El 20 de agosto tuvo lugar el primer paro general de 24 horas contra el gobierno del oportunismo, más que convocado, arrancado al Secretariado Ejecutivo del Pit-Cnt en la Mesa Representativa Nacional (integrada por delegados por sindicato o federación), por 25 votos a 15 con algunas abstenciones y ausencias.
Quince días antes el Secretariado había maniobrado en dicha Mesa logrando suspender la definición; el 12/8 planteó reducirlo a un paro parcial de 12 horas con movilización, pero fracasó.
Bajo este gobierno, desde el Secretariado Ejecutivo se vienen impulsando sólo paros parciales –que no cumplen los sindicatos estratégicos como el transporte y la banca–; paros de 3 horas con movilizaciones, cada 3 o 4 meses, sin continuidad, como para descomprimir un poco la presión y mostrar que algo se hace.
El Secretariado Ejecutivo de 15 miembros –todos integrantes de los partidos que tienen cargos ministeriales en el gobierno: 6 socialdemócratas, 5 del PCU revisionista, 2 PVP y 2 MPP– se opuso permanentemente a esta medida, que desde hace mucho tiempo viene siendo reclamada por el clasismo y gran parte de las bases sindicales.
Hacía falta un paro general para empezar a unificar y luchar en serio contra la política económica y social del gobierno continuista y proimperialista, que ha profundizado la dependencia y la alineación con los yanquis, y contra las dilaciones oficiales ante las urgentes necesidades de la clase obrera y el pueblo, agravadas por la carestía creciente de alimentos, tarifas, alquileres, etc.
Un programa justo
A tres años y medio de instalado el gobierno de Tabaré, la socialdemocracia, el seudoprogresismo y el revisionismo se han ido desenmascarando ante la discusión parlamentaria de la última Rendición de Cuentas Presupuestal del período y la Ronda de Consejos de Salarios. Cuando ya prácticamente se largó la campaña electoral hacia octubre de 2009, y aumentan las contradicciones en el propio seno del oportunismo, con fuerte empuje desde abajo –sobre todo de muchos sindicatos en conflicto– se abrieron paso las justas posiciones del clasismo, que vienen siendo expresadas por la Tendencia Clasista y Combativa y por el importante Frente Sindical de la Asamblea Popular. Estos sectores han coincidido recientemente en un Polo sindical clasista, integrado por importantes sindicatos como Adeom (municipales de Montevideo, que están en un largo conflicto), Postales, Instituto del Menor, Taxi, Educación Técnica, Coordinadora de Jubilados y Pensionistas, y un número muy importante de agrupaciones clasistas. Desde allí se pechó fuerte por un paro general y un plan de lucha, y se levantó también un programa justo: por salario mínimo de $ 8.500 (430 dólares) hacia la media canasta familiar de $ 16.000; aumentos en relación a la inflación de la canasta básica alimentaria (30%); rechazo a las pautas salariales del gobierno para los consejos de salarios; ajustes cuatrimestrales por inflación real; respeto a los convenios sindicales; eliminación del IVA a los alimentos y al consumo popular; congelación de precios; elevación del imponible IRPF (impuesto a la renta que pagan en un 80% los trabajadores) a $ 32.000 (hoy está en $12.000); solidaridad con todos los sindicatos en lucha; presupuesto justo (6% para la Educación); anulación ahora de la Ley de Impunidad; no pago de la deuda externa; fuera forestales y pasteras; retiro de nuestras tropas de Haití.
Frente Amplio: desenmascaramiento
y desgaste
Hay que decir que el paro, a pesar de golpear duro al gobierno y a las clases dominantes, fue tardío para la lucha presupuestal de los trabajadores del sector público, dado que la Rendición de Cuentas está prácticamente aprobada. En esto los reformistas nuevamente lograron dividir la lucha obrera, incluso los sectores del PCU revisionista que el 12/8 apoyaron el paro general de 24 horas, pero que 15 días antes habían votado por posponer la decisión.
El 14/8 se instaló el llamado 2º Congreso del Pueblo, impulsado por el Pit-Cnt, FEUU (universitarios) y Fucvam (cooperativas de vivienda). Desde allí especialmente el PCU busca ganar protagonismo, desviar la lucha a un discutidero digitado y, junto al resto del oportunismo, avalar lo actuado por "su" gobierno y sacar un programa lavado para que luego sirva de base al próximo programa electoral del Frente Amplio (FA).
No les ha ido bien, y para darle marco popular tuvieron que hacer el acto de apertura frente a la Universidad el día de los Mártires Estudiantiles, y aprovechar la marcha que tradicionalmente se realiza –y parte desde allí–, y que este año fue bastante más concurrida: 10.000 personas, especialmente estudiantes universitarios, que por supuesto ellos no movilizan.
Hay que tener en cuenta también otros aspectos. En octubre tendrá lugar un nuevo Congreso del Pit-Cnt, donde pueden expresarse cambios en la correlación de fuerzas entre los reformistas y el clasismo.
Este tuvo alrededor del 20% de los delegados del 9º Congreso en el 2006, y puede crecer, incluso entre los propios reformistas.
Luego, en diciembre se realizará el Congreso del FA, con las candidaturas todavía por resolver, previo a las elecciones del 2009, en las que es muy probable que el FA no gane en primera vuelta como en el 2004 y pierda la mayoría absoluta en el parlamento, por su propio desenmascaramiento y desgaste, y por la aparición con fuerza creciente de la Asamblea Popular donde participan el Movimiento 26 de Marzo, el PCR, MODEJU (jubilados) Avanzar, PH, grupos departamentales e independientes.
Hasta octubre tiene plazo la Ronda de Consejos de Salarios. Hoy la pelea del clasismo en el movimiento sindical es por darle continuidad a la lucha luego de haber logrado este paro general, y empujar con fuerza para abrir una nueva situación política donde, con el pueblo movilizado, poder torcerle el brazo a este gobierno entreguista y continuista, y al calor de esa lucha fortalecer las agrupaciones clasistas y las organizaciones populares combativas. n
