes y estudiantes por una universidad diferente”, en respuesta a la violencia ejercida por la patota de guardias del Rectorado que el miércoles anterior había tratado de sacar a los estudiantes que lo mantenían tomado en apoyo a la lucha docente. Este hecho causó profunda indignación en toda la comunidad universitaria y amplias capas de la sociedad tucumana. Fue uno de los factores que obligó a los decanos a tomar cartas en el asunto, emplazando a la rectora a ofrecer una solución al pedido salarial que finalmente se hizo público ese viernes, con fondos provenientes de la Nación en su mayoría. 
Se cumplían ya casi 90 días desde que el 23 de mayo, una asamblea general docente en la Facultad de Agronomía decretó un paro por tiempo indeterminado, reclamando una efectiva recomposición salarial para los profesores universitarios.
Aunque al principio se trató de un movimiento autoconvocado, la Asociación Docente Adiunt, supo convertirse en la herramienta de unidad y lucha de la gran mayoría. Desde entonces, un huracán nunca visto antes, nos sacó a los docentes de la UNT de las cátedras y nos llevó a tomar escuelas, facultades y canales de TV, a participar de masivas asambleas, a viajar por todo el país para propagar la lucha a otras universidades, a realizar 6 marchas de antorchas, una de hasta 2.000 personas, y cien actividades más, con el propósito de nacionalizar el conflicto para torcerle el brazo al ajuste inflacionario.
Convocados todos a un ejercicio permanente de crítica activa a la política kirchnerista hacia las universidades, hacia la educación y hacia las necesidades del pueblo en general, venimos realizando un curso acelerado de lucha de clases, demostrándose una vez que la práctica social es la mejor escuela para la “concientización” del pueblo.
La preocupación por mantener la unidad del estamento y la unidad con los estudiantes es una de las claves que nos permitió sostener una lucha que ya es histórica, y que creemos que va abrir una etapa de cambios en el perfil de la Universidad pública argentina.
 
Reforma del Estatuto
En poco tiempo, el movimiento sumó al reclamo estrictamente salarial, que es el eje de la unidad del conjunto, reivindicaciones referidas a la falta de presupuesto, al estado de precarización laboral de los docentes y a la carencia de democracia en la UNT. Estos reclamos, más relacionados con el perfil de la Universidad, se fueron condensando en la exigencia de una reforma perentoria del Estatuto universitario para que se incorpore la Carrera Docente y un sistema de elecciones directas para las autoridades.
El desarrollo del movimiento fue pasando por varias etapas, la primera definida por el acuerdo paritario que firmaron las direcciones traidoras de Conadu y Fedun con el gobierno nacional, que significó un “aumento” del 28% en tres etapas hasta junio del 2015, que de hecho es una recorte salarial y que, gracias al impulso tucumano, ConaduH rechazó. Esta medida del gobierno, aunque postergó las posibilidades de nacionalización del conflicto, no hizo mella en la enorme y masiva disposición para la lucha de los docentes de la UNT. Pero sí determinó un cambio en la dirección del reclamo, que se había enfocado transitoriamente, en la exigencia de un adicional de emergencia de 2.000 pesos per cápita, a la gestión de la rectora Alicia Bardón, además de la exigencia de los cambios referidos al Estatuto.
Como saldo de estos 89 días, quedó claro hasta qué punto los docentes universitarios tucumanos han calado al doble discurso K, y no han hecho más que demostrar, de muchas formas, su hartazgo. Además, hemos visto caer hasta el piso el capital político de la flamante rectora, debido a su propia impericia para resolver favorablemente la situación, a su doble discurso y a su actitud de buscar el respaldo del repudiado zar provincial, José Alperovich, para doblegar al movimiento de los docentes.
Se puede afirmar que en Tucumán, se rompió el acta acuerdo firmada por los dirigentes traidores de la Conadu, Fedun, UDA y Ctera, por lo que es un golpe político muy fuerte para el gobierno y se muestra otro posible camino para quebrar la trampa montada por el gobierno desde el 2005 para imponer un techo salarial a los docentes universitarios.