Néstor Kirchner habló claro de “alianza estratégica” con China antes de que sus consecuencias económicas y políticas reales empezaran a notarse en nuestro país. CFK sólo ratificó el rumbo, y el acólito gobernador Sergio Urribarri no desentonaría en absoluto. Al contrario, su tropa acaba de escribir una de las páginas más bochornosas de esta novela.
Néstor Kirchner habló claro de “alianza estratégica” con China antes de que sus consecuencias económicas y políticas reales empezaran a notarse en nuestro país. CFK sólo ratificó el rumbo, y el acólito gobernador Sergio Urribarri no desentonaría en absoluto. Al contrario, su tropa acaba de escribir una de las páginas más bochornosas de esta novela.
Los hechos
El 20 de enero los diputados provinciales oficialistas de Entre Ríos aprobaron por mayoría dar fuerza de ley al proyecto que autoriza al PE a celebrar con China un contrato de obra pública para ejecutar las obras Acueducto del Norte Entrerriano-La Paz-Estacas y Sistematización y Distribución de Agua para riego-Mandisoví Chico.
La aprobación se dio en medio de insultos, silbidos y cánticos por parte de representantes de más de 50 organizaciones que en solo tres días se reunieron para intentar impedir la aprobación. El apuro del oficialismo radica en la necesidad de inscribir este negociado en el marco del acuerdo nacional con China que la presidenta ratificará en su viaje del mes que viene.
El negociado
La ley, que habilita la operaciones de crédito por más de U$430 millones, más los intereses necesarios, para financiar la construcción de las obras, con bancos estatales y aseguradoras de crédito de China, justifica que algún día los legisladores que le dieron vía (y los funcionarios que avancen con el acuerdo) sean acusados por incumplimiento de deberes de funcionario público de mínima, y por infame traición a la patria.
Repasemos:
Adjudicación directa y secretos: el acuerdo se celebrará “de manera directa y sin trámite de licitación”. Toda la previa y la propia sesión se caracterizó por la falta de información fehaciente y pública, por el secretismo y la confidencialidad en que se tramó este negociado, a espaldas del pueblo.
Se pagará cinco veces lo que valen las obras: el endeudamiento tomado a 15 años con una tasa LIBO más 4,5%, permite a Urribarri negociar con la firma China State Construction Enginnering Corporation Ltd, por un presupuesto de US$ 430.387.551, cuando los costos previstos por el PROSAP para una obra similar eran de U$92 millones hace ocho meses. ¿Inflación? ¿Desvío de fondos para disponer de cientos de millones de dólares para fines no confesados?
Sin consultar ni escuchar a los supuestos beneficiados: principalmente pequeños y medianos productores de La Paz y del norte entrerriano poblaron las gradas, y no para aplaudir la aprobación de la ley. Un puñado de grandes productores son los que se beneficiarán directamente de estas inversiones (si se concretaran) y no hay datos que en el texto de la ley permitan suponer que este proyecto vaya a mejorar las producciones agrícolas o incrementar la superficie cultivada para las familias de la zona.
Un nuevo impuestazo en menos de seis meses: como si el de diciembre de 2013 no fuera un latigazo insoportable para los trabajadores y pequeños y medianos productores y comerciantes; la ley compromete en plazo máximo de seis meses la creación de nuevos tributos para pagar el crédito y sus intereses (art. 5º).
Coparticipación Federal de Impuestos en garantía. Como si esto no fuera poco, en la provincia que paga uno de los salarios docentes más bajos del país (pero aún por encima, increíblemente, de lo que cobran enfermeros y municipales) la ley faculta al PE (art. 3º) a garantizar el cumplimiento del crédito con los fondos que recibe la provincia de la Coparticipación Federal de Impuestos (principal fuente de financiamiento del Estado entrerriano). ¿Se entiende por qué después el gobierno dice que “no hay plata” para salarios justos y rutas provinciales en condiciones?
Sin estudios ambientales ni de subsuelos en la zona afectada. No hay estudios (y si los hay no se los dieron a conocer) del impacto ambiental de las obras a los subsuelos, suelos, montes nativos, en las zonas afectadas. Esto motivó la presencia, entre los protestantes del martes por la noche, de jóvenes militantes e ingenieros ambientalistas que tampoco fueron escuchados.
Escasa generación de “mano de obra” (al menos local). Sólo 92 hectáreas frutícolas (la producción agropecuaria que mayor demanda de trabajo genera) se verán beneficiadas por la inversión, y respecto de la mano de obra especializada que implicará el proyecto, el texto es claro sobre la posibilidad de que ésta sea convocada desde China.
Sumisión a la China
Pero además de todo lo ya mencionado, es el grado de sumisión y entrega al imperio chino lo que más ofende a cualquier entrerriano.
