“Nosotros entendemos como muy importante la llegada de vacuna al país porque estamos en un momento en que escasean vacunas, así como escasearon en un momento los reactivos para diagnóstico”, introduce Belén.
“Negociar con las biofarmacéuticas no está siendo fácil. Tampoco negociar entre estados, porque todos están en pandemia y con producción acotada. Pfizer está poniendo exigencias un poco despiadadas: no se hacen cargo de los efectos adversos que pueda tener, tampoco si hay falla en la cadena de frío -tiene que mantenerse en los 80° bajo cero-. Además, exigen hacerlo con un transporte particular. Hay muchos puntos que indican que no quisieran vender la vacuna.
“A través de los medios, están en la competencia de qué vacuna es la más efectiva. Esto no lo vamos a saber hasta que finalicen los ensayos de la Fase 3. Ninguno está finalizado sino que son ensayos preliminares, que se abren luego de una cantidad de personas que se enfermaron, para ver si la mayor parte está en el grupo placebo y no en el vacunal.
“Las vacunas del calendario superan el 80% de eficacia. Hasta la vacuna de Oxford tiene un 70%, está entre lo que uno puede esperar. El tema es que, si no se vacuna nadie, o se vacuna poca gente, no importa que tenga el 90% de eficacia, porque no vas a terminar con la circulación viral ni con la sintomatología de la enfermedad. Si no se vacuna la gente para proteger al que no se puede vacunar, no vamos a llegar a nada, por más que la eficacia sea 100%”, remarca Belén.
“Europa y Estados Unidos están en invierno, tienen necesidad de vacunar, y están en la segunda ola. Pfizer parece que no tiene mucho interés en venderle a Latinoamérica: a Chile le dio 10 mil vacunas, 20 mil dosis, lo cual es como una muestra gratis. No resuelve. Sin embargo, todos lo levantan “ellos tienen la de Pfizer, nosotros no”.
“Por ahora, el acuerdo de Rusia está firme. Se trata de una cantidad importante para vacunar para marzo a diez millones de personas. En marzo llegaría otro lote de AstraZéneca, ahí habría un convenio con países de Latinoamérica, porque se está produciendo el principio activo acá, que lo manda México, supuestamente son 20 millones de dosis para 10 millones de personas. Después viene Sinopharm (la vacuna china).
“En Latinoamérica, el único país que tiene avanzadas las fases con prueba en humanos es Cuba, que tiene cuatro vacunas en desarrollo, una de las cuales ya está en Fase 2, en marzo entraría en Fase 3. Ellos van a usar 150 mil voluntarios para su Fase 3. Desde Ciencia Nuestra sacamos una solicitada para que Argentina arregle con Cuba para que se pueda hacer la Fase 3 acá”.
Necesitamos un desarrollo nacional
Cuenta Belén que en lo que respecta al desarrollo nacional, de la dictadura para acá hubo un desfinanciamiento muy grande en el desarrollo de vacunas al punto que hoy no producimos nada. “Nosotros producíamos todas las vacunas del calendario. Luego algunas las comprábamos afuera. Después por el desfinanciamiento, nos quedamos atrasados en tecnología. El macrismo cerró todo. Incluso la Planta de Pergamino dejó de producir la única vacuna contra la Fiebre Hemorrágica Argentina. Si bien en este contexto de coronavirus en Argentina hubo inversión en dos grupos -de Litoral y de la USAM- para que desarrollaran vacuna para Coronavirus, les dieron 100 mil dólares pero no tienen la financiación para hacer la prueba en humanos.
“Habría que hacer inversión en tecnología también, porque necesitamos maquinaria para desarrollar y luego escalarla, y hacer pruebas en humanos, y eso no estaría dándose”.
Ideologización de las vacunas
“El debate no se da desde el punto de vista de la seguridad de la vacuna sino desde el punto de vista de dónde viene. Clarín titula “317 eventos adversos en la vacunación” pero nunca dijo de cuántos fueron los vacunados. Efectos adversos siempre hay para todas las vacunas, pero es ínfimo el número. ¿Uno tiene fiebre? Es algo normal, algo externo que le estás aplicando, que te va a permitir mimetizar patógeno y que no desarrolles enfermedad.
“Otro argumento que plantean muchos antivacunas es por qué se hicieron tan rápido las vacunas. En primer lugar, las tecnologías hoy no son las mismas que hace cincuenta años atrás. La vacuna que más tardó es la de paperas. Por lo general, la Fase 3 te puede llevar tres o cuatro años. Por eso, un aspecto a aclarar es que no se han salteado fases, estamos en un nivel diferente al desarrollo de cualquier vacuna.
“Se da una situación absurda como si las vacunas fueran portadoras de ideología. La Pentavalente, que protege a nuestros hijos de cinco enfermedades, es cubana. Jamás antes nos preguntábamos de dónde vienen las vacunas. Siempre se confió en los entes regulatorios como el Anmat, cuando regula todos los alimentos, los medicamentos que consumimos. Si entramos a desconfiar del Anmat no podemos confiar en lo que tenemos en la heladera ni en nuestro botiquín”, finalizó.
Hoy N° 1847 13/01/2021