El acuerdo prevé un endeudamiento inflado, inentendible, sin licitación y por adjudicación directa con las empresas chinas. Además, las condiciones del acuerdo podrán ser modificadas unilateralmente por la entidad concedente (Art. 2º y anexo I del proyecto).
El grado de subordinación demostrado en esta ley que permite a China modificar de forma unilateral lo que necesite, se completa con la renuncia explícita a nuestra soberanía al aceptar “de manera servil” (dice el texto de la Multisectorial) la aplicación de la legislación inglesa en el caso de que se susciten controversias futuras (Anexo I). Justo Inglaterra, país con el que mantenemos un conflicto histórico y que en Europa se constituyó como el gran aliado de la República Popular China.
Ante tamaña entrega, el hecho de que la provincia se compromete a pagar hasta 500 mil dólares por la “elaboración del contrato”, que en cualquier otro contexto sería todo un escándalo en sí mismo, aquí pasa a ser sólo un detalle más, una mancha más al tigre.
Ningún hecho aislado
Los diputados que soportaron ser calificados de “vendepatrias” y traidores desde las tribunas durante casi tres horas, no lo hicieron por amor al arte. Hay mucho en juego, y no sólo las impresionantes sumas de dinero que podrán quedar de este negociado. Hay intereses estructurales en juego cada vez que nuestros “representantes” toman estas decisiones.
La Ley se inscribe en el Convenio Marco firmado por nuestro país con China en Julio del 2014 y que consiguiera media sanción entre gallos y medianoche en el Senado Nacional a fines de 2014 (los representantes de la oposición en la Comisión de Relaciones Exteriores no tuvieron tiempo siquiera de leerlo antes de la reunión en que se lo trató). Este convenio pone en letra una política a la que el kirchnerismo venía apostando desde hace una década.
Las empresas chinas consiguen, a cambio de financiamiento (divisas deseadas por el gobierno nacional para, principalmente, poder seguir pagando sin chistar la mal habida deuda externa) condiciones excepcionales en energía, industria, minería y obras de infraestructura (incluso la posibilidad de directamente importar mano de obra e importar insumos sin aranceles).
A esto se suma el swap de reservas pactado con el Banco del Pueblo Chino y el Banco Central local (cuyas condiciones harían ruborizar a los “buitres” que defiende el juez yanqui Griesa), los negociados imponentes y ventajosos para la China para construir centrales eléctricas en el sur, la instalación de una base china de investigaciones espaciales en Neuquén (mayor incidencia con indudables intereses militares en nuestro país en décadas), solo como ejemplos de en qué se traduce la “opción geopolítica” que en este “mundo multipolar” proclama el kirchnerismo en el gobierno. Relaciones carnales con Pekín.
En Entre Ríos, la firma hace tres meses del decreto de Urribarri para dejar en manos de compañías de capitales chinos la anteriormente estatizada empresa láctea Cotapa y el frigorífico San José, en diciembre de 2010 y julio de 2012, son también otro botón de muestra del camino elegido.
Obviamente, no sólo el kirchnerismo está metido en este baile. El papá de Mauricio Macri, Franco, reside en Pekín como representante de los negocios de China para todas las inversiones en América Latina. A su vez, el representante de las empresas de Franco Macri en Argentina es su sobrino, Calcaterra, quien está a cargo de buena parte de las “obras públicas” de la gestión de “Mauricio” en la CABA. Chinos, kirchneristas y macristas: linda gente que se pueden pelear para las cámaras pero a la hora de los negocios se entienden y llevan bastante mejor de lo que nos cuentan.
Consecuencias de esta sumisión
¿Qué ocurre cuando un país como Argentina establece relaciones de dependencia absoluta con un gigante como China, que produce la mitad de los cerdos del planeta, lo que hace que China importe más de la mitad de la soja que se produce en el mundo? ¿Será por eso que el “yuyito” creció en estos diez años como ninguna otra “producción” en Argentina, desplazando otros cultivos, tambos, citrus, frigoríficos, etc.? Y si de allá, en contrapartida, llegan productos industriales, livianos y de los otros, ¿no es obvio que la balanza comercial se desbalanceará cada vez más?
Estas y otras preguntas llevaron en Entre Ríos a más de 50 organizaciones (ambientalistas, pequeños y medianos productores, sindicatos, centros de estudiantes, centros de estudios, colegios profesionales, partidos políticos no oficialistas) a reunirse en una Multisectorial para decir basta. Recuperando los sueños de nuestros patriotas, hacedores de la Argentina y de la Patria Grande latinoamericana, que proclamaron hace ya dos siglos: “¡ni amo viejo ni amo nuevo!”, para ser “una nación libre e independiente” de España “y de toda otra dominación extranjera”